“Se viene una corrección sobre el tipo de cambio”

El modelo de estabilización está agotado, advierte el economista Mariano Fernández, docente de la Ucema. La devaluación sería inminente, con su latigazo inflacionario. La Neoconvertibilidad, una falacia en un país sin dólares. Advertencia: en dos meses la economía podría caer en recesión.

Tiempos de zozobra, inestabilidad, incertidumbre. De acaloradas negociaciones casi contrarreloj con el Fondo Monetario Internacional para obtener una partida de dólares que permitan mantener a flote un plan de estabilización que, escorado, ya hace agua.

En su trajinar, el Gobierno suma cuestionamientos. Algunos economistas del ala liberal elevaron la advertencia hace más de un año, apuntalados por un saber académico que les permite leer entre líneas y proyectar escenarios a futuro. Mariano Fernández, docente de la Universidad del CEMA.

-¿Por qué se llegó a esta situación de tensión cambiaria y financiera? Usted afirmó hace poco que la literatura económica ya marcaba lo que iba a ocurrir.

-Creo que el Gobierno privilegió una estrategia de estabilización aun sabiendo que esa estrategia es de corto plazo. El punto acá es que en la Argentina los tiempos políticos siempre están por encima de lo que podríamos llamar las condiciones óptimas. Esto es una forma de pensarlo. La otra posibilidad es que haya sido por ignorancia, pero no creo. Quizás hayan pensado en la necesidad de ganar la elección de medio término. Y también puede ser por la lógica del poder. Quien está en el poder quiere mantenerlo. Y si bien Milei empezó de alguna forma tomando riesgos, el Gobierno ha perdido el ímpetu, la velocidad o las ganas. En realidad no hay mucha implementación de nada, esa es la verdad. Pero sí hubo mucho anuncio y promesas. Ha perdido las ganas y se ha transformado en un Gobierno más clásico. Logró bajar la inflación, quiere mantenerla baja y no importa cuáles son los costos con tal de llegar a la elección de medio término.

-Usted afirma que la economía revertirá su rumbo y culminará el proceso de desinflación. ¿Ya hicimos ese click?

-Lo que sí pasó es que la inflación dejó de bajar. Entró en una especie de estado estacionario en torno al 2 o 2,5%. El objetivo de bajar la tasa de crawling peg del 2 al 1% era implementar un mecanismo disciplinador en un esquema de estabilización como el que estaba tomando el Gobierno que en la literatura se conoce como ERBS (significa que es el ancla sobre el tipo de cambio). Al bajar la tasa de crawling peg lo que el Gobierno esperaba es que deberían haber perforado ya en esta época el 1% de inflación mensual. Eso no sucedió. Puede ser un síntoma de un proceso que aparece en la literatura empírica y es que cuando los agentes empiezan a percibir de que el plan no puede ser sostenido en el tiempo, empiezan a adelantar subas de precios. La tasa de inflación entonces tomaría forma de U. Esto lo podríamos verificar si el mes que viene y el próximo la tasa de inflación se ubica por encima del 2,4%.

-Algunas consultoras adelantan que la inflación de marzo estará en 2,7%.

-A mí no me sorprende. Cuando uno analiza la estructura de los planes de estabilización y desclasifica este plan por las medidas que se tomaron como los transitorios… El tema es así: cuando inicia el plan de estabilización lo que viene es caída de la inflación, atraso cambiario, déficit de cuenta corriente, entrada transitoria de capitales y boom de crédito. Si yo hago un highlights de cada uno, los cinco puntos se cumplieron. El tema es qué debería empezar a verse ahora. Cuando cae el plan de estabilización lo que hay son intentos de corridas sobre el tipo de cambio, que se está dando; suba de tasas de interés, se está dando ya que las tarjetas de crédito subieron los créditos de financiamiento al consumo. Estoy dando una pauta teórica. Yo no miro en general los datos porque no soy consultor, soy académico. Si uno mira el EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica), se recuperó con respecto al segundo semestre. Bueno, lo que deberíamos verificar a partir de ahora, en uno o dos meses, es que entramos en recesión. De vuelta el inicio de un ciclo de recesión o estancamiento. Se plancha el déficit de cuenta corriente, se estabiliza, eso está pasando. Lo último de esa cadena es que se da vuelta la tasa de inflación. La inflación siempre es lo último.

REFORMAS

-¿Qué cambios deberían instrumentarse para que esta parábola se revierta?

