En el barrio de Almagro, el 1 de abril de 1908, se fundó San Lorenzo. Por aquellos años, un cura que se llamaba Lorenzo Massa, vio que los chicos de ese club no tenían un espacio adecuado y terminaban pateando la pelota en las calles. El salesiano los invitó a jugar en el Oratorio San Antonio pero, a cambio, les pidió que fueran a misa los domingos. Negoció. Desde entonces, la historia del Ciclón y la Iglesia fueron de la mano. La muerte del Papa Francisco cerró un círculo increíble.
El padre Lorenzo fue uno de los fundadores del club y sus compañeros quisieron que el equipo se llamara como él. El hombre se resistió al principio pero se le ocurrió que sí podía tomar el nombre del Santo Lorenzo, mártir católico del Imperio Romano, quien fue literalmente cocinado a la parrilla. De allí el nombre San Lorenzo. Lo de Almagro fue un agregado que surgió por un pedido de los socios fundadores que residían en la zona.
Todo el mundo sabía del amor que sentía Jorge Bergoglio por el club azulgrana. "Armando Farro, René Pontoni y Rinaldo Martino", repetía con dulzura cuando le preguntaban los nombres de sus ídolos. El Papa había seguido el campañón de aquel equipo de San Lorenzo que dio la vuelta olímpica en 1946. ´´Ese año fui a ver todos los partidos´´, le dijo al cronista de TyC Sports en una nota que se viralizó por estas horas. ´´¿De visitante lo vio?´´, le repreguntó el cronista. ´´A Ferro, solo a Ferro fui´´, le contestó en la breve entrevista el último gran jefe de la Iglesia Católica, quien por estas horas está siendo velado y llorado por casi todo el planeta.
Francisco, qué duda cabe, fue el hincha más famoso de la historia de San Lorenzo. Y lo será para siempre. Su pasión estaba cerca de la casa de Flores en la que transcurrió su infancia, en la calle Membrillar 531. El Viejo Gasómetro, ubicado en Avenida La Plata al 1700, en los terrenos que ahora fueron devueltos al club y en los que los socios sueñan con edificar algún día una nueva cancha, le quedaba a mano.
Allí fue muy feliz el Papa argentino desde chico. Gritó goles y alentó a los suyos pero nunca tanto como a aquella famosa formación del 46 que convirtió 90 goles en 30 partidos: ¡un promedio de tres por fecha! Se trató de un equipo demoledor que terminó campeón con 46 puntos. Le sacó cuatro a Boca y dejó una marca imborrable con ese tridente ofensivo que nunca pudo olvidar Francisco. Entre Pontoni (20), Martino (18) y Farro (17), marcaron 55 veces.
Desde entonces, los caminos de la entidad azulgrana y los clericales siempre fueron de la mano. El joven Bergoglio se hizo fana del Ciclón y se convirtió en el socio número 88.235, según rezaba su carnet. El dato, más que curioso y que también animó comentarios de futboleros esta semana, fue que el padre de la Iglesia murió el lunes a las 2.35 de la mañana, a los 88 años. En Córdoba saltó la banca porque hubo un aluvión de apostadores de quiniela, quienes jugaron a la edad del Papa… Les hizo ganar algunos billetes.
Más allá de esas ¿casualidades?, Francisco contó alguna vez que a su fanatismo por el Ciclón se lo inculcaron sus abuelos, quienes se encargaban cuidarlo a él y a sus hermanos en las vacaciones de verano. Era entonces que iban más seguido a la cancha en familia y así se enamoró del Azulgrana y de las figuras que iban pasando por el Gasómetro.
Desde entonces siempre siguió la suerte de su equipo. Ya elegido como el Padre de la Iglesia, no volvió a pasar por la cancha del Bajo Flores. Incluso cuentan que tampoco veía los partidos por TV porque, ya en 1990, había dejado de mirar la pantalla chica. No le gustaba lo que se veía en la tele, salvo acontecimientos muy específicos que lo demandaran, decía. De todos modos, sabía lo que ocurría y los resultados que iba cosechando partido tras partido San Lorenzo. Tenía informantes específicos y designados para esa función.
´´Un guardia suizo me pasa los resultados”, reveló en una entrevista y confirmó que así pudo saber y seguir de cerca, por ejemplo, la campaña que terminó con la victoria sobre Nacional de Paraguay 1-0 en la final de la Copa Libertadores de 2014. Esa vez quiso enterarse, minuto a minuto, cómo iba el partido mientras viajaba hacia Corea del Sur para cumplir una misión de su reinado papal.
Una vez instalado en el Vaticano, recibió a mandatarios de todo el mundo, celebridades y gente común que le pidió audiencias. Atendió a casi todos cuando el tiempo y la salud se lo permitió. No faltaron, entonces, dirigentes, jugadores y hasta hinchas fanáticos del Ciclón, quienes se dieron el lujo de estrecharle la mano. A todos ellos les pedía, con una sonrisa, ´´que gane San Lorenzo´´.
El club de sus amores organizará una misa el sábado en memoria del Papa. Y el equipo que dirige Miguel Angel Russo, en medio de un clima insólito por el Morettigate que avergüenza a los hinchas y por suerte no llegó a ver el Papa, saldrá a la cancha frente a Rosario Central con una camiseta especial para la ocasión. Francisco quizá esta vez sí pueda ver el partido desde el Cielo. Y pida que gane San Lorenzo.