Milei y sus circunstancias

En política la cantidad es calidad. Y el domingo, ante el estupor de tirios y troyanos, una avalancha nunca vista de votos desde que en 1973 Perón triunfó con el 62% de los votos, sepultó implacablemente al kirchnerismo y a la partidocracia, que no advirtieron que, bajo una aparente mansedumbre y resignación, se estaba gestando en el seno de la población, no ya una protesta, sino, como el magma de los volcanes, una monumental manifestación de voluntad, destinada a terminar con un régimen portador de todas las lacras, envueltas en el celofán de sus relatos inventados y autojustificativo.

En las últimas semanas, todo el poder del Estado se volcó a demonizar a Milei en una forma tan escandalosa que, está a la vista, provocó rechazos mas que adhesiones. El mensaje era: "Atila frente a Roma", vienen los bárbaros, los que te van a quitar los derechos y las libertades, viene el nuevo Hitler (aunque a su alrededor nadie podía observar escuadras de camisas negras o pardas). Massa, a su turno hizo abuso de su veteranía parlamentaria y logró acorralar a su rival, sometiéndolo, como un Catón a Catilina, a un interrogatorio tipo cheka estaliniana (por SI o por NO, ahora convertidos en divertidos memes) que le evitó dar explicaciones (que tampoco fueron pedidas por Milei, aunque las tenia servidas en bandeja) sobre su hiperquinética y desastrosa gestión económica.

Pero en silencio la gente observaba y comparaba la verba inflamada del ministro-candidato prometiendo el oro y el moro para un futuro cercano, con la realidad de una sociedad castigada por la inflación, por la corrupción, por el desempleo y, muchas veces, por el hambre que se ensaña sobre todos en los niños, donde 3 de cada 4 van a dormir con una sola comida diaria, muchas veces reducida a un mate cocido y unas galletas.

Ese silencio y algunas encuestas que veían al ministro-candidato "competitivo" hizo que el oficialismo se creyera su propio engaño. Incluso echaron a correr la versión que "Milei se bajaba". Dios ciega a los que quiere perder, expresa el dicho, aunque Dios no quiere perder a nadie. Pero se refiere al pecado de soberbia, que abundó y sobreabundó en esa burbuja en la que vive el kirchnerismo y que tanto se asemeja a la seudorrealidad pintada en el famoso film The Truman Show.

PARTIDOCRACIA

Si, el kirchnerismo en particular y la partidocracia ("la casta") en general gozan y se sienten impunes, más allá del bien y del mal, disfrutando de los bienes que les depara un sistema que sólo genera dividendos para sus integrantes.

La partidocracia es un vasto sistema de complicidades (sobran los ejemplos, el último el de Rigau en La Plata), donde los negocios son transversales. ¿Por qué, si no, la desesperación por conseguir una concejalía, una diputación nacional o provincial, no hablemos ya de una senaduría, una subsecretaría en tal o cual Ministerio, una asesoría estratégica, sino por la posibilidad de otorgar concesiones, amañar licitaciones, sobornar en activo o en pasivo a todo mortal que quiere desde montar un kiosko, crear una Pyme, o realizar una obra de magnitud? Desfilan los ejemplos ante los ojos de la gente que mira en silencio pero no olvida.

Nadie sabe cuándo va a estallar un volcán. A veces se observan fumarolas días antes, como cuando el Vesubio sepultó a Pompeya en el 70 (lo narra en detalle Tácito, informado por Plinio el Joven, testigo presencial).

Aquí las fumarolas fueron las elecciones provinciales, donde el oficialismo había perdido diez provincias. Sin embargo siempre había una explicación. "son realidades provinciales que no se pueden proyectar sobre el panorama nacional", razonaban unos y otros. Nadie se alarmó por la magnitud de lo que se venía. Como el Titanic, siguieron marchando hacia el iceberg mientras la orquesta interpretaba su repertorio.

Y bien, pasaron cosas. La más determinante para el triunfo de Milei, fue la brillante maniobra de Macri que decidió romper JxC y, apoyándose en el PRO y en Patricia Bullrich le ofrecieron a Milei su apoyo, sus fiscales, su experiencia y los votos que había obtenido Bullrich en la primera vuelta. Esa maniobra hizo tambalear la estrategia de Massa y de todo el kirchnerismo, aunque pocos la vieron en su exacta magnitud.

Milei, que es generoso, lo reconoció en su discurso posbalotaje, reconociendo el valor del apoyo brindado y llamando, al uso europeo, Presidente a Macri, que en los últimos cuatro años se cansó de escuchar el mantra "Macri basura, vos sos la dictadura".

¿SE VA O SE QUEDA?

