Claves de la política

Mitre y la designación de los primeros miembros de la Corte Suprema

Por Armado Mario Marquez *

En momentos que se está discutiendo con mucho fervor respecto de la cobertura de dos cargos vacantes en nuestro cimero tribunal federal, un buen ejercicio de práctica democrática es ahondar al respecto en nuestra rica Historia Patria y remontarnos, por caso, al momento de su primera integración, cuyos miembros asumieron en sus cargos en un caluroso 15 de enero, en este caso de 1863. Veamos.

El texto originario de nuestra Ley Mayor -cfr. artículo 91 sancionado en 1853- establecía que el Alto Cuerpo estaría integrado por nueve jueces, siendo así y en tal esquema, que el presidente Juan José de Urquiza designo para su conformación a solo a seis posibles miembros: Gabriel Ocampo, José Roque Funes, Francisco Delgado, José B. Graña, Nicanor Molinas y Baldomero García, quienes, por diversos motivos no alcanzaron a asumir sus cargos y, por ende, ese previsto Tribunal no llegó a funcionar, de ahí que tales postulaciones fueron dejadas sin efecto por un decreto suscripto por el presidente Santiago Derqui del 30 de octubre de 1860.

Producida la reforma que le fuera practicada la Constitución Nacional en 1860, que conllevara que a partir de ese momento todos los argentinos quedáramos al amparo de una misma Ley Mayor, se dispuso que la cantidad de miembros de nuestra Corte Federal fuera determinado por la legislación reglamentaria: los convencionales constituyentes de 1860 dejaban esa tarea en manos del organismo legislativo habitual y corriente, el Congreso Nacional (cfr. artículo 94 de esa reforma, 108 de su texto actual).

Fue por ello que el 13 de octubre de 1862 tuvo sanción la ley número 27 “de organización de la Justicia Nacional” -promulgada por decreto del PEN el 16 de octubre de 1862- la que establecía que la Corte Suprema de Justicia de la Nación estaría compuesta por cinco miembros (cfr. art. 6 de esa norma).

En virtud de ello, por decreto fechado el 18 de octubre de 1862 el presidente Bartolomé Mitre postulaba a quienes habrían de conformar el elenco inicial de jueces de nuestra Corte Suprema de Justicia: Francisco de las Carreras, Salvador María del Carril, Francisco Delgado, José Barros Pazos y Valentín Alsina -el mismo decreto lo instituía Presidente-, quien, por razones particulares y pese a una gestión oficial al respecto, no aceptó el cargo ofrecido.

CUESTION NO MENOR

Quiero acá hacer una pausa al relato histórico y destacar una cuestión no menor, cual la de que ninguno de los propuestos era políticamente afín al presidente Mitre sino juristas de nota y personas de vida pública destacada.

Muy del caso viene la opinión sobre el particular de Arturo Pellet Lastra "... ninguno de ellos era amigo personal ni actuaba en política como colaborador o integrante del Partido Nacional que lideraba Mitre. Por lo contrario, Valentín Alsina era en realidad un competidor en las lides electorales y en el Senado, en tanto que De las Carreras, Barros Pazos, Delgado, Gorostiaga, Del Carril…eran personalidades políticamente autónomas, con una larga trayectoria y prestigio a nivel nacional…".

Retomando, aquél elenco de referencia obtuvo el correspondiente acuerdo del Senado quedando habilitados para acceder formalmente a sus cargos siendo por ello que -tal lo adelantara- el 15 de enero de 1863 prestaron solemne juramento, quedando así conformado, por vez primera, el máximo cuerpo judicial federal.

Fue su primer presidente Francisco de las Carreras. La vocalía que no ocupara Valentín Alsina fue cubierta, a instancias del presidente Mitre, por otro destacado jurista: José Benjamín Gorostiaga, quien asumiera el cargo en junio de 1865, respecto de quien bien cabe también el concepto de independencia del poder político que citáramos precedentemente de sus colegas.

Demás está que resalte lo importante que sería hoy el respeto y la iteración del ejemplar proceder de Bartolomé Mitre en momentos que se discute la cobertura de dos cargos en nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Por supuesto que ese oír a nuestra Historia Patria que impetro abriría las puertas al ingreso del doctor Manuel García Mansilla, hombre de bien y jurista ejemplar, cuya incorporación al Alto Cuerpo no haría más que prestigiarlo. Hago votos por ello.

* Miembro titular de la Asociación Argentina de Derecho Constitucional Presidente del Centro de Estudios Constitucionales del Comahue.