“Si me invitan a jugar, no me resisto”

Lionel Arostegui es el único protagonista de la comedia 'Somos nosotros' que se mantiene en el elenco desde su estreno en 2022. En diálogo con 'La Prensa', analizó el éxito de la propuesta dirigida por Ariel del Mastro y los vaivenes en la vida del actor.

Lionel Arostegui está acostumbrado a los veranos de calor abrasador en Buenos Aires. El año pasado trabajó enero y febrero en el Gran Rex en el musical 'Matilda' y ya antes, 'Somos nosotros', la pieza que hoy protagoniza en el Multitabarís, había comenzado como un proyecto estival en el Paseo La Plaza.

Es el único intérprete que ha participado de todas las temporadas de esta obra escrita por Marcelo Caballero y Macarena del Mastro, estrenada en 2022, por la que pasaron actores y actrices como Tomás Fonzi, Miguel Angel Rodríguez, Mica Lapegüe, Gastón Soffritti, Roberto Peloni, Fede Cyrulnik, Soledad García, el español Jesús Mosquera, y sus actuales compañeros: Denise Dumas, Fede Bal, Sofía Pachano y Germán Tripel.

"Siempre encarné el mismo personaje y la verdad es que me encanta. Si me invitan a seguir jugando no me resisto. Me gusta lo que genera Daddy en la historia porque es un poco la voz del pueblo. Al ser un amigo que ve lo que sucede desde afuera, tiene permitido opinar con sinceridad, casi a lo bruto. Y eso conecta muy rápidamente con la gente".

-¿Cuál es el secreto de esta permanencia?

-La obra toca un tema que en su momento se puso de moda y que resulta picante y despierta polémicas: las parejas abiertas y la posibilidad de empezar a vincularnos de otra manera. Pero 'Somos nosotros' no lo trata como una picardía o una travesura sino como una forma de sincerar lo que nos pasa. Si bien la obra hace foco en las parejas, es un momento en el que la sociedad está revisando toda clase de vínculos. En ese contexto, esta propuesta no identifica a un tonto y un vivo, un traidor y un tarado. Todos sufren un poco y todos se divierten también; todos comparten miserias y contradicciones. Siento que ahí está el atractivo.

-¿Cómo modificó su labor el hecho de que la obra haya ido cambiando de elenco?

-Las parejas que se forman hacen que la mirada de los que estamos alrededor cambie. Ha habido parejas con distintas personalidades y con diferencias etarias que han hecho que el conjunto se modifique, aunque la edad no se presenta como un tema. También nos modifica la forma en que va avanzando la sociedad en ciertas cuestiones. Si bien es una pieza que tiene tres o cuatro años, a mí mismo al principio me causaban gracia algunas cosas que ahora ya no tanto.

-Haber podido trabajar el personaje con los autores, ¿qué le sumó?

-Sin duda es un regalo. Yo, con Marcelo y un grupo grande de colegas (Nicolás Manasseri, Fernanda Provenzano, Renzo Morelli), vengo trabajando hace muchos años, desde abajo. Hemos soñado y ambicionado ocupar lugares que hoy conquistamos. Nos esforzamos mucho para que esto sea posible y ahora seguimos trabajando para cuidar esos espacios, sostenerlos y que la gente nos valore. Estar al lado de Marcelo es un plus de alegría. Y al personaje le suma, claro: es el punto de vista de Marcelo y de Maca, son ellos los autores. La obra no es de un francés de los años '60; es lindo ponerle el cuerpo a su enfoque.

 

LA ESENCIA

También por el director de 'Somos nosotros', Ariel del Mastro, siente Arostegui admiración y gratitud: no sólo lo sigue eligiendo para encabezar esta comedia sino que le permitió lucirse en tanques como 'Matilda' y 'School of Rock'. "Son alegrías que uno va teniendo. Pero lo importante es seguir conservando la esencia. A mí me sigue interesando este laburo. Naturalmente, es más grato cuando existe un contrato de por medio, una regularidad, porque no es común en nuestro medio; vivís con el temor de que esto se pueda cortar. Por eso mi mayor capital es que la gente que viene a vernos se vaya contenta, conmovida, satisfecha".

Aunque su nombre aún no sea popular, Lionel tiene un pasado y un presente ligados a la producción, autoría y dirección teatral independiente. “Eso me permite tener una mirada más completa al momento de abordar un espectáculo: sé cuánto se tarda en armarlo, cuánto cuestan las cosas, de cuánto puede ser un contrato. Incluso sé si me están bicicleteando…”, dice entre risas.

