Retenciones, un paso en la dirección correcta
La poda de retenciones es una ayuda que el campo esperaba. El mal clima podría atentar contra los números finales del productor. ¿Cuál será el impacto fiscal de la medida?
Por Franco Artusso *
El pasado 23 de enero el gobierno anunció una baja de las alícuotas de Derechos de Exportación (DEX) que gravan a los productos agropecuarios y sus principales derivados agroindustriales, más conocidas como “retenciones”.
Las reducciones fueron del 33% al 26% para el poroto de soja, del 31% al 24,5% para el aceite y la harina de soja, del 7% al 5,5% para el girasol y del 12% al 9,5% para los cereales (maíz, trigo, sorgo y cebada).
En principio la baja seria “temporal” y estaría vigente hasta el mes de junio, aunque luce poco probable que se retrotraiga la acción a mediados de año teniendo en cuenta las elecciones legislativas en el mes de octubre. Además, cabe mencionar que en paralelo se anunció la eliminación permanente del impuesto que gravaba a los productos de las economías regionales (maní, azúcar, arroz, bebidas, algodón, cuero bovino y forestoindustria, entre otros).
Lo primero que es preciso señalar es que se trata de un gran paso hacia delante en la dirección correcta. En una columna recientemente publicada desde IERAL explicamos la difícil coyuntura que atraviesa actualmente el sector debido a los bajos precios internacionales de los granos, un clima que no colabora y una política tributaria que hasta el momento no le había dado señales de avance.
En relación a esto último, señalamos que el campo se encontraba a la espera de “un centro” en este 2025, haciendo referencia, claro está, a que esperaba (al menos) una señal de avance del gobierno para el cumplimiento de su promesa electoral de eliminar definitivamente las retenciones. Bueno, el centro llegó antes de que se termine el primer mes del año, y si bien falta muchísimo camino por recorrer, la medida es bienvenida en el sector que más divisas netas le aporta a la economía argentina cada año.
La baja de DEX tiene implicancias en varios frentes, en las finanzas públicas (nación y provincias), en la asignación de los recursos entre sectores y cultivos, en el nivel de actividad del interior productivo y los proveedores del agro, en los precios de la economía, en el flujo de divisas que puede aportar el sector agropecuario en los próximos meses.
Esta breve columna se enfoca en aproximar el impacto microeconómico de la medida, qué sucede, o mejor dicho, en cuánto mejora la rentabilidad esperada en la producción de granos ante este nuevo escenario. Además, dado que conlleva cambios en la estructura tributaria y los niveles de recaudación de distintos impuestos que gravan al sector, se menciona qué implicancias podría traer la medida para las finanzas de los distintos niveles de gobierno (particularmente, nación y provincias).
ANALISIS
Para el análisis se toman como referencia dos modelos agrícolas con distintos niveles de eficiencia en la producción de los granos, uno que captura las particularidades de la zona núcleo (sudeste de Córdoba) y otro que intenta representar a la gran región extrapampeana (Santiago del Estero, centro-norte del país).
En ambos casos se considera el caso de un productor propietario de la tierra, con una escala de producción de 500 hectáreas y un esquema de siembra “50 y 50” de soja y maíz. Las principales diferencias entre ambos se deben a la productividad de la tierra (rendimientos de cultivos) y las distancias a puerto (costo transporte de cargas), pero también influyen los distintos requerimientos de insumos y labores según ubicación geográfica (costos directos de producción).
Lo que se observa es que, de mantenerse la baja de DEX durante todo el 2025 (y no hasta junio como se anunciase en un principio), la rentabilidad neta del productor (margen después de impuestos) aumentaría un 12% en zona núcleo (+u$s 52 / ha) y un 20% en zona extrapampeana (+u$s 41 / ha).
Estos dólares “extras” para el productor son a su vez los que perdería de recaudación el estado, implicando una retracción del 8-10% de los ingresos totales del fisco con respecto al escenario sin reducción del impuesto.
Se debe advertir que la recaudación tributaria total cae proporcionalmente menos que la recaudación perdida por la baja de los DEX (-19%). Esto se debe a que tras la reducción de los DEX aumenta la recaudación de otros impuestos y se compensa parcialmente la pérdida.
