Crítica: "Los quiero a todos" de Luciano Quilici, y una generación que busca su lugar
Los jóvenes sin un horizonte
"Los quiero a todos". Argentina, 2012. Dirección y guión: Luciano Quilici. Fotografía: Arauco Hernández. Música: Martín Bosa y Tomás Carnelli. Actores: Valeria Lois, Alan Sabbagh, Leticia Mazur, Ramiro Agüero, Diego Jalfen, Lorena Acuña, Margarita Molfino y Santiago Gobernori. Presenta: Late Films. Duración: 78 minutos. Calificación: Para mayores de 16 años.
Los treinta años sin duda representan para cualquier persona una edad de cambios, es tiempo de mirar el futuro de otro modo. La adolescencia quedó atrás y los que aún viven con sus padres, o se independizaron, deben ir pensando en qué hacer con sus vidas, con su pareja, con sus estudios, o cómo evolucionar en tantos sentidos.
El director Luciano Quilici reúne a cuatro varones y cuatro mujeres, que son amigos y se encuentran en un momento de sus vidas, en que parecen enfrentarse a la crisis de no saber qué rumbo tomar, o no saben por qué no pueden realizar determinadas cosas que necesitan.
EN EL GIMNASIO
Ese es el caso de la pareja que conforman León (Alan Sabbagh) y Raquel (Valeria Lois). El le reprocha a ella, que por su culpa y sentirse cómodo a su lado, dejó de cuidar su cuerpo, se ve con varios kilos demás y no sabe por qué no puede ir a un gimnasio. Ella lo mira con cara de asombro y sin entender demasiado lo que su novio le quiere decir y él concluye que tal vez sea mejor dejar de verse.
Poco después dos desconocidos Ciro (Ramiro Agüero) y Betina (Margarita Molfino) se conocen en un bar, simpatizan uno con el otro y él le dice que está enamorado de ella. Luego de unos días Ciro y Betina se reencuentran en la casa de él, pero cuando intentan tener una relación sexual todo fracasa y el muchacho termina echando a la chica de su casa.
LAS CONFESIONES
Tras mostrar estas dos situaciones, como si fueran parte de dos capítulos distintos, el director traslada su cámara a una casa en las afueras de Buenos Aires, en la que coinciden varios de los personajes que se mencionaron antes. De las charlas y confesiones que surgen a la hora de las comidas y cuando están tomando sol, se desprende que a cada uno de ellos los une un particular desencanto.
"Los quiero a todos" es un filme algo confuso, cuyas situaciones por momentos se muestran deshilvanadas, como si el director no supiera como continuar su historia. La sensación más clara que le deja al espectador es que se refiere a la amistad y la necesidad de compartir con otros las desdichas y la incertidumbre, de un grupo de hombres y mujeres de unos treinta años, que no saben hacia dónde encaminar sus vidas.
Calificación: Regular