“Lo importante es conservar la esencia. A mí me sigue interesando este laburo”, sostiene el actor. (Foto: G. Carabajal).

Porteño de San Telmo pero habitante de una docena de barrios capitalinos a lo largo de sus 36 años de vida, el único gen artístico que reconoce tener le viene de su madre, que alguna vez estudió actuación de forma amateur. Más atrás en el tiempo, su familia de raíz entrerriana estuvo ligada al Circo Anselmi, uno de los más populares a principios del siglo pasado (del que surgió Pepe Biondi). Tal vez haya que hurgar allí para entender su afición por las artes escénicas. “Pero por ahora es sólo un mito”, bromea.

Criado como hijo único (aunque años después tuvo una hermana), desde chico lo mandaron a estudiar “muchas cosas” para mantenerlo entretenido. Al término de la secundaria se dio cuenta que la actividad que más había sostenido en el tiempo era la actuación. “Había algo ahí que me atraía. A través de un conocido de mi mamá, a los doce o trece años había hecho algunos trabajos como extra y ya entonces entendí que podían llegar a pagarme por hacer algo que me gustaba mucho. ‘Quizás puedo transformarlo en una profesión’, pensé, y a los 17 me metí a estudiar la carrera de actuación en la UNA”.

La primera oportunidad de lucirse sobre un escenario se la dio, justamente, un docente de la Universidad de las Artes, Pedro Antony, que lo convocó para actuar en la obra ‘Una sola’, de Cristian Scotton (actual subdirector del Cervantes), en El Sábato. Trascartón, vino otro proyecto con la misma dupla, ‘Cuatro hermanos’, en el Konex. “Se ve que algo había hecho bien”, analiza Lionel a la distancia. “Con los dos sigo en contacto, al igual que con los elencos de las dos obras. Les hablo, me gusta sostener esos vínculos”, confiesa.

 

LA MAGIA

Cuando se le señala que es dueño de una trayectoria artística de más de quince años se sorprende. “Viéndolo así, aquello era la Prehistoria, ni Facebook existía”. ‘El diario de Anna Frank’, con dirección de Helena Tritek, representó un mojón fundamental en su recorrido profesional. “Una obra hermosa, en el Regina -la recuerda-. Lo que logró ese equipo de gente era tan fiel a la dureza del tema y a la vez tan mágico, que es algo inolvidable para mí. A través de Helena descubrí la magia de poder transportar al espectador a Moscú con apenas un pañuelo. ‘Pero si es un pañuelo de seda comprado en Once…’ No, no es sólo eso: el gesto adecuado, en el momento exacto y con la luz precisa hacen que ese lugar se convierta en Holanda o Alemania, que sea el año 1950 o dos siglo atrás”.

Los nombres de Tritek, Del Mastro y Lauturo Metral (con quien compartió ‘Cuando callan los patos’ y ‘La mar chiquita’, entre otras obras) se agolpan cuando se le consulta por sus directores favoritos. “Con Lautaro, gran compañero, aprendí a ser multitasking y empecé a combinar la música, algo que yo ya hacía, con el teatro”.

A Lucien Gilabert, su pareja desde hace una década, la conoció actuando en ‘Pasos de amor’, su primer musical de gran escala, donde encarnó a un joven Mahatma Gandhi. Volvieron a compartir escenario en ‘Pulmones’ (2019, El Método Kairós) y ya no más. “Es una elección. El vínculo que tengo con Lu es una de las cosas que más me enorgullece y me hace feliz. Me gusta más que sea mi novia y mi amor que mi compañera de trabajo”, se planta el actor.

-Trabaja en el teatro comercial tanto como en el independiente, hizo cine (‘Verdades verdaderas’) y producciones para plataformas (‘Diario de un gigoló’), es docente de la UNA e incluso coqueteó con algo parecido a la radio...¡No para!

-De inquieto me meto en esas cosas. Soy curioso, eso nunca lo perdí. Ahora mismo estoy desarrollando con un grupo de amigos un formato de streaming para ver si a alguien le puede interesar. Tengo el sueño también de -así como escribí varias obras de teatro- poder armar algún contenido que pueda funcionar en el medio audiovisual. Ahora tengo la suerte de estar en una racha de mucho laburo como actor, pero nunca se sabe. Entonces intento estar preparado para los desafíos que vengan.