Privados del alimento espiritual

Señor director:­

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­Al fin, tras tres meses sin poder hacerlo por disposiciones gubernamentales que la Iglesia acató, estoy sentado en el interior de mi iglesia. Y digo mi pues aquí se casaron mis padres, aquí fui bautizado, cursé los estudios de catecismo, tuve mi primera comunión y fui confirmado en la adolescencia. ¿Qué dudas puedo albergar de que es una extensión de mi hogar? 

Primer día en que las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires permiten que los templos abran sus puertas. Y aquí estoy. El tiempo es exiguo: un cartel a la entrada anuncia que el acceso es sólo de lunes a sábados y de 16 a 18 horas. Se ha dispuesto una puerta para ingresar, otra para salir y usar asientos distanciados. La pila de agua bendita está cruzada por bandas plásticas. No debe usarse. ­

En total, sólo tres personas. Cada uno se ha colocado bien separados unos de otros y usando barbijo. ¿Qué peligro puede haber teniendo estos cuidados? Empero, se nota que los científicos que asesoran a las autoridades democráticamente elegidas, requirieron de estos tres meses para comprender que -siendo los templos espacios de mucha superficie y altas cúpulas- pueden albergar 10 o 12 personas, que no estén próximas unas de otras, con barbijo puesto y así dar tiempo para la oración, el sentimiento de plenitud y la serena reflexión que es posible cuando se está en el interior de una iglesia. ¿Cuál fue la razón para impedir que los creyentes pudiéramos acceder a un sitio que, para gran cantidad de personas, es de estricta necesidad? ­

Los supermercados estuvieron, siempre, abiertos. El fundamento fue que contar con alimentos suficientes es una necesidad indiscutible. Pero, parece, se olvidaron que los humanos también necesitamos del alimento espiritual. Y que para algunos de nosotros se trata también de una necesidad fuera de cualquier discusión.

Esa sensación de alivio, de bienestar, de plenitud, de tranquilidad que brinda poder estar en el templo, más allá de las consideraciones religiosas y espirituales que señalo, convocan también aspectos que hacen a la salud mental. En la Argentina la pandemia ha sido abordada teniendo en cuenta sólo el aspecto biológico. Grave error. El concepto de salud tiene en cuenta la biopsicosocial. Donde lo bio es uno de tres elementos que se entraman. Lo psicológico y lo social son los otros dos. Que no deben menoscabarse. ­

En verdad, nos interesa conocer el criterio científico -fundamentos, no argumentos- que llevaron a esa errónea decisión.­

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Antonio Las Heras - alasheras.hotmail.com.ar¸