A cien metros ya se escucha la batucada libertaria. Sobre la vereda del Hotel Presidente, en la calle Cerrito, a tan sólo un puñado de cuadras del Obelisco, se está por lanzar La Carlos Menem, la agrupación política que nuclea a la juventud de La Libertad Avanza.
Hay un clima festivo, una sensación extraña. Como si se hubiera abierto un portal en el tiempo y por allí asomaran viejas figuras políticas de una época que se creía superada. De alguna manera todo vuelve.
Al compás de los redoblantes una larga fila de personas espera para ingresar al recinto. Adentro, el analista internacional Jorge Castro transita con dificultad las alfombras del lobby en busca de un asiento.
-¿Renace el menemismo?
-Y, eso parece. Al menos le pusieron ese nombre…
Unos metros más allá, Jorge Pereyra de Olazábal, exviceministro de Defensa durante la Era Menem y otrora titular de la Unión de Centro Democrático (Ucedé) porteña, mira hacia la puerta como si aguardara a alguien. No se decide aun a bajar las escaleras rumbo al salón principal.
“Es bueno que los jóvenes se acerquen a la política, que participen. La verdad es que a Javier Milei lo veo parecido a Carlos Menem en muchos aspectos”, recalca Pereyra de Olazábal que, menos expuesto, aún transita por la política de manera subterránea.
Perfil bajo, pelo blanco, silencioso, pasa caminando Alberto Albamonte, exdiputado nacional y pieza relevante en aquel armado noventista, cuando el menemismo captó a los principales cuadros liberales del país y el PJ, reconfigurado, terminó por deglutir a la Ucedé.
No podía faltar la farándula, el mundillo de los flashes y las apariencias. Ha pasado un cuarto de siglo pero ahí están, persistentes, las melenitas rubias y las narices respingadas. Alfa, el exparticipante de Gran Hermano, desfila entre la multitud con la altivez de un Dios con pies de barro.
LOS PIBES
La Carlos Menem cuenta aproximadamente con 100 miembros, aunque sólo 50 operan de manera activa. Son apenas los comienzos de este brote verde libertario. ¿Pero por qué bautizarla con el nombre del expresidente?
“Le pedimos permiso a Zulema, la hija. Y después Sebastián Pareja -armador bonaerense de La Libertad Avanza- nos dio una mano grande en la construcción del espacio. Vemos muchos parecidos entre Menem y Milei en las medidas que toma en el contexto hiperinflacionario (sic)”, sostiene Fidel Oholeguy Kohan, nieto de Alberto Kohan, exsecretario General de la Presidencia en los ‘90.
Minutos más tarde, detrás del atril y frente a las masas, el joven dirigente de 18 años dirá que “después de décadas de socialismo” la Argentina vive un momento de libertad económica “que es clave para la prosperidad. Creemos en la meritocracia, sin que el Estado se interponga y nos arrebate las posibilidades”.
El acto aún está en pañales. “Yo estudié en el Nacional Buenos Aires. Siempre me interesó la política pero en la escuela el enfoque era muy sesgado. Así que ahora que voy a la Universidad decidí venir para ver qué pasa”, cuenta Thiago, que llegó al lugar acompañado por dos amigos. “Por lo que leímos, Milei es parecido a Menem. Lo bueno es que hay mucha libertad”, agrega.
Los pibes se acercan a la puerta del salón. Afuera, en tres mesas estratégicamente dispuestas, algunos militantes venden libros libertarios que llevan títulos tales como Crítica a la educación sexual, Aborto de la A a la Z y La batalla cultural, éste último del politólogo Agustín Laje. También se comercializan gorras visera de color azul con el lema Make Argentina great again.
TELON ALTO
En la primera fila está ubicada Zulema María Eva Menem, la hija de Carlos, acompañada por su pareja, Rodolfo D’Onofrio, expresidente de River Plate. La escolta Alberto Kohan. Para ella son todos los honores, ramo de flores incluido. Su ingreso produjo torbellinos de emoción entre los nostálgicos menemistas, como si Zulemita fuera el último retazo de un tiempo que ya jamás volverá.
Habrá, antes de los discursos -empalagosos, triunfalistas, de barricada-, la entonación del Himno Nacional con la bandera argentina de fondo, dos hurra por la Patria y tres Vivas por la memoria del doctor Carlos Saúl Menem, el hombre de Anillaco, provincia de La Rioja.
En la tarima los dirigentes tienen un mensaje consensuado. El vicepresidente de La Carlos Menem, Francisco Morán, y el secretario general, Enzo Di Fabio, coincidirán en destacar de la gestión menemista “la reducción de la inflación, la modernización de la economía, la estabilidad, la pacificación nacional, la inserción en el mundo occidental y el valor sagrado de la vida”.
¿Qué es lo que une a estos viejos dirigentes, muchos de ellos ya retirados, protagonistas de un tiempo pasado, con estos jóvenes idealistas que no superan los 25 años y que aún no han tenido tiempo para el desengaño? ¿Es el liberalismo, las ideas de la libertad o la simple necesidad de creer en algo ante la debacle? ¿Qué tienen en común los hombres que vieron la caída del Muro y el fin de la historia con los pibes de la Inteligencia Artificial?
Llega la noche y termina el acto. Alberto Kohan sale del hotel, encorvado, apoyado en su bastón, sostenido de un brazo. “Me parece bien esta mezcla de viejos y jóvenes, pero los que tienen que trabajar ahora por el país son los jóvenes”, concluye.