Al momento de escribir estas líneas Massa no ha definido si se va del Ministerio de Economia (¿licencia con goce de sueldo?) o permanece. Pero, en todo caso, las conversaciones para la transición, estarán a cargo en lo que hace al oficialismo, por Rigo, Secretario de Hacienda y máximo conocedor de los entresijos del Presupuesto, donde se supone que operará (veremos con que intensidad) la motosierra de Milei, y Pesce, actual Presidente del Banco Central. Gabriel Rubinstein, segundo de Massa y un buen profesional que quiso hacer un plan de estabilización pero su jefe lo mandó callar, para no irritar a Cristina y a su hijo Máximo y a las cohortes políticoadministrativas de La Cámpora, también expertas en "mercados regulados".

En Milei, mientras tanto, es claramente visible una transformación, aunque no esencial. Es conciente que sus modos violentos y agresivos de meses atrás, por un lado le atraían el apoyo de la juventud, pero por otro lado espantaban a gran parte de la clase media que, claramente, hizo un gran esfuerzo de disociación para votarlo. Con renuencia, hicieron a un lado su reticencia ante el economista y privilegiaron votar contra el kirchnerismo.

Sí. Resucitó con fuerza la grieta kirchnerismo-antikirchnerismo y se impuso a la impostada "democracia o dictadura" que, por todos los medios -incluso los que no son legales- pretendió imponer, vender diría el lenguaje marketinero contemporáneo, a la sociedad.

No advirtió el oficialismo que muchos, muchísimos, ya no tienen derechos que perder, porque los han perdido todos en estos años de incompetencia y procrastinación.

PUNTOS A FAVOR

Imposible hacer un balance de la personalidad de Milei y de su capacidad para gestionar la crisis económica que vivimos. Pero hay ya algunos puntos a favor para computar: en primer lugar, su amplitud para convocar a los mejores en cada especialidad, sin fijarse de donde vienen.

Antiguos colaboradores del PRO, como Javier Iguacel por ejemplo, seguramente ocuparán posiciones claves, tal vez YPF. En segundo término anunciar que va a una política de schock, no la gradualista con la que fracasó Macri por seguir los consejos de Joaquin Peña.

En tercer lugar, tiene un claro alineamiento internacional con Occidente, sin perjuicio de comerciar con todo el mundo como hacen todos los países desde la época de los fenicios.

La prensa -nativa e internacional- lo ha encasillado como "ultra". Habrá que ver cómo funciona eso y que significa, en la mente del nuevo Presidente, ser "liberal-libertario", nunca claramente definido. En todo caso, incurrió en una cierta desmesura -todo hay que decirlo- cuando se autocalificó como el primer presidente liberal libertario de la humanidad.

De cualquier manera, la realidad -y buenos colaboradores- siempre ponen límites, expresos o tácitos, y es muy posible que, salvo la posición claramente antiestatista, con las consecuentes privatizaciones que implica (en lo que sigue a Menem, altamente considerado por Milei), todo lo demás esté sujeto a modulaciones, cambios, sustituciones o postergaciones. Incluido el tema del Banco Central y la dolarización.

Todo seguirá una lógica que nadie conoce hasta el momento. Se hará sobre la marcha y la capacidad de Milei para descifrarla será una señal para juzgar su gestión. Seguramente nada ocurrirá por casualidad, a la que George Bernanos calificó como "el dios de los imbéciles".

CITA A DIOS

Entre los múltiples temas que invita a abordar cuando se analiza al personaje, hay uno que llama la atención y creo que tendrá gran relevancia. Milei cita a Dios. Cita al libro de los Macabeos. Dice que la victoria "viene del cielo".

¿No es esto verdaderamente revolucionario en un momento en que hasta en los templos es difícil escuchar algo semejante?

Efectivamente, muchos clérigos, de gran y pequeño calado, parecen haber olvidado que su misión principal es "predicar el Evangelio" (Mateo 28 vs.28-20, podría citar Milei) y no centrarse en cuestiones que son, en primer lugar, por su carácter político y opinable, patrimonio de los laicos (no confundir con los laicistas).

Los que sostienen la llamada Teología del Pueblo,y crean a un pueblo mítico, pobre, poseedor de todas las virtudes, tienen aquí la oportunidad de revisar sus ideas. El pueblo, el contante y sonante, ha hablado. ¿Que tal si lo escuchamos?

Por último, no dejarse llevar por los vapores del entusiasmo que genera el éxito. Como vapores que son, se disipan rápidamente. Lo que tenemos por delante, como dijo Churchill, es "sangre, sudor y lágrimas". Pero por una buena causa y no por un relato "falaz y descreído".