Este efecto se explica fundamentalmente por la mayor recaudación del impuesto a las ganancias (+15-21% dependiendo la zona), pero también se recaudaría más por el impuesto a los Sellos (+6%), al cheque (+4%) e Ingresos Brutos (+2%).
Este último efecto del Ingreso Bruto se da solo en aquellas zonas donde la actividad primaria se encuentra directamente gravada. No es el caso de Córdoba donde la actividad se encuentra exenta y el impuesto afecta indirectamente al productor vía distorsión de precios en actividades “aledañas” (mayor precio en transporte de cargas e insumos).
Considerando estos cambios sobre la estructura tributaria y los distintos niveles de gobierno que recauda cada impuesto, se observa que las provincias serían las grandes ganadoras tras la reducción de los DEX: pasarían a recaudar 12-15% más, un extra de u$s 16 por hectárea en zona núcleo y de u$s 11 / ha en zona extrapampeana; nación, por su parte, absorbería toda la perdida recaudando 14-15% menos, con una merma de u$s 68 / ha en zona núcleo y de u$s 52 / ha en zona extrapampeana, respectivamente. Así las cosas, la carga tributaria mermaría 6,5 – 8,2 puntos porcentuales en nación y aumentaría de 1,5 – 1,7 puntos en las provincias.
En conjunto, la carga tributaria total sobre el productor (nación más provincias) disminuiría entre 5 y 6,4 puntos porcentuales tras la reducción, pero aun así seguirá siendo muy elevada en el 2025: promediaría 54,4% en zona núcleo y 60,6% en zona extrapampeana. Esto quiere decir que, luego de pagar impuestos, al productor agrícola de zona núcleo le quedará tan solo el 45,6% de la renta que genere con su actividad (ingresos menos costos) y al de zona extrapampeana apenas el 39,4%.
Del párrafo anterior se desprende que en las dos zonas de referencia lo que se lleva el Estado vía impuestos continuará siendo mayor a lo que le queda “en limpio” al productor agropecuario luego de descontar todos los costos e impuestos.
Para ponerlo en valores concretos, de verificarse los rendimientos medios de cada región en esta campaña, en 2025 los productores pagarían unos u$s 569 / ha de impuestos en zona núcleo y unos u$s 385 / ha en zona extrapampeana, mientras que su ganancia neta sería de u$s 476 y u$s 250 por hectárea, respectivamente.
CAUTELA
En relación a los números anteriores que quedarían para el productor, cautela. Que se verifiquen los rindes medios de cada región parece ser cada vez más una expresión de deseo a medida que pasan las semanas. La primera mitad de enero ha sido realmente mala en términos de clima. La escasez de lluvias en una etapa critica para el desarrollo de los cultivos ha afectado a diversas zonas, y si bien por el momento parece haber bastante variabilidad en este aspecto (zonas donde ha llovido más, otras muy complicadas), es de esperar que los rendimientos sean finalmente más bajos que los empleados en esta simulación. Será objetivo de las próximas columnas abarcar un abanico más amplio de posibilidades en este aspecto.
En síntesis, la baja de DEX introduce una mejora respecto al status quo que primaba semanas atrás, pero como se dijo al inicio de esta columna, falta mucho camino por recorrer. Lograr la eliminación definitiva del impuesto implica un gran desafío fiscal para el gobierno nacional y seguramente requiera una estrategia más integral que le de sostenibilidad a la medida.
En concreto, como la eliminación de retenciones aumenta la recaudación de otros impuestos que en su mayor parte va a las provincias, sería oportuno que: i) se prevea una asignación específica para que los aumentos de recaudación de otros impuestos vayan a la Nación y así poder compensar al menos parcialmente la pérdida de recaudación por DEX; o bien (ii) que las provincias se sumen al esfuerzo fiscal de nación y con los mayores recursos que reciben por la reducción / eliminación de los DEX, bajen / eliminen otros impuestos (por ej. sellos o ingresos brutos a los insumos agropecuarios).
* Investigador de la sección Productiva del Ieral de la Fundación Mediterránea.