-El Gobierno necesita un nuevo esquema de estabilización. Muchos economistas que no son tan académicos o no tienen tanta especialización en temas de teoría monetaria no lo percibieron. Otros, los que estamos más en la academia, percibimos que a partir de julio hubo un nuevo plan. Yo siempre digo que el Gobierno de Milei tiene dos planes de estabilización: uno que comenzó en diciembre y termina en julio; y uno que arranca en julio y ahora está empezando a flaquear. Necesita entonces una nueva estrategia de estabilización.

-¿Qué debería tener esa nueva estrategia para que, como las anteriores, no sea de corto plazo?

-Los gobernantes tienen siempre una intención de largo plazo. Hay pocos planes de estabilización que fueron anunciados como estrategias de corto plazo para bajar los precios. Se me ocurre por ejemplo el plan de estabilización de diciembre del ‘79 de Martínez de Hoz (José Alfredo, ministro de Economía entre 1976 y 1981), que fue anunciado por seis meses. Era un error, pero cuando lo hizo no había literatura sobre eso. Hoy conociendo la literatura nadie va a anunciar un plan transitorio porque empiezan a aparecer determinados fenómenos que se supone que si el plan es permanente no aparecen.

-¿Similar a lo que ejecutó Alvaro Alsogaray en el gobierno de Arturo Frondizi?

-Fue de corto plazo, sí. El liberó el mercado cambiario de la noche a la mañana, liberó las tasas de interés, previo a un salto devaluatorio. Cuando libera el tipo de cambio se produce una corrección cambiaria. Esa corrección implicó un fogonazo inflacionario y una estabilización de precios. Eso duró un año, y al año siguiente las circunstancias políticas hicieron que el esquema de estabilización cayera. Lo que había antes de Frondizi era un esquema de tipos de cambio múltiples y control de cambios. Lo que hace Frondizi es unificar y libera, sería lo que hoy llamamos flotar.

-Usted habla de devaluar y flotar pero esos son verbos prohibidos para el Gobierno.

-El Gobierno no se anima a dejar flotar el dólar, tiene miedo. ¿Por qué? Si hacemos la analogía con el plan de Frondizi, sí o sí viene una corrección sobre el tipo de cambio nominal. Sin duda esa corrección, que va a convalidar un tipo real de cambio más alto, va a implicar un desequilibrio en los precios. Si lograron bajar la inflación a un estado estacionario entre 2 y 2,5%, posiblemente una flotación sin dólares implicará volver a tener tasas de inflación altas.

-En términos políticos este año no conviene ensayar esa medida.

-Eso es lo que supongo que estarán especulando. Si yo fuese gobierno, hubiera tomado ese riesgo en diciembre que era el mejor momento para flotar. Incluso había más consenso entre los economías de que existía la posibilidad de flotar porque las brechas estaban tocándose. El tema es que cuando uno deja flotar el dólar, está sujeto a la incertidumbre. En Argentina hay un tema estacional en relación a la oferta de dólares. La oferta no es plana y la demanda tiene estos componentes políticos o espasmódicos que pueden hacer que haya mucha volatilidad en el tipo de cambio. Eso implicaría tener una tasa de inflación alta al principio. Yo no le tengo miedo a eso. El problema de la estabilización tiene que ver con las expectativas, con la inacción de las restricciones intertemporales, con las restricciones fiscales y con el financiamiento. Sin financiamiento es muy difícil estabilizar y Argentina no tiene financiamiento. No es fácil estabilizar en forma permanente una economía.

SUSTENTABILIDAD

-Recientemente usted destacó que el plan no ganó en sustentabilidad por algunas deficiencias y puso el énfasis en el recorte del gasto, la apertura de la economía, la reforma previsional y las privatizaciones. Sin embargo, ¿no piensa que el Gobierno avanzó algunos casilleros en los dos primeros puntos?

-El ajuste del gasto público que importa es lo que consideraríamos ajuste del gasto permanente. Quienes estamos en esta parte de la literatura tenemos esta especie de pensamiento en el tiempo. Serían restricciones temporales. Javier Milei pensaba de esta manera. Si bajo el gasto hoy y ese gasto es de carácter transitorio, mañana habrá presiones para que lo vuelva a subir. Con lo cual ese gasto temporario tiene problemas de distorsión en la economía. Eso es lo que hizo el Gobierno. El superávit fiscal primario está sustentado en bajas del gasto de carácter transitorio. Son licuaciones del sistema de seguridad social y cortar la obra pública. Lo que podría ser de largo plazo sería algo de la reforma del Estado, pero no hay una reforma del Estado estructurada. Lo que hay es espasmódicamente el cierre de algunos ministerios, que no queda bien en claro qué sucede con el personal. No hay grandes ahorros en materia de estructura del Estado.

