Todos sabemos que Astor Piazzola abandonó los formatos tradicionales del tango. Fue un verdadero creador, admirado por muchos y criticado también por muchos. Y, como todo renovador de talento, tuvo seguidores o continuadores, como quiera denominárselos. Y uno de estos, 15 años menor que Piazzola, fue Raúl Garello, quien nació en la ciudad de Chacabuco en 1936 y falleció en 2016.
Garello fue, es y será muchas cosas: bandoneonista, compositor, director de orquesta, arreglador. Y en cada una de estas facetas, se destacó con relieves propios. Como bandoneonista, Pichuco lo incorporó a su orquesta en 1963, teniendo Garello 26 años. Y permaneció en la misma hasta la muerte de Troilo en 1975.
Como compositor surgen de su inspiración, entre otras composiciones, ‘Llevo tu misterio’, grabada por Roberto Rufino y ‘Buenos Aires conoce’ que llevó al disco Floreal Ruiz.
En su función de director de orquesta, desde 1980 -con 44 años- es codirector, alternando con Carlos García, de la orquesta del tango de la Ciudad de Buenos Aires. Diez años después, tuvo el orgullo –un 9 de julio de 1990- de actuar al frente de la orquesta, nada menos que en el teatro Colón.
Una película ‘Tango For Two’, lo muestra dirigiendo su agrupación musical, con la que luego visitarían Holanda y Turquía. También Francia y Alemania tienen el privilegio de haberlo escuchado.
ARREGLADOR
Pero nos está faltando aludir al Raul Garello arreglador. Y aquí una anécdota, que nos mostrará como llegó a ocupar oficialmente ese puesto con Troilo.
Pichuco estaba una tarde, en los estudios de RCA Víctor. Debía grabar varios temas con su orquesta. Un problema técnico hace que deba esperar largos minutos. En ese momento alguien le dice: “Maestro, ya que debe esperar, escuche este registro de su excantor Roberto Goyeneche”.
Troilo escucha con atención y finalmente dice: “¡Qué orquestación maravillosa! ¿Quién la hizo?”. Entonces le responden: “El arreglo es de Garello, bandoneonista de su orquesta”.
Pichuco, en cuyo rostro se refleja sorpresa, le dice a Garello: “¿Te animás a hacerme el arreglo de ‘Los mareados’ en versión instrumental?”. “Por supuesto, maestro”, le contestó.
Desde ese momento Garello pasó a arreglar todo el repertorio de Pichuco, salvo los temas de Julián Plaza, que quedaron a cargo de éste.
Sólo agregaré que como director, nuestro protagonista de hoy, grabó con destacados solistas: Goyeneche, Floreal Ruiz, Rufino, Eladia Blasquez, Rivero, Susana Rinaldi, el español Django y muchos otros.
Diremos para terminar que la música y el estilo de Raúl Garello se identifican plenamente con el Buenos Aires actual. Su sonido es personal, reconocible. Además, posee una envolvente belleza estética.
Por encima de gustos, nadie negaría que en lo suyo, la verdadera esencia del tango, siempre está presente. Este hombre -en síntesis- configura la expresión cabal de una revolución tanguera, fiel a las auténticas raíces del género.
Diría que Raúl Garello es una especie de patriota, al que si bien no le tocó defender nuestro territorio, defendió con su forma de sentir el tango nuestra identidad de argentinos.
Garello fue, es y será muchas cosas: bandoneonista, compositor, director de orquesta, arreglador. Y en cada una de estas facetas, se destacó con relieves propios. Como bandoneonista, Pichuco lo incorporó a su orquesta en 1963, teniendo Garello 26 años. Y permaneció en la misma hasta la muerte de Troilo en 1975.
Como compositor surgen de su inspiración, entre otras composiciones, ‘Llevo tu misterio’, grabada por Roberto Rufino y ‘Buenos Aires conoce’ que llevó al disco Floreal Ruiz.
En su función de director de orquesta, desde 1980 -con 44 años- es codirector, alternando con Carlos García, de la orquesta del tango de la Ciudad de Buenos Aires. Diez años después, tuvo el orgullo –un 9 de julio de 1990- de actuar al frente de la orquesta, nada menos que en el teatro Colón.
Una película ‘Tango For Two’, lo muestra dirigiendo su agrupación musical, con la que luego visitarían Holanda y Turquía. También Francia y Alemania tienen el privilegio de haberlo escuchado.
ARREGLADOR
Pero nos está faltando aludir al Raul Garello arreglador. Y aquí una anécdota, que nos mostrará como llegó a ocupar oficialmente ese puesto con Troilo.
Pichuco estaba una tarde, en los estudios de RCA Víctor. Debía grabar varios temas con su orquesta. Un problema técnico hace que deba esperar largos minutos. En ese momento alguien le dice: “Maestro, ya que debe esperar, escuche este registro de su excantor Roberto Goyeneche”.
Troilo escucha con atención y finalmente dice: “¡Qué orquestación maravillosa! ¿Quién la hizo?”. Entonces le responden: “El arreglo es de Garello, bandoneonista de su orquesta”.
Pichuco, en cuyo rostro se refleja sorpresa, le dice a Garello: “¿Te animás a hacerme el arreglo de ‘Los mareados’ en versión instrumental?”. “Por supuesto, maestro”, le contestó.
Desde ese momento Garello pasó a arreglar todo el repertorio de Pichuco, salvo los temas de Julián Plaza, que quedaron a cargo de éste.
Sólo agregaré que como director, nuestro protagonista de hoy, grabó con destacados solistas: Goyeneche, Floreal Ruiz, Rufino, Eladia Blasquez, Rivero, Susana Rinaldi, el español Django y muchos otros.
Diremos para terminar que la música y el estilo de Raúl Garello se identifican plenamente con el Buenos Aires actual. Su sonido es personal, reconocible. Además, posee una envolvente belleza estética.
Por encima de gustos, nadie negaría que en lo suyo, la verdadera esencia del tango, siempre está presente. Este hombre -en síntesis- configura la expresión cabal de una revolución tanguera, fiel a las auténticas raíces del género.
Diría que Raúl Garello es una especie de patriota, al que si bien no le tocó defender nuestro territorio, defendió con su forma de sentir el tango nuestra identidad de argentinos.