Por MYRIAM MITRECE Y CARLOS IALORENZI
La Prensa informó la semana pasada sobre un fenómeno muy singular que va a suceder “el próximo 28 de febrero cuando siete planetas del sistema solar: Marte, Júpiter, Urano, Venus, Neptuno, Saturno y Mercurio, se alinearán en el cielo nocturno al mismo tiempo y se podrá verlos a todos juntos a través de diferentes técnicas”. También hemos leído en otros medios que este 21 de enero se alinearon seis de ellos, con la única ausencia de Mercurio.
Más allá del fenómeno astronómico, es una conocida expresión decir que se “alinean los planetas” cuando queremos significar una situación en la que una serie de factores se dan al mismo tiempo, de modo poco probable y permiten que suceda algo especial.
Esto es lo que parece que está empezando a ocurrir en algunos países occidentales: Hungría, Italia, Argentina y ahora EE.UU. entre otros, que están gobernados por líderes que se oponen a los intentos totalitarios, el wokismo y al globalismo. Hasta hace poco tiempo estas agendas parecían sólidamente irreversibles.
En este sentido el líder del partido Vox de España Santiago Abascal, dijo en ocasión de la asunción de Donald Trump que: “Es un día histórico para miles de millones de personas de todo el mundo, no solo para los estadounidenses, porque a partir del hoy el globalismo está en problemas, el socialismo está en problemas, la agenda de género está en problemas, la agenda woke está en problemas, las políticas de inmigración masiva están en problemas. Y por otra parte se abre una oportunidad y una esperanza de recuperar la cordura, de recuperar el sentido común y de recuperar la senda de la libertad, no solo en Estados Unidos sino para muchos países que han sido atacados por el globalismo durante demasiado tiempo” y continuó diciendo: “En contra de lo que dicen la élites y los burócratas de Bruselas, el impacto va a ser extraordinario, porque va a operar en favor de la libertad de los pueblos, en favor de los patriotas de Europa y en contra de los burócratas que han querido arrebatar a las gentes de Europa la capacidad de decidir su propio destino durante demasiado tiempo y que han tratado de inocular ideologías dañinas, ideologías absolutamente nocivas en todas las naciones contra la voluntad de sus pueblos. Y no sólo las naciones han tratado de inocular esas ideologías, como la ideología de género, incluso en las escuelas. Yo creo que eso va a ir llegando a su fin, poco a poco, gracias a esta victoria que sucede a otras victorias muy importantes, como la de Javier Milei en Argentina y al crecimiento de las fuerzas patrióticas en Europa”.
AGENDA CUESTIONADA
En nuestro país la agenda de género está siendo cuestionada. Fueron disueltos los organismos dedicados a controlar y castigar toda opción contraria al pensamiento que se había impuesto como único, que decían favorecer a las mujeres y minorías, cuando en realidad las utilizaban para fines ideológicos.
También se está discutiendo en uno de los ámbitos que ha sido el predilecto para inocularse en las familias y entre la gente común. Como se anunció hace unas semanas, el Gobierno Nacional ha decidido revisar los documentos y recursos que se utilizan para la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) en las aulas y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también está analizando ciertos cambios. Esperamos que así lo hagan, como también lo efectúen las demás jurisdicciones.
LA CORTE IDH
Durante varios meses la Corte Interamericana de Derechos Humanos mantuvo en vilo a América. La resolución que dicha Corte diera al caso Beatriz Vs. El Salvador (que hemos tratado varias veces en esta columna) era una amenaza al derecho a la vida en todo el continente. Sin embargo, cerrando el 2024, la Corte no accedió a la pretensión de las organizaciones abortistas, de las partes peticionarias y de la Comisión Interamericana de declarar al aborto como Derecho Humano y tampoco admitió, como se pretendía, que la negación al acceso al aborto constituya tortura.
POSIBLES CAUSAS
Uno está tentado a preguntarse qué pasó para que el mundo occidental esté “pegando un volantazo” hacia las ideas de la “Nueva derecha” justo cuando todo parecía indicar que estábamos encaminándonos irremediablemente a un socialismo global. ¿Esa idea de lo irremediable y extremo pudo haber sido una de las razones? El “progresismo” se exageró a sí mismo, se pasó de rosca. ¿Vivir el abuso del poder en los encierros masivos habrá sido uno de los primeros pasos hacia la concientización sobre la importancia de la libertad?
¿Y qué, cuando se comenzaron a ver las consecuencias de la primacía de la autopercepción sexual por sobre la realidad biológica, la promoción de la homosexualidad y el relativismo moral plasmados en crisis de salud mental de niños y adolescentes?
Las redes sociales se convirtieron en el refugio de muchos de los que defendemos el sentido común, la libertad, la vida y la familia compuesta por un hombre, una mujer e hijos. Esos millones también influyeron. Los pasivos se activaron. Cierta clase política tomó nota del disgusto.
Seguramente existen muchos factores que están ejerciendo presión para que lo irremediable del progresismo pase a ser un mal recuerdo ¿qué peso habrá tenido cada uno ocupando su puesto en la “batalla cultural”?. Decía la Santa MadreTeresa “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos mar si le faltara esa gota”.
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