-¿Cuán factible es avanzar en esa reforma del Estado teniendo en cuenta el carácter federal de la Argentina? ¿Cómo juegan las provincias en todo esto?

-El único que se puede ajustar ahí es el gasto federal. Después la Argentina necesita una reforma fiscal para que estos ajustes de gasto permanente se den a nivel provincial y después a nivel municipal. Todo lo que hizo Milei fue sobre el gasto federal, donde tiene incunvencia. La realidad es que el gasto bajó. La pregunta es: ¿es sostenible en el tiempo esta baja? Cuando uno lo analiza intertemporalmente la respuesta es no.

-¿Las corridas cambiarias continuarán siendo parte del ciclo?

-Esto es el primer llamado de atención de un plan de estabilización que está empezando a agonizar.

-En cuanto al cepo, ¿cuánto más tarde peor? ¿Esa sería su reflexión?

-Sí. De hecho en noviembre yo escribo una nota como un jueguito en respuesta a un artículo de Sturzenegger que se llama ‘El miedo a flotar’. En noviembre yo decía que el gobierno padece del miedo a flotar; y en diciembre aviso y advierto: ojo que si no flotan viene la crisis de balanza de pagos. En la prensa apareció con otro título y la pregunta era si puede haber corridas cambiarias aún con superávit fiscal. Y la respuesta es sí. La corrida no tiene que ver con la restricción flujo temporal de un momento en el tiempo. Tiene que ver con cuestiones intertemporales. Esto es como si fuera una empresa que bajó su gasto superfluo suspendiendo las medialunas y los almuerzos. Tarde o temprano la gente va a protestar porque tenía una especie de derecho adquirido. En el caso nuestro, tarde o temprano las demandas del sector de seguridad social van a aparecer. Tarde o temprano vamos a tener una tragedia en términos de la obra pública y van a tener que hacer obra pública.

-¿Por qué los votantes que eligieron a Milei como presidente no le reclaman aquellas promesas realizadas con tanta enjundia como la destrucción del Banco Central y la dolarización? Es como si nunca lo hubiera prometido.

-No puedo hablar mal de la gente. Lo que sí puedo decir es que la gente compra pensamiento mágico. Esto habla de nuestra debilidad institucional y democrática. Igual, el mundo está en crisis. Dentro de ese pensamiento mágico estaba que de la noche a la mañana podíamos despegar como país, tener estabilidad, crecimiento y desarrollo solamente con un esquema monetario. Pero detrás de los esquemas monetarios hay individuos, corrupción, hay entramados políticos. A la gente le gusta comprar una ilusión. Compraron una ilusión frente a una clase política totalmente desprestigiada. Por eso se lo perdonan y la luna de miel continúa. Por eso surge esta idea de la neoconvertibilidad. Vayamos a los bifes: ¿Con qué vamos a hacer la neoconvertibilidad si tenemos reservas negativas? ¿A qué tipo de cambio? Dicen a 600 o 900, pero no hay reservas. Sí, a un tipo de cambio de 10.000 pesos seguramente tenemos una neoconvertibilidad, pero en el medio habría un ajuste de precios nominales gigantescos con una distorsión de precios relativos muy grande. La gente no piensa en eso. Recuerdo una entrevista en televisión donde una persona creía que 100.000 pesos se iban a transformar en 100.000 dólares.

FONDO MONETARIO

-¿Qué lectura hace de estas idas y vueltas con el Fondo Monetario Internacional?

-El acuerdo todavía no salió del todo porque en general cuando hay turbulencia en los mercados, no sale. Primero hay que parar la corrida. El acuerdo ya está, falta que nos informen cuáles son los montos. No es relevante en el largo plazo. Es necesario en el corto plazo. De los 20.000 millones de los que se hablan, hay renovación de la deuda existente con el Fondo que corresponde a los tramos de los años 2025 y 2026, aproximadamente son 14.000 millones de dólares. Así que si nos dan 20, nos están sobrando 6 o 7 más. Y seguramente no los darán todos juntos. Tampoco es mucha plata. Esos fondos, en teoría, no pueden ser usados para calmar el mercado. Y si lo hacen están violando nuevamente el acuerdo con el FMI, que ya lo hicieron en el año 2018. En el largo plazo esos flujos no son una solución permanente. Sólo les permitirá llegar a octubre.