"Ser libre, es gobernarse a sí propio. La libertad es el mejor de los gobiernos, por esta razón palpable y natural: que como nadie es más amigo de sí mismo que uno mismo, nadie es mejor juez ni más fiel administrador de lo que interesa a su propia existencia que uno mismo''.
Juan Bautista Alberdi, `Peregrinación de Luz del Día'.
No es ningún secreto que Alberto Fernández está dispuesto a decir y hacer cualquier cosa con tal de sostener el poder que alquila y que tan mal administra. Cuando uno atraviesa ciertos umbrales de la decadencia, sólo queda correr hacia adelante y esperar, para sobrevivir, un milagro para sí o una catástrofe para los demás. Esta vez le tocó al 9 de Julio, nuestra fecha patria más sagrada, padecer la ignominia presidencial:
"Los constituyentes, cuando declararon la independencia, hablaron de nosotros. Porque la libertad no es un acto individual, la libertad es un acto colectivo'', sostuvo orondo, aplaudido por un diminuto puñado de socios dentro de una militarizada Casa de Tucumán. Esa Casa de Tucumán donde declaramos la independencia que supuso la libertad del pueblo del Virreinato del Río de la Plata de la opresión que representaba un sistema de abusos y privilegios que regía desde la metrópoli y que vio ayer como se reprimían argentinos por querer defenderla.
Pero no, el Presidente no puede decir cualquier cosa: La Real Academia Española define a la libertad así:
1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
2. f. Estado o condición de quien no es esclavo.
3. f. Estado de quien no está preso.
4. f. Falta de sujeción y subordinación.
5. f. En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.
PRIMERA ACEPCION
* Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos:
Pero el gobierno del Presidente Fernández viene promoviendo ataques a cada uno de los derechos individuales. Desde que asumió han muerto y desaparecido personas por el simple hecho de querer circular o trabajar. Sus funcionarios atentan contra la propiedad instigando usurpaciones y poniendo en duda la seguridad jurídica en cada rincón del país. Desde oficinas gubernamentales se vigila y sanciona la libertad de expresión y banaliza nuestra Carta Magna sin que funcionen como resorte los mecanismos de control del poder propios de una República.
La paradoja es que, en el relato kirchnerista, esto es así porque el proceso político está sometido a las poderosas necesidades y preferencias de los ciudadanos. El Presidente Fernández ganó las elecciones encabezando el cuarto gobierno kirchnerista, de suerte tal que se desprende que somos los argentinos quienes avalamos el liberticidio. El mecanismo es así: los argentinos votaron a este gobierno, este gobierno funciona en base a restricciones y gasto, entonces el Estado necesita su aparato represor para que respetemos las restricciones y paguemos los impuestos, caso contrario no podría llevar a cabo el plan que nosotros elegimos.
SEGUNDA ACEPCION
* Estado o condición de quien no es esclavo:
Pero el relato necesita de un engaño de proporciones enormes, por eso el Presidente dijo hay que ``seguir cuidándose'' porque ``este tiempo de privación es para que no nos arrebaten la vida hoy, para que no nos arrebaten la vida de nuestros afectos''. Al parecer, nuestra esclavitud es lo que nosotros queremos.
TERCERA ACEPCION
* Estado de quien no está preso:
El diario británico
CUARTA ACEPCION
* Falta de sujeción y subordinación:
El 9 de Julio dijo (con su particular gramática) Alberto Fernández: "Había una élite en Argentina que no quería que le fuera bien a San Martín y a Belgrano. Cuando veo ese pasado y veo lo que fueron capaces de hacer, digo ¿cómo no lo vamos a ser capaces? Sólo tenían adversidad enfrente. Luchar y pelear sin claudicar'', despachó.
¿Es posible que se nos puedan imponer semejante cantidad de inexactitudes, manipulaciones y creencias? Conociendo la trayectoria de San Martín y de Belgrano, sus vidas austeras hasta la miseria, su entrega desmedida, sus habilidades ya sea militares o de liderazgo. ¿En qué cabeza cabe que se los compare con un presidente que no puede pisar ni una localidad argentina sin que le lluevan los repudios masivos? ¿Cómo osa compararse con nuestros próceres, quien no ha podido gestionar una sola política sin haber generado con ello más daño que beneficio?
Las consecuencias son visibles, crecimiento de la delincuencia, el narco, la inseguridad, la decadencia educativa, inflación récord mundial, el default serial, pobreza e indigencia crecientes y el hecho de que, de la nómina de los futuros argentinos que deberían levantar al país, 7 de cada 10 son pobres. En días en los que se celebra la Independencia, la autodeterminación y la rotura de cadenas, Alberto Fernández se aleja de los socios regionales que promueven la libertad y abraza a la dictadura más feroz y poderosa del planeta, festejando el siglo de existencia del Partido Comunista Chino asesino orgulloso de casi 100 millones de personas. El Presidente avala las dictaduras venezolana, nicaragüense y cubana, y subyuga a nuestra pobre nación a la ideología de todos los tiranos internacionales.
QUINTA ACEPCION
* En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas:
Decía Alberdi que en 1816 habíamos roto la dependencia internacional pero éramos dependientes de la tiranía interna. Seguimos 205 años igual... el gobierno nos manda y no obedece. Escucha sólo para medir la forma de subyugar y mandar. Habla para mentir y también mandar. ¿Qué Independencia queremos los argentinos? ¿Qué Independencia tenemos si dejamos mancillar nuestros derechos individuales, somos siervos de los gobernantes, estamos presos de normas inconstitucionales y la ley no aplica a todos igual?
"Recordemos a nuestro pueblo que la patria no es el suelo. Tenemos suelo hace tres siglos, y sólo tenemos patria desde 1810. La patria es la libertad, es el orden, la riqueza, la civilización organizados en el suelo nativo, bajo su enseña y en su nombre''. Juan Bautista Alberdi,
Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina.