Quedarán para el año próximo el cepo y el acuerdo con el FMI

Por Salvador Distefano *

El cepo difícilmente pueda eliminarse en el año 2024, las reservas son negativas y el stock de pesos muy elevado. Todo quedará relegado para el año 2025. El acuerdo con el FMI no saldrá en el año 2024, tendrá que esperar paciente las elecciones en Estados Unidos para definirlo en el primer trimestre del próximo año.

Según datos del boletín fiscal del primer trimestre del año 2025, la deuda de capital a vencer con el FMI en el año 2025 es u$s 0; en el año 2026, u$s 1.103 millones; y en el año 2027, u$s 4.303 millones. En total, vencen u$s 5.406 millones en lo que resta del mandato de Javier Milei.

En concepto de intereses con el FMI, vencen u$s 3.307 millones en el año 2025; u$s 3.032 millones en el año 2026 y u$s 2.864 millones en el año 2027. En total vencen u$s 9.203 millones en concepto de intereses.

Sumadas ambas partidas, hay que pagarle al FMI unos u$s 14.609 millones en lo que resta del mandato presidencial. Sería prudente firmar un acuerdo para conseguir estos fondos del FMI y no incrementar la sangría de reservas, algo difícil pero no imposible.

Para el mandato presidencial 2027/31 quedan por vencer u$s 26.534 millones de capital y u$s 6.540 millones de intereses, lo que implica levantar vencimientos por u$s 33.074 millones.

La Argentina debería firmar en breve un acuerdo con el FMI para despejar dudas sobre la solvencia intertemporal de su deuda, sin embargo, no hay vencimientos a corto plazo que le quiten el sueño. Si bien Argentina necesita un acuerdo, el FMI también lo necesita, la exposición con Argentina suma una deuda de capital de u$s 42.963 millones y, en concepto de intereses, u$s 18.233 millones, lo que equivale a una deuda de u$s 61.196 millones.

El FMI pretende aplicar su viejo manual con Argentina, conseguir que el país incremente sus reservas mediante una devaluación que le permita aumentar las exportaciones y restringir las importaciones, sin importar lo que suceda en el plano social, donde los trabajadores de escasos recursos se verán afectados por una nueva transferencia de ingresos que los dejará en clara desventaja.

El Gobierno pretende mostrar solvencia fiscal, con un presupuesto superavitario, sin financiamiento del Banco Central, un tipo de cambio que se moverá al ritmo del 2,2% mensual y una inflación en clara desaceleración. Si a esto le sumamos que la balanza de pagos es positiva y nos devuelve una suba de reservas, no deberíamos preocuparnos por la salud financiera del país.

 

* Analista Económico y de Mercados. Titular de la Consultora SDS.