Poemas de Francisco Pesqueira inspiran una pieza teatral

Mujeres que luchan y celebran

 


‘Vestido de mujer’. Dramaturgia: Emiliano Samar. Poemas: Francisco Pesqueira. Dirección: E. Samar. Música: Martín Tello. Actúan: Ana Padilla, Paula Basalo, Guadalupe D´aniello, Claudia Pisanú, Jazmín Rios, Yamila Ulanovsky, Gabriela Villalonga. Los domingos a las 17 en Patio de Actores (Lerma 568).


 

“La poesía es una trinchera y su lenguaje es el de la resistencia”, dice Francisco Pesqueira, y esta declaración resuena poderosamente en ‘Vestido de mujer’, obra de la que es autor junto con Emiliano Samar. La propuesta se presenta como un sentido homenaje a diversas mujeres icónicas a través de la historia, trayendo sus voces al presente de una manera conmovedora y emotiva.

En el escenario del Patio de Actores, siete actrices y un pianista logran una sincronización muy eficaz entre música, poesía y actuación, acariciando algo de comedia musical con pasos de baile y coreografías grupales. Además, hay lugar para el virtuosismo vocal (la atronadora y, al mismo tiempo, sutil voz de Claudia Pisanú) y un histrionismo eficaz, junto con una presencial sensual y elegante de flamenco, que logran que estas mujeres destellen de gracia y belleza marcada en escotes, cabellos, dicción y movimientos corporales. Son ellas Jazmín Ríos, Paula Basalo, Guadalupe D’aniello, Ana Padilla, Yamila Ulanovsky y Gabriela Villalonga.

Las actrices se destacan no sólo por su capacidad actoral y vocal, sino también por la forma en que sus trayectorias personales enriquecen la representación de cada personaje en un espacio poblado solo por sillas y sus siete cuerpos; de este modo, empujan con eficacia a poner el foco en los textos y las interpretaciones, lo que vuelve a la obra muy desafiante actoralmente hablando.

NOMBRES

La obra explora las luchas de algunas mujeres como Alfonsina Storni, cuya vida marca una clara autonomía de lo femenino y su poesía, uno de los primeros manifiestos feministas de nuestro país; Cris Miró, la primera vedete transexual reconocida en la Argentina, que instaló lo trans en el espacio público; Raffaella Carrá, ícono pop italiano, que celebró los cuerpos y la libertad sexual. También están presentes Camille Claudel, escultora cuya vida y arte fueron marcados por el sufrimiento (pasó treinta años en un manicomio y viendo a Rodin adjudicarse algunas de sus obras), y Rosa Parks, la activista negra cuya desobediencia civil se convirtió en un símbolo de la lucha contra la segregación racial. También Carmen Amaya, conocida por un estilo que desafió convenciones tradicionales del flamenco; Lola Flores, ‘La Faraona’, un símbolo de empoderamiento femenino por el modo de vincularse con la danza andaluza que la hizo célebre; Chavela Vargas, abiertamente lesbiana, icono lgbt+ de la música ranchera; y Camila O’Gorman, que escandalizó a la sociedad del siglo XIX al enamorarse y fugarse con un sacerdote, por lo cual fueron fusilados.

PASADO Y PRESENTE

Cada monólogo está entrelazado con momentos musicales y poéticos que enfatizan el carácter de resistencia y de autonomía de estas mujeres. El pianista Martín Tello complementa la narración reponiendo puentes entre escenas y acompañando las interpretaciones vocales de las actrices, quienes, en algunos segmentos, revelan sus propias perspectivas sobre las mujeres que interpretan, estableciendo vínculos entre el pasado y el presente. Esta fusión de elementos vuelve a ‘Vestido de mujer’ una experiencia en la cual la poesía y la música se convierten en herramientas de lucha y celebración.

Narrativamente, la obra se asemeja a un retablo en lo que tiene de representación serializada de las historias de cada mujer evocada. Además, las actrices están vestidas de negro con alguna prenda roja. El negro, asociado tradicionalmente con la autoridad y el poder, y el rojo, que históricamente ha tenido connotaciones eróticas, parecen encapsular tanto la gravedad de la lucha como la energía y el fervor que impulsan esa resistencia. Stendhal, con ese nombre, exploró las dualidades de Julián Sorel, el protagonista de su novela ‘Rojo y negro’, quien lucha también por encontrar su lugar entre las jerarquías sociales, y consolidar una identidad que pueda conciliar sus ambiciones personales con las expectativas y limitaciones impuestas por su entorno, pero además por su propia personalidad.

De esta manera, ‘Vestido de mujer’ es una reivindicación de la historia y el arte de mujeres que, a través de su vida y obra, han sido hitos en la historia de las luchas por la liberación.

Calificación: Muy buena