ALBERTO BENEGAS LYNCH (H), EL REFERENTE IDEOLOGICO DE JAVIER MILEI
“Podemos tomar un rumbo liberal”
El economista es uno de los faros del liberalismo y pionero de la Escuela Austríaca en la Argentina. “Milei es el segundo milagro del país -asegura-. El primero fue Alberdi”.
Habrá que buscar las razones profundas del fenómeno, pero lo cierto es que desde hace un tiempo a esta parte ha comenzado a imponerse el discurso liberal que pregona Javier Milei. Quienes lo conocen aseguran que detrás del hombre de la motosierra hay un estudioso del liberalismo, un economista que podría cambiar el curso de la Argentina a partir del 10 de diciembre.
En su discurso tiene el fervor de los conversos. Milei, candidato presidencial por La Libertad Avanza, fue migrando hacia el dogma liberal y en el camino se nutrió de referentes. Uno de ellos es Alberto Benegas Lynch hijo, de los pocos economistas que pregonaban las teorías de la Escuela Austríaca cuando por aquí casi nadie sabía de su existencia.
-¿Argentina puede tomar un rumbo liberal a partir del 10 de diciembre?
-Yo creo que sí porque me baso en lo que ha reflexionado el premio Nobel de Economía, Milton Friedman, que sostiene que para mirar y pronosticar el futuro no hay que limitarse a observar la superficie del océano sino que hay que tener el coraje de zambullirse y prestar mucha atención a las corrientes submarinas. Y en el caso argentino diría que hay un tema bifronte: por un lado el aporte de las fundaciones como Federalismo y Libertad en Tucumán, Libertad y Bases en Rosario, la Cátedra Alberdi en Mendoza, el Club de la Libertad en Corrientes, Liberar en Córdoba y la Fundación Libertad y Progreso en Buenos Aires, que reúnen a chicos y chicas de gran valor, con tesis doctorales notables, con clubes de lecturas y publicaciones. Y por otra parte, en el nivel político ha irrumpido Javier Milei con un lenguaje nuevo y presentando temas que no habíamos escuchado en la Argentina desde hace 80 años.
-¿Qué tipo de liberalismo encarna Javier Milei?
-El único liberalismo que hay, que según la definición que yo he fabricado en uno de mis primeros libros y que tengo la satisfacción de que muchos intelectuales la repiten, incluyendo a Javier Milei, es que el liberalismo es el respeto irrestricto por el proyecto de vida del otro.
-Analizando el resultado de las PASO, no podemos pensar que la sociedad se convirtió al liberalismo de repente y en forma masiva.
-Yo he participado activamente con Alvaro Alsogaray, que éramos miembros de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Pero esto de Javier Milei no tiene nada que ver con lo de la Ucedé. Acá hay un fenómeno que ha calado hondo. Doy un ejemplo: antes del bochorno del Covid tuvimos un mano a mano con Javier Milei en la Universidad de Belgrano. El aula magna, que tiene 1.200 asientos, estaba lleno. Hubo que abrir aulas paralelas con pantallas. El punto más atractivo no es la cantidad de gente, jóvenes en general, sino el tipo de preguntas que hacían. Atrás de esas preguntas había mucha biblioteca. Hay algunos que dicen que Milei es el antisistema, cuando está subrayando e insistiendo enfáticamente en volver a los valores alberdianos y a la Constitución del ‘53. En todo caso me parece que esto al no tener argumentos hacen cuestiones personales. Y yo digo y se lo declaro a quienes pueden estar leyendo, no tengo la menor idea de cuál era la vida privada de Nicolás Avellaneda, de Bartolomé Mitre, Julio Roca o Domingo Sarmiento. Y confieso que me importa un bledo. Lo que sí me importa y me interesa es cuáles son sus conductas públicas, sus propuestas. Lo mismo en el caso de Javier Milei.
-Llama la atención que aparece optando por el liberalismo un votante que generalmente se inclinaba hacia el peronismo o la izquierda, con la idea de un Estado que lo iba a rescatar. ¿Qué opina?
-A mí me parece que todos provenimos de las cuevas, de estados de brutos y de una miseria y pobreza muy grandes, lo cual no quiere decir que nuestros ancestros hayan tenido malos criterios o ideas perversas. Al contrario. Si uno ve a los multimillonarios barones de la droga o pseudos empresarios que están atados a la cópula hedionda con el poder, tienen pésimos criterios. Y uno habla con un taxista o la persona de una villa y por ahí nos enseñan valores morales y principios que deberíamos comprender. Creo que en este caso Milei ha penetrado horizontal y verticalmente en muchos grupos demográficos, sociológicos y antropológicos a los que les resulta de gran interés.
REFERENTE
-¿Cómo nació su vínculo con Javier Milei? ¿Por qué lo considera un referente?
-No recuerdo la fecha pero sí recuerdo el hecho. Una vez me escribió por mail presentándose y diciendo que estaba estudiando mi primer libro, que se llama Fundamentos de Análisis Económico, que tiene prólogo del premio Nobel de Economía Friedrich von Hayek, y prefacio del exsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, William Simon. Javier Milei quería hablar conmigo y me invitaba a almorzar a La Biela. Fui y realmente me impactó y me impresionó la profundidad de análisis de Milei, sus elaboraciones muy sofisticadas. Me contó su trayectoria en la docencia y del cambio intelectual que había hecho porque venía de la tradición neoclásica, que dicho sea de paso es lo más común en la Facultad de Ciencias Económicas. Pudo acceder a través de un libro, que en realidad es un capítulo de un tratado llamado Monopolio y competencia, de Murray Rothbard. Leer eso le hizo ver otras dimensiones. Me comentó también varios aspectos de mi libro.
-Usted se remitió a la época de la Ucedé conducida por Alvaro Alsogaray. En ese liberalismo, ¿qué lugar ocupaba la Escuela Austríaca?
-No tenía ningún lugar. Donde abrevaban era en Rueff (Jacques) y Eckhart. Pero la Escuela Austríaca era desconocida, salvo en algunos grupitos marginales que luchaban por tratar de imponerse pero eran muy insignificantes. Entre ellos yo me contaba. Ahora ha calado con una fuerza muy grande, sobre todos los trabajos de Hayek, Rothbard e Israel Kirzner.
-Entonces, ¿pueden estar abriéndose las puertas de una nueva etapa en la Argentina?
-Creo que sí y he dicho varias veces que a mi juicio Javier Milei es el segundo milagro argentino. Mi amigo Armando Ribas decía que Alberdi era un milagro del país. Para mí, Milei es el segundo.
-¿Acuerda con la idea de cerrar el Banco Central?
-Aún los banqueros centrales más competentes y más ordenados están embretados en tres caminos: a qué tasa expandir, a qué tasa contraer o dejar igual la masa monetaria. Pues cualquiera de las tres cosas que haga va a alterar los precios relativos y, como se sabe, los precios son los únicos indicadores que tiene el mercado para operar. Al tocarlos, al desdibujarlos, se asignan mal los recursos y se produce un derroche de capital. Como sabemos, el único factor que permite mayores ingresos y salarios en términos reales son las tasas de capitalización. Y por lo tanto, si hay derroche hay mayor pobreza. Para volver a Milton Friedman, cuando le preguntan: ¿Y si hay un Banco Central independiente? Friedman contesta: Pues se va a equivocar independientemente.
-Javier Milei le fija la agenda a los demás candidatos que se hacen eco del tema de tener disciplina fiscal. Si Argentina lograra tener ese equilibrio, ¿la dolarización no sería innecesaria?
-No quiero hablar de la dolarización porque para lograr el objetivo de eliminar la banca central y que la gente elija cuál es el activo monetario de su preferencia, hay muchos caminos. Y de paso digo al margen, comprendo lo que está implícito en la pregunta respecto de la disciplina fiscal, pero quiero señalar que acá hay una metáfora que me parece muy ilustrativa, que es la de la motosierra respecto del gasto público. Ese es el tema. El déficit fiscal por supuesto que es importante, esto de no gastar más de lo que uno tiene. Pero quiero señalar, como he escrito varias veces, que un gobernante puede tener presupuesto equilibrado y succionar el cien por cien de los recursos de la gente. Con lo cual convierte al país en un enorme campo forzado. Cuba en este momento no tiene déficit fiscal, y Stalin durante varios períodos no tenía déficit fiscal. Esto no es para subestimar el tema del déficit fiscal porque está vinculado al proceso inflacionario, pero es para poner las cosas en su debido equilibrio. Muchas veces los gobernantes demagogos dicen que van a solucionar el tema del déficit fiscal y eso se traduce en mayores impuestos, más deuda o inflación.
-La propuesta de Milei implica cambios profundos en lo económico. ¿El temor de la sociedad le puede jugar en contra?
-Lo que me parece que está demostrando la gente es que está harta de lo que tenemos y no teme lo que puede venir.