Ojo, que no escuchen los más chicos


Se viene el Match Day. Así promocionan en la previa al mejor partido de la fecha cada fin de semana los canales que lo televisan. Ya en el medio del espectáculo, infinitas veces, los más famosos relatores y comentaristas del país hacen un bache para vender los PNT (publicidad no tradicional). Casi todos refieren a casas de apuestas. Eso sí, el cierre de cada speach llega con una aclaración para que no compren la recomendación ¡los menores de 18 años! Y a los adultos les aconsejan que se dirijan a casas de juego legales.

Mucha gente vive de las apuestas en el fútbol. Mucha gana mucho dinero. El Seleccionado campeón del mundo, River y Boca, los colosos del fútbol nacional, tienen como principales sponsors casas de apuestas. Son millones y millones de dólares los que circulan.

El tema está en boga y es un escándalo que crece como un monstruo de mil cabezas. Las crisis económicas alimentan la ilusión del dinero fácil. Casinos, bingos, quiniela. Loto de lo que sea. Las apuestas son un flagelo para los más humildes y una mina de oro para los vendedores porque, en la rueda de la fortuna, siempre gana la casa. De enero a enero la guita es del banquero.

Las casas de apuestas deportivas auspician a los dos equipos más grandes de la Argentina. Así de grande es el negocio.

El fútbol se transformó en caldo de cultivo para captar divisas por estos medios, lo mismo que ya sucede en otros deportes. Sin embargo, el gran negocio pasa por la pasión de multitudes. Entonces, se instala la ludopatía. Y un submundo que va manchando protagonistas para que gane uno u otro, para que pelota se vaya al córner antes de los cinco minutos. Para que se ejecute un lateral en determinado momento, un penal, para que se produzca un off side. A todo se puede apostar. Y el teléfono, a cualquier futbolista, árbitro o dirigente, le puede sonar…

Hay apostadores inocentes y otros más afortunados... que saben qué va a suceder antes de que comience a rodar la pelota. Es así. Los torneos de menor exposición, los del interior, los de las categorías más bajas, los que están lejos del VAR, aparecen cerca de la corrupción. Andá a demostrar que un defensor llegó tarde a un cruce a propósito. Andá a chequear una falta que se podría haber evitado. Andá a justificar un despeje al córner innecesario. Cuando las cámaras se apagan o no son tan nítidas, todo puede suceder.

Graciela Ocaña y María Sol Méndez, legisladoras, denunciaron por una "presunta asociación ilícita" a la Asociación del Fútbol Argentino. Lo hicieron por "situaciones de presuntos sobornos y manipulaciones de eventos deportivos, más precisamente de partidos del Ascenso, con el fin de obtener una ganancia extraordinaria mediante las apuestas deportivas asociadas a esos resultados". También solicitaron, Ocaña y Méndez, que se investigue a la cúpula de la AFA por posible "cohecho y tráfico de influencias, amenazas simples y coactivas y corrupción deportiva". Y el miércoles Diputados aprobó un proyecto para prohibir la publicidad y regular los sitios online. Ya hay media sanción de una ley que podría ponerle un freno a este drama.

En 2022, varios jugadores de El Porvenir reconocieron haber sido sobornados por la mafia de las apuestas deportivas.

Está lleno de partidos sospechados. Fin de semana tras fin de semana aparece alguno. Uno emblemático se dio en la derrota de Atenas de Río Cuarto a manos de Juventud Unida de San Luis el 29 de septiembre por el Federal A y terminó con una denuncia penal contra la dirigencia del club cordobés por parte de funcionarios de la lotería provincial.

Los últimos acontecimientos que enchastraron más al fútbol doméstico fueron los casos que involucraron a El Porvenir (equipo de la Primera C), que culminó con cinco jugadores imputados y la condena de un representante (Brian Simone) a seis meses de prisión en suspenso. Y otro episodio alarmante fue el muy polémico debut del streamer Spreen en Deportivo Riestra jugando frente a Vélez apenas un minuto, sin ser un futbolista profesional. Por estas horas se estudia si aquella movida marketinera también tuvo que ver con las apuestas ilegales.

El fin de semana explotó la última bomba en Mendoza. Se desató con la renuncia del DT de Godoy Cruz, Daniel Oldrá. El Gato es un símbolo del Tomba y dio un paso al costado tras la derrota de su equipo a manos de Platense por 1-0. El hombre pegó el portazo porque, más allá de las últimos magros resultados que cosechó el elenco mendocino, surgió un feo rumor: junto a otros clubes, algunos jugadores de Godoy Cruz serían investigados por estar involucrados en arreglos de partidos que incluyen apuestas deportivas.

Daniel Oldrá dejó de ser el técnico de Godoy Cruz no bien se desató el escándalo de las apuestas. 

“Con el tema de las apuestas se perdió la esencia del fútbol, este es otro fútbol. No es lo que veías en el barrio, en el potrero. Lo ves con lo que pasó con Riestra (por el Caso Spreen) y nadie dice nada. Da lo mismo todo”, se quejó Oldrá cuando intentaba explicarle su renuncia al programa Dos de Punta que se emite en la provincia del sol y el buen vino.

Mientras las sospechas se multiplican, en Europa algunos tratan de ser más rigurosos con el tema. En Inglaterra, en la Liga más importante del planeta, ya hace un año tomaron la decisión de eliminar las publicidades de casas de apuestas en las camisetas. Y hace unos meses la Cámara de Representantes de los Países Bajos aprobó una ley que prohíbe la publicidad de juegos online en eventos deportivos.

Acá, la Unión Argentina de Rugby, entidad que nuclea a todas las uniones de ese deporte del país, tomó una decisión al respecto. Desde la UAR expresaron su rechazo a cualquier tipo de asociación con empresas que promuevan las apuestas deportivas. “Hay preocupación por el avance de las apuestas entre chicos de 15 y 16 años”, dijeron. Mientras tanto, por ahora, en las transmisiones más importantes de los partidos de fútbol los relatores les recuerdan a los pibes que las publicidades no los tienen como destinatarios, ojo...