Leer desde niños: un hábito saludable con múltiples ventajas
La lectura a partir de la infancia mejora la atención, el lenguaje y refuerza los lazos familiares. Recomendaciones para inculcar con éxito la costumbre desde temprana edad, una estrategia para fomentar el bienestar emocional.
Leer desde la infancia no solo enriquece el lenguaje y potencia la imaginación, también desempeña un papel clave en el desarrollo integral y la salud a lo largo de la vida. Los expertos explican que, en un contexto en el que las pantallas ganan terreno, fomentar la lectura desde casa y desde la escuela se presenta como una estrategia esencial para el bienestar emocional de niños y adolescentes.
Con motivo del Día Internacional del Libro, que tuvo lugar ayer, profesionales de la Clínica Universidad de Navarra destacaron el impacto positivo que tiene leer en la salud desde las primeras etapas de la vida.
El doctor José Manuel Moreno, director del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra, subrayó que leer desde edades tempranas favorece el desarrollo intelectual, mejora la capacidad de atención y amplía el vocabulario.
“No se trata solo de adquirir conocimientos, sino de formar personas más comunicativas, empáticas y seguras de sí mismas”, explicó el especialista, quien también defendió la lectura como una alternativa saludable frente al uso excesivo de pantallas.
EN EDADES TEMPRANAS
El doctor explicó que leer desde edades tempranas favorece aspectos como:
*El desarrollo del lenguaje.
*La adquisición de hábitos como la atención y la concentración.
*Mejora la expresividad verbal y la comprensión.
”No solo se trata de estas habilidades más materiales, sino que todo el desarrollo intelectual del niño se ve condicionado por la lectura. Incluso cuando son muy pequeños, el simple hecho de que les lean cuentos ya tienen un efecto muy positivo”, indicó el experto.
Según el especialista, un niño que lee habitualmente tiene un vocabulario más amplio, lo que le permite expresarse de manera más clara y efectiva.
Todas estas virtudes fortalecen la confianza en sí mismos y fomentan hábitos esenciales para el desarrollo integral, ya que inciden en su capacidad para comprender, escribir y expresarse.
Además, al saber comunicar sus ideas con más palabras, se favorece su habilidad para relacionarse con el mundo, contribuyendo así de forma significativa a su desarrollo intelectual.
COMPETIR CON LAS PANTALLAS
El experto señaló que, frente a las alternativas tan atractivas que existen a la lectura, como pueden ser las pantallas, es un gran reto que los niños continúen leyendo.
Una de las estrategias para conseguirlo sería incorporar desde muy pequeños la lectura como una rutina.
”Por ejemplo, que antes de irse a la cama lean o les lean un cuento. No hace falta que sea durante mucho tiempo ni con textos complejos. Lo importante es que participen, que se sientan protagonistas de la historia, ya sea leyendo o representando a alguno de los personajes”, aconsejó el doctor.
En el caso de niños más mayores, el experto explicó que puede ayudar mucho comentar con ellos lo que leen o lo que nosotros estamos leyendo.
”Hay que hacerles partícipes de nuestras propias inquietudes lectoras. Por ejemplo, contarle lo que hemos leído, explicarle de qué trata y preguntar si lo conocen, que les parece el autor o la historia”, indicó el especialista.
ESTRATEGIA EN EL AULA
El doctor señaló que la mejor estrategia es que la lectura sea participativa. “Hay niños a quienes les cuesta leer de forma continuada, pero si se les dedica un rato a que cada uno lea en voz alta un fragmento, se puede lograr una implicación mayor”, afirmó.
También ayuda introducir elementos sorpresa durante la lectura para, en un momento clave de la narración, hacer preguntas que despierten su imaginación y les involucren en la historia.
Otra opción que destaca el experto es representar una obra de teatro basada en un libro.
“Aunque sea una adaptación sencilla, ese tipo de actividades despiertan la curiosidad del niño por saber más sobre la historia original”, señaló el especialista.
Además, subrayó que los cómics son una herramienta muy útil, bien narrado visualmente puede ser el punto de partida para que después quieran profundizar más en otros formatos de lectura.
LECTURAS MAS ADECUADAS
Moreno detalló que cuanto más pequeño es el niño, más peso tienen las imágenes. Es decir, los cuentos con ilustraciones agradables y poco texto son los más adecuados para las primeras etapas.
Sin embargo, a medida que crecen es importante ir adaptando tanto la longitud del texto como el tipo de lectura.
“Un niño en edad escolar, puede tener más dificultad para leer clásicos en su versión original, así que conviene ofrecerle ediciones adaptadas, con un tamaño de letra adecuado, páginas que no estén demasiado recargadas de texto y un diseño atractivo”, señaló el experto.
SALUD MENTAL
Según el doctor, no es fácil establecer una relación directa del tipo: “Si lees esto, vas a prevenir una adicción o vas a reducir el riesgo de suicidio”.
Sin embargo, sí cree que la lectura puede ser una herramienta valiosa, sobre todo en momentos de crisis.
“En el caso de adolescentes, muchas veces como padres podemos preguntarnos cómo acercarnos a nuestros hijos, cómo ayudarles a mejorar su bienestar emocional y ahí la lectura, cómo otras formas de cultura, puede ser un punto de encuentro. Algo de lo que hablar juntos, una excusa para abrir una conversación o compartir una experiencia”, aconsejó.
También recalcó la importancia de dar ejemplo, pues si en casa no se ve que los padres leen, si no se vive la lectura como algo habitual, es difícil fomentar ese hábito en los hijos.
El experto de la Clínica Universidad de Navarra indicó que hay muchos libros que pueden ayudar al cuidado de la salud.
Para los padres hay libros sobre cómo enseñar hábitos saludables, como la alimentación.
También hay libros dirigidos a los propios niños que, a través de cuentos o ilustraciones, transmiten valores sobre el autocuidado.
El doctor recomendó cualquier libro de Gloria Fuertes, que aunque no hablen directamente de salud, están llenos de reflexiones, pensamiento infantil y mensajes que ayudan al desarrollo emocional, que también es parte de la salud.
También hizo hincapié en los clásicos adaptados para edades tempranas como las novelas de Julio Verne o Robinson Crusoe, que ofrecen historias donde los niños pueden verse reflejados en situaciones de superación o aventura, que también aportan enseñanzas valiosas.
DESPERTAR EL INTERÉS
Como hemos dicho, la lectura desarrolla el vocabulario, aumenta la capacidad de atención y refuerza el pensamiento analítico. La clave para fomentar el hábito de la lectura en los niños es leer con ellos en casa desde pequeños. Al leer juntos a menudo,los niños aprenderán de primera mano las alegrías que puede proporcionarle la lectura, lo que le ayudará a desarrollar la motivación por leer.
Sin embargo, cada niño aprende y procesa la información de forma diferente. Esto significa que algunos niños pueden tener un amor natural por la lectura y otros no.
Para aquellos niños que pertenecen a la segunda categoría, hay muchas estrategias diferentes que se pueden utilizar para motivarlos a leer.
La lectura es una de las destrezas fundamentales que los niños necesitan aprender para tener éxito.
En primer lugar, es importante averiguar por qué a un niño no le gusta leer. Algunas razones comunes por las que a los niños no les gusta leer incluyen:
*Siente que leer es una tarea
*Tiene dificultades para leer
*Cree que leer es aburrido
*Aún no ha encontrado el libro adecuado.
La buena noticia es que al saber por qué al niño no le gusta leer, se puede abordar el problema y empezar a hacer que la lectura le resulte más agradable.
Si aprende a hacer que la lectura sea divertida, es más probable que su hijo desarrolle el amor por la lectura, lo que fomentará mejores hábitos de lectura y facilitará el aprendizaje.
10 CONSEJOS CLAVE
A continuación citamos 10 sencillos consejos para fomentar buenos hábitos de lectura en los niños haciendo que leer sea divertido:
*Crear una zona de lectura. Armar una zona para que los niños lean con su ayuda. Disponer un sillón de peluche, accesorios divertidos, una variedad de libros, hará que el niño cuente con su propio rincón de lectura acogedor.
*Fomentar la lectura en casa y en todas partes. Enseñar a los niños que la lectura no se limita a los libros. Practicar la lectura de menús, nombres de películas, señales de tráfico, instrucciones de juegos y mucho más: es bueno demostrarles que la lectura está en todas partes.
*Dar el ejemplo. Como adultos debemos servir de modelo y leer delante de los niños. Vernos leer revistas, periódicos y libros demuestra a los niños que la lectura es importante. Animar a los niños a que le acompañen con su propio libro mientras usted lee.
*Establecer conexiones entre la lectura y la vida real. Ayudar a los niños a aplicar lo que lee a la vida cotidiana. Establecer conexiones entre los libros y la propia experiencia de los niños puede ayudar a aumentar su interés por la lectura.
*Tener material de lectura en casa. Facilitar a los niños el acceso a libros y otros materiales de lectura en casa. Esto le ayudará a comprender que la lectura no sólo tiene lugar en el colegio, sino en cualquier parte.
*Visitar una biblioteca barrial. Aprovechar la selección de su biblioteca pública local y dejar que los niños elijan un libro que le llame la atención.
*Hