Se cumplen 20 años de la tragedia de Cromañón
El incendio durante el recital de Callejero dejó un saldo de 194 muertos y más de 1.400 heridos. Sobrevivientes y familiares luchan para que no se olvide y advierten que un Estado ausente aumenta el riesgo de que se repita.
A 20 años de la 'Tragedia de Cromañón', un incendio que causó 194 muertos y más de 1.400 heridos durante un concierto de rock, sobrevivientes y familiares de las víctimas mantienen viva la lucha por la memoria, señalan a las autoridades y advierten que un Estado ausente aumenta el riesgo de que se repita.
La noche del 30 de diciembre de 2004, una bengala prendió fuego la enorme lona de plástico instalada en el techo de la discoteca República de Cromañón durante el recital del grupo Callejeros, y desató una de las mayores catástrofes de la historia argentina.
A los pocos minutos, un espeso humo tóxico colmó la sala, cuya salida de emergencia estaba cerrada con candado. Además, el local tenía capacidad para albergar a unas mil personas, pero esa noche había unas 4.500.
"Recuerdo ambulancias, cuerpos, desesperación, angustia", relata en el santuario erigido en el lugar del suceso, Gonzalo Zamudio, quien tenía entonces 14 años y no recuerda cómo salió de Cromañón.
El hoy programador de 34 años rechaza tajantemente el calificativo ‘tragedia’: "Se presupone que una tragedia es algo que no se puede evitar y Cromañón se pudo evitar. Estaba mal habilitado, los planos eran irregulares, la habilitación estaba vencida, habían pagado coimas. Me parece que hay una serie de irregularidades muy grandes para decir tragedia, fue una masacre".
Los hechos que denuncia no son meras teorías sino que fueron probados por la Justicia y culminaron, tras varios y extensos procesos judiciales, con el encarcelamiento de casi una veintena de personas.
Entre los condenados estaban el gerente de la discoteca, Omar Chabán; el dueño del local, Rafael Levy; policías, bomberos y funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. También, los miembros y el representante de Callejeros.
"Evidentemente todo funcionaba mal, era una trampa mortal", afirma el sobreviviente Nicolás Papolla, que destaca la responsabilidad del entonces Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
Ibarra fue sobreseído en la causa pese a que poco antes había sido destituido del cargo mediante un juicio político por las irregularidades en torno a Cromañón y por la defectuosa respuesta de los servicios de emergencia.
Por esa falta de respuesta, muchos de los que lograron salir de la sala aquella noche volvieron a entrar, una y otra vez. Uno de ellos fue Mariano Valsangiacomo, que tenía 31 años cuando murió en Cromañón junto a su hermana Verónica. "Seguimos haciendo terapia a 20 años porque esto nos cambió como familia, nunca fuimos los mismos", reconoce Elsa Meilán, viuda de Mariano y cuya hija sobrevivió al incendio.
Elsa cree que parte de la responsabilidad es compartida entre todos los que participaban de una cultura del rock que comenzó a parecerse a la del fútbol, aunque rápidamente cita un eslogan popularizado durante los juicios y aclara: "Ni una bengala ni el rock-and-roll, a los pibes los mató la corrupción".
Pese a que sus historias son diferentes, Gonzalo, Nicolás y Elsa apuntan al Estado como el gran responsable y advierten sobre la importancia de un Gobierno presente que verifique adecuadamente habilitaciones de locales, coordine respuestas a catástrofes y destine fondos a la capacitación de personal y a la prevención de sucesos como Cromañon.
"El Estado ausente es lo más peligroso que puede tener un país y en este momento también estamos viviendo en un Estado ausente", alerta Elsa.
Ante esto, resaltan la importancia del trabajo de memoria que llevan las organizaciones de familiares y sobrevivientes, en las que los tres participan desde hace años.
Además de brindar charlas y talleres de concienciación para jóvenes, han impulsado proyectos de ley, entre ellos, uno que logró ampliar y consolidar las ayudas económicas para sobrevivientes y otro que busca la expropiación de la discoteca -hoy abandonada- para convertirla en un centro de memoria.
Hoy habrá actividades durante todo el día en el Santuario y en plaza de Mayo. Luego, a partir de las 19:00, comenzará la marcha hacia el santuario en Once donde allí, 20:30, se llevará a cabo el acto central.
CAMBIO LA NOCHE
El 30 de diciembre de 2004 cambió la vida de muchas personas. Ante el hecho, en Capital Federal se dictó en 2005, con varias actualizaciones tiempo después, un Decreto de Necesidad y Urgencia sobre modificaciones en la noche porteña.
El Decreto N° 6-GCBA/05 sirvió como primera medida para afrontar la situación y reformular así las condiciones de funcionamiento de los locales que venían desarrollando la actividad baile, distintos factores como el aporte constante de la población, y la triste experiencia que nos tocó padecer como sociedad.
El artículo 1 establece que, en los locales de baile, clase A, B o C; bares, restaurantes u otros rubros, donde la actividad de baile forme parte del eje comercial del emprendimiento, se encuentra prohibida la realización de espectáculos musicales en vivo.
Además, se detalla que se debe cumplir los recaudos de la constancia de capacidad autorizada, la que "no deberá exceder un factor de ocupación superior a dos personas por metro cuadrado de superficie destinada a los concurrentes, exceptuando para el cálculo, sectores de ingreso y egreso, pasillos de circulación y evacuación, escaleras, barras, guardarropas, depósitos, oficinas y sectores administrativos, cabinas de iluminación y disc jockey, sanitarios y todo otro sector con similares finalidades".
Se suma que cada local deberá tener la certificación de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal en los términos dispuestos por la Ordenanza N° 50.250 y sus modificaciones.
Por otro lado, se modificó que los interiores de los establecimientos sean de materiales no combustibles, o bien, ignífugos o con tratamiento ignífugo.
Asimismo, se establece que, en un plazo de 180 días corridos a partir de la inscripción en el Registro, las aislaciones acústicas, sólo podrán ser de materiales no combustibles.
Además, el decreto presenta un Plan de Evacuación, suscripto por un profesional matriculado en la materia, el cual es revisado mes a mes.
Luego otra de las medidas más fundamentales que cambiaron la noche porteña fue la implantación de personal de seguridad en los términos de la Ley N° 118 y sus modificatorias.
En el artículo 5 se establece que durante el tiempo en que los lugares de baile se encuentren abiertos al público deberán cumplir obligatoriamente los siguientes recaudos para poder funcionar:
•Constancia de la contratación y presencia de un servicio médico permanente de emergencias.
•Constancia de la contratación y presencia de servicios de bomberos de guardia.
•Constancia de certificación de los materiales y/o procesos utilizados para el tratamiento ignífugo de revestimientos y aislaciones acústicas.
•Exhibición del certificado de reválida trimestral expedido por la Superintendencia de Bomberos.
•Acreditar la emisión de entradas preimpresas y numeradas en forma correlativa con la leyenda "prohibido el ingreso de menores de 18 años de edad".