"Los realities son la nueva ficción”
Al igual que en ‘Comodines’, Adrián Suar volvió a elegir al experimentado Jorge Nisco para que lo dirija en ‘Jaque Mate’, la película de acción que estrena este jueves. Su visión sobre el cierre de Polka y la televisión actual.
Veintiséis años pasaron del estreno de ‘Comodines’, aquella película de acción protagonizada por Adrián Suar y el recordado Carlín Calvo que pateó el tablero introduciendo explosiones grandilocuentes y tiroteos que hasta el momento no se habían visto en el cine nacional de ese género.
Ahora, Suar vuelve a confiar en Jorge Nisco, uno de los directores históricos de la productora Polka, para ponerse una vez más el traje de héroe de acción, aunque con un toque más hollywoodense.
Porque en ‘Jaque Mate’ -que se estrena el jueves en cines y luego estará disponible en Amazon Prime Video- al ‘Chueco’ se lo verá cual Tom Cruise en ‘Misión imposible’, protagonizado escenas de pelea cuerpo a cuerpo, manejando todo tipo de armas y corriendo en vehículos a gran velocidad por las rutas de Mendoza, provincia en la que se filmaron las escenas que requerían más esfuerzo técnico.
Es que en el filme escrito por Leandro Calderone (otro histórico de Polka), Suar es Duque, el líder de una brigada internacional de agentes secretos -junto a la española Maggie Civantos, el mexicano José Eduardo Derbez y el israelí Tsahi Halevi- que combaten atentados y crímenes que puedan poner en riesgo la seguridad mundial.
Tras el secuestro de la sobrina de Duque, la brigada debe volver al ruedo para rescatarla y a la vez sustraer una fórmula científica de las manos de un inescrupuloso villano (Mike Amigorena). Para ello contarán con la ayuda de Nancy (Charo López) y ‘Malcocido’ (Benjamín Amadeo, el comic relief de la historia).
“El desafío era volver a hacer una película de acción que pueda ser convocante”, aseguró Nisco, en conversación con La Prensa, durante la presentación del filme producido por Patagonik, productora que acompañó a Adrián en éxitos como ‘Un novio para mi mujer’, ‘Apariencias’, ‘Dos más dos’ e ‘Igualita a mí’.
Consultado sobre si hay planes para una segunda parte de ‘Jaque Mate’, Nisco se mantiene cauto y asegura que eso está supeditado a cómo acompañe el público, factor que para él sin dudas determinó el destino de Polka, compañía que decidió dejar de producir sus clásicas ficciones, marcando un fin de ciclo en la tevé argentina.
AGENTES ENCUBIERTOS
-¿Cómo fue la génesis de la película?
-La idea de la película fue de Adrián y luego eso lo trabajó con Leandro Calderone que es el autor. Cuando me llegó a mí, la idea ya estaba bastante desarrollada. A Adrián lo conozco hace casi treinta años, empezamos juntos en ‘Poliladron’, después lo dirigí en tiras y unitarios. El año pasado hicimos ‘Los protectores’ para Star+ y ahora volvimos a coincidir, porque él me convoca para hacer este proyecto.
-¿Cuál fue el mayor desafío que se le presentó?
-Volver a hacer una película de acción que pueda ser convocante, teniendo en cuenta que la idea es tener una proyección a nivel internacional y que nos salga lo mejor que podamos. Fundamentalmente eso, y al ser una comedia de acción, que el condimento de la comedia funcione.
-La película pronto estará disponible en Amazon, una plataforma de alcance global. ¿El elenco multicultural era un requisito?
-No. Es al revés, todo sale de la idea original que era recrear una brigada internacional con diferentes culturas, idiosincrasias y modismos. Por otro lado, como no es la primera vez que trabajan juntos, ellos (los actores) ya se conocen y las relaciones ya están establecidas, hay amistades, competencias y secretos.
-Si bien la película tiene muchas escenas de pelea, tiros y persecuciones, siempre se mantiene en un tono de comedia en el que Suar se destaca. ¿Esa decisión fue adrede?
-No sé si la comedia la lleva tanto Adrián. Creo que él acompaña a otros personajes. Benjamín Amadeo, por ejemplo, tiene un personajón, y Mike Amigorena también, es un malo antológico.
REALITY VS. FICCION
-Mencionó que conoce a Suar hace treinta años y en ese lapso fue uno de los directores más destacados de Polka. ¿Por qué cree que la productora tomó la decisión de dejar de producir ficciones para la pantalla chica?
-Las cosas cambian, el país cambió, la gente cambió, antes tenías un programa con 20 puntos de rating y se podía mantener con publicidad. Pero la pauta publicitaria de los canales de televisión cayó y las plataformas empiezan a ser competencia. Los realities se convirtieron en los nuevos programas de ficción, con malos y buenos, hay guionistas que están atrás, seleccionando, cortando y pegando lo que se requiere para hacer una ficción. Polka estaba en desigualdad de condiciones con otras productoras porque llegó a tener más de 400 personas en relación de dependencia, contra productoras que hoy tienen cinco. Entonces, para seguir manteniendo eso necesitás una cadena. Si encima los programas que hicimos no tuvieron el apoyo del público, no hay manera de que se pueda sostener.
-¿Puede ser que con el avance de las plataformas los espectadores se hayan vuelto más exigentes?
-¿Te parece que se vuelven más exigentes viendo ‘Gran hermano’? ¿No será lo contrario? Tal vez esté equivocado, no sé, mi hija lo mira también. Creen que están viendo una realidad que no lo es. Me parece que es un tema cíclico. Cuando yo era chico estaban las novelas de Alberto Migré y ‘Rolando Rivas, taxista’, que era un éxito y de alguna manera reflejaba la idiosincrasia nuestra. Después llegó otra época con las telenovelas de Andrea del Boca, que eran más como las telenovelas turcas de hoy. Lo siguiente fue el desembarco de Polka, primero con ‘Poliladron’ y después, cuando empieza con las tiras, aparece ‘Gasoleros’, que vuelve a traer esta cosa de la novela de barrio con personas que son reconocibles, donde uno es taxista, el otro es colectivero y empieza a haber una rivalidad. En ese momento el espectador se sentía identificado, se veía a sí mismo. Quizás se cansó de verse a sí mismo, no lo sé. Tal vez ahora prefiere ver una novela turca donde un macho es un macho, las mujeres son mujeres y les deben fidelidad, algo que si nosotros lo hiciéramos en nuestra ficción nos dirían de todo. Sin embargo, el que la ve, la acepta; por lo tanto, hay un público para eso. Si nosotros hiciésemos algo así nos defenestrarían, nos incinerarían en una hoguera.