Crítica: "Habemus Papa", de Nanni Moretti, con un formidable Michel Piccoli
Para pensar y también sonreir
Para algunos el filme no cumple con lo que prometía la notable y original primera parte. Pero Nani Moretti logra aggiornar típicos elementos de la clásica comedia neorrealista italiana.
Ficha técnica:
"Habemus Papa" (Habemus Papam). Coproducida entre Italia y Francia, 2011. Dirección: Nanni Moretti. Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo y Federica Pontremoli. Fotografía: Alessandro Pesci. Vestuario: Lina Nerli Taviani. Música: Franco Piersanti. Actores: Michel Piccoli, Jerzy Stuhr, Renato Scarpa, Franco Graziosi, Camillo Milli y Roberto Nobile. Presenta: Alfa. Duración: 104 minutos. Calificación: Para todo público.
Melville quiso ser actor. La vida lo hizo sacerdote. La fe tuvo mucho que ver en la elección. ¿Quién sabe si no pensó? en la iglesia como un refugio a su frustración o si la fe lo encaminó a la oración y el aislamiento. Suponemos que Melville tenía un destino elegido y creía que la vida seguiría siendo igual, sin demasiados cambios. Nunca pensó que la elección de los cardenales lo abrumaría de esa manera. Nunca pensó que lo elegirían Papa.
Será por eso que Melville sufre un ataque de pánico cuando el cónclave lo designa sucesor del trono de Pedro.
Nanni Moretti, ese "chico terrible" de "Caro Diario", o "Aprile", cuestionador permanente, decidió poner la mirada en la Iglesia y su mundo. Pero no lo hace, de ningún modo, cuestionando dogmas de fe, sino ciertas acciones de la iglesia y algunos razonamientos que chocan con el racionalismo psicoanalático. Y lo refleja en un diálogo inicial, confrontando un representante de la Iglesia y el psicoanalista llamado en ayuda del Papa en emergencia. Eso sí, partiendo del concepto "alma e inconsciente no pueden existir".
EXEQUIAS PAPALES
Los mejores momentos del filme están centrados en la primera parte, donde a la magnificencia de las exequias papales (documentales de la muerte de Juan Pablo II) se une la liturgia que precede una elección papal y las agudas observaciones e imágenes del cónclave electoral, sumado a las particulares características de los cardenales y el encargado del protocolo eclesiástico, una destacada actuación del actor polaco Jerzy Stuhr.
La aparición de Nanni Moretti como el psicólogo, dispara algunos diálogos filosos, pero deja con las ganas al espectador por asistir a la terapia papal, más allá de la divertida escena de la mínima conversación con el prelado, frustrada por una multitud de atentas orejas cardenalicias
Moretti a esta altura, elige un rumbo más orientado a la observación costumbrista, que a las profundidades que preanuncian la formidable actuación de Michel Piccoli.
NEORREALISMO
Así el instante que parece aludir a una interioridad futura en el conflicto (escena del Papa en el autobús hablando consigo mismo) deriva en anécdotas que lo involucran en panaderías, hoteles y su relación con una compañía ambulante que representa a Chéjov.
"Habemus Papa" para algunos, no cumple con lo que prometía la notable y original primera parte. Pero Nani Moretti logra aggiornar típicos elementos de la clásica comedia neorrealista italiana. El partido de voley, el guardia gordinflón agitando entusiasmado la cortina en la habitación papal, los cardenales bailando al ritmo de "Todo cambia", la voz de Mercedes Sosa, dignos del neorrealismo de Vittorio de Sica de "Milagro en Milán", valen el filme, sumado a ese capo lavoro de Michel Piccoli, a sus ochenta y cinco años.
La esencia de la película está en esa canción del chileno Julio Numhauser, fundador de los Quilapayún y parece recordar a la Iglesia que es buen momento para realizar algunos cambios.
Calificación: Buena