Se avanza con los pliegos de los embajadores en España y Estados Unidos

Fueron analizadas en el Senado las candidaturas de Wenceslao Bunge Saravia y Alejandro Oxenford.

La Comisión de acuerdos del Senado avanzó en el análisis de los pedidos de acuerdo para Wenceslao Bunge Saravia como embajador en España y de Alejandro Oxenford como embajador en los Estados Unidos.

Ambos candidatos fueron apoyados por legisladores del oficialismo y aliados, mientras que el peronismo no concurrió a la reunión. El trámite en comisión no se completó, sin embargo, porque los despachos no lograron todas las firmas necesarias a raíz de que algunos legisladores como el radical Martín Lousteau se retiraron sin suscribirlos.

Bunge Saravia, empresario de extensa trayectoria en el sector bancario europeo, señaló que su gestión se centrará en normalizar la relación bilateral, atraer inversiones españolas y fomentar las exportaciones de empresas argentinas. En cuanto al primer objetivo reconoció el “desafío” que implicaban las diferencias políticas existentes entre los jefes de gobierno actuales en España y Argentina, pero sostuvo que ambos países tienen “más coincidencias que diferencias”.

También acotó que había leído un libro inspirador en ese sentido de Daniel Scioli, exembajador en Brasil, que se encontró en una situación comparable a causa de la relación del actual gobierno argentino con el del socialista Lula Da Silva. Informó además a los legisladores de una reciente reunión con el nuevo embajador español en Buenos Aires, José María de Arístegui Laborde, durante la que ambos se expresaron de manera coincidente sobre la necesidad de mejorar el vínculo bilateral.

En otro orden, Bunge Saravia tiene nacionalidad española y, ante una pregunta del senador Carlos Espínola, confirmó que si la Cámara alta aprobaba su designación, renunciaría a ella como exige la legislación argentina.

Por su parte, Alejandro Oxenford afirmó que había encontrado entre más de un centenar de funcionarios y empresarios entrevistados en los Estados Unidos “un nivel de interés en Argentina que nunca hubiera soñado”. También insistió en que el país se encontraba con la oportunidad “histórica” para mejorar las relaciones con la mayor potencia económica mundial e insistió en la “actitud positiva y de apertura” que había comprobado en Washington de cara a la Argentina.