Se cumplen seis años de una memorable gesta. La noche del 8 de agosto de 2018 en que el Senado de la Nación, ya entrada la madrugada del día 9, rechazó el proyecto de Ley de Aborto que había obtenido media sanción de la Cámara de Diputados. Treinta y ocho senadores votaron en contra del proyecto, treinta y uno lo apoyaron y dos se abstuvieron.
Para los miles de personas que estuvimos en esa plaza, recordar el momento en que se votó nos vuelve a poner la piel de gallina. Cuando la titular del Senado y vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti, comunicó que se rechazaba el proyecto, estalló de alegría el sector provida que ocupaba desde la mitad de la Plaza Del Congreso hacia Hipólito Yrigoyen, Entre Ríos y sus adyacencias. La fría y lluviosa noche no fue impedimento para que miles de personas llegadas de los más diversos lugares del país, se quedaran esperando el triunfo de la vida sobre la muerte. Y así fue.
Millones de ciudadanos comprometidos con la defensa de la vida y de las “Dos Vidas”, se movilizaron durante casi seis meses, para impedir que la actitud traicionera del gobierno del presidente Macri de abrir el debate por el aborto, se aprobara. Este tema no había sido propuesto durante la campaña presidencial del 2015 ni durante la campaña de las elecciones de medio término de 2017, que se habían realizado tan solo cuatro meses antes de presentar la propuesta.
Desde el comienzo nomás quedó claramente demostrado que la mayoría ciudadana desaprobaba el aborto. Esa mayoría adoptó como símbolo usar el pañuelo celeste, mientras que los partidarios de la eliminación de seres humanos por nacer adoptaron los pañuelos verdes.
Fueron seis meses intensos. Debates políticos y en los medios de comunicación.
Católicos y evangélicos fueron los principales credos que se movilizaron a lo largo y a lo ancho del país. Se formaron grupos de WhatsApp y las redes sociales se inundaron de opiniones de un lado y del otro. Se celebraron misas y rezos por todo el país. Los provida no contaron con el inmenso apoyo económico y publicitario que tuvieron los partidarios del aborto. Contaron con la convicción que nadie tiene el derecho de matar a un niño por nacer.
Fue un tiempo conmovedor. Un tiempo en que muchos se despertaron y se animaron a dar batalla y empezaron a darse cuenta de que este tema es parte del perverso proyecto de las élites globalistas, con su objetivo de disminuir la población mundial.
EL NEFASTO 2020
Si bien la lucha provida no se tomó vacaciones, el globalismo gracias al dedo de Cristina Fernández de Kirchner y a la mala gestión del presidente Macri, le regaló otra oportunidad al peronismo/kirchnerismo y con ello la presidencia de la Nación, a un incapaz que de otra manera nunca hubiera llegado. Alguien que no tuvo ningún problema de pasar de la noche a la mañana de criticar fuertemente la gestión de la señora de Kirchner, a alabarla cuando ésta le ofreció ser candidato a la presidencia. Seguramente debe ser el único caso en el mundo que el candidato a vice elige al candidato a presidente. Así Alberto Fernández desde la formalidad, se encontró con el regalo de ser el nuevo presidente argentino. Ese que nos sometió al criminal encierro de la "plandemia", mientras él festejaba el cumpleaños de su ahora expareja con amigos, en la residencia presidencial de Olivos. Esa misma mujer que ahora lo denuncia por violencia de género y por haber ejercido terrorismo psicológico.
El mismo que fue el responsable de las inhumanas medidas que tomó por el Covid-19 durante los años 2020 y 2021, con cerca de 130.000 muertos. Ese hombre fue un obediente ejecutor de la agenda 2030 y fue el ejecutor de uno de los mayores encierros que se registraron en el planeta. Alberto Fernández cumplió con una sola promesa de campaña: imponer el aborto en la Argentina.
Apenas pasada la Navidad y antes que terminara el año se dio el gusto de festejar junto a varias representantes del feminismo con sus pañuelos verdes haber logrado su criminal objetivo: la ley de aborto.
LA LUCHA CONTINÚA
Hace dos años la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, anuló el famoso fallo Roe vs. Wade que abrió las puertas al aborto legal en ese país.
El fallo de 2022 estableció que el aborto no es un derecho constitucional. A partir de este avance los estados podrán sancionar leyes que protejan a la mamá y al bebé que lleva en su vientre como ya algunos lo hicieron. Es cierto que se necesitó de decisiones políticas, pero también se logró porque los providas del norte no bajaron los brazos.
Por eso, como dijimos en 2020, se perdió una batalla, pero no la guerra. En el día de la Internacional de Acción por las dos vidas, la lucha continúa.
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