A punto de debutar en el Maipo, Ezequiel Campa analiza su profesión

“Más que un chiste sobre temas tabú, lo ofensivo es no hacer reír”

Llegará el sábado a la emblemática sala de la calle Esmeralda con el show de stand up ‘Sí pero no’. Sueña con “ser más popular” para poder financiar sus proyectos solidarios.

 

Viviendo el sueño del pibe. Así podría decirse que está Ezequiel Campa, transitando el hecho de que su quinto show de stand up, ‘Sí pero no’, desembarque este sábado a las 23.30 en una sala tan emblemática como el Teatro Maipo.

Convencido de que lo suyo era la actuación, apenas terminó el colegio comenzó a estudiar teatro: “Yo quería ser Marlon Brando, que la gente llorara con mis personajes, pero la realidad y mi forma de ser me fueron llevando hacia la comedia”, rememoró en conversación con La Prensa.

Con Alejandro Dolina, Antonio Gasalla, Enrique Pinti y Alfredo Casero como referentes nacionales, el artista considera que su marca registrada es la irreverencia. Tal vez por eso se anima a jugar fuerte con sus personajes, siendo el rugbier recalcitrante Dicky Del Solar uno de los más celebrados por sus seguidores.

“A mí me ofende más un humorista que no hace reír que un comediante que hace chistes sobre un tema tabú”, remarcó el actor al hablar sobre si existen límites en el humor. Y agregó: “Hay un montón de comediantes que hacen chistes sobre la religión, el aborto, la muerte y están bien, y después tenés otros que hacen siempre la misma pavada de cuando va a comer a lo de la madre y la madre le hace los ravioles fríos...Eso me parece una porquería, el límite es ese, me tiene que hace reír”.

El también panelista de ‘Bendita’ (El Nueve) reveló que su objetivo es “ser cada vez más popular” para poder financiar proyectos propios no sólo laborales sino también solidarios: “Quiero abrir un refugio para perros callejeros”.

SUEÑO CUMPLIDO

-¿Qué siente al estar a punto de debutar en el Maipo con su espectáculo?

-Me parece increíble, hasta que no esté con los pies arriba del escenario de semejante teatro no lo voy a creer. Siempre fue así un poco mi carrera, fui dando pequeños pasos y siempre me parecieron increíbles. Por ejemplo, que la gente me venga a ver a un teatro o que vaya a alguna provincia y tengan ganas de escucharme siempre me pareció irreal, y llegar a un lugar como el Maipo, por un lado me parece natural porque ya son muchos años que estoy haciendo stand up y me siento a la altura, y por otro, no deja de resultarme sorprendente por los espectáculos y los artistas que vi arriba de ese escenario. Me parece hasta un chiste que esté yo.

-¿Cómo es el proceso creativo de sus shows?

-Los voy escribiendo muy de a poco y de manera muy caótica. Escribo ideas, párrafos, frases, temas, y después busco la manera de que eso funcione. Hay un laburo que hago también con Mariana Gianella, que es una directora de teatro con la que trabajo hace muchos años. Con ella, cuando hay que armar un espectáculo agarro todo lo que tengo en el piso y tratamos de encontrarle un sentido para que parezca una historia, un cuento, y que no sea un rejunte de ideas nada más.

HUMOR SIN LIMITE

-En su experiencia, ¿cuáles son las temáticas que más cautivan al público?

-En realidad, los temas son siempre los mismos, no sé si hay mucha variedad. Creo que a la gente, en el caso del stand up, le gusta la manera de pensar del comediante y de enfocar esos temas. A mí me vinculan más con una cosa zarpada, más irreverente, pero los temas son los mismos: el amor, la pareja, la guita, el paso del tiempo, la religión. No sé si hay muchos más.

-¿Existen límites en el humor?

-Ahí aplica el nombre del show, es ‘Sí pero no’. Tengo límites pero más que respecto de un tema es que ese tema no resulte gracioso. A mí me ofende más un comediante que no hace reír que un comediante que hace chistes sobre un tema tabú. No sucede lo de poner límites por un tema, es más bien pensar qué es lo que vas a decir si te metés con un tema tabú. Hay un montón de humoristas que hacen chistes sobre la religión, el aborto, la muerte, y están bien, y después tenés otros que hacen siempre la misma pavada de cuando van a comer a lo de la madre y la madre les hace los ravioles fríos...Eso me parece una porquería. El límite es ese, me tiene que hace reír.

-¿Cómo fue su acercamiento a la actuación?

-Desde que terminé el colegio que no quise hacer otra cosa, así que me puse a estudiar teatro durante muchos años, y después me metí con el stand up. Yo quería ser Marlon Brando. Veía esas películas dramáticas de la época de oro del cine con esos actores que se meten tanto en el personaje, y quería eso. Quería que la gente llorara con mis personajes, pero la realidad y mi forma de ser me fueron llevando hacia la comedia. En algún momento descubrí el stand up y pude canalizar todo esto que me venía pasando, las ganas de actuar, por un lado, y las de hacer reír, por otro.

-Cuál es su mayor ambición a nivel artístico?

-Tengo dos grandes ambiciones: quiero que me siga yendo bien y tener la posibilidad de ser más popular, de ir a teatros más grandes porque quiero concretar el sueño de abrir un refugio para perros de la calle. Para eso hace falta guita y artísticamente, me gustaría poder autofinanciar mis proyectos más allá del stand up y poder hacer películas y demás contenidos, siempre de manera independiente. Para eso necesito vender cada vez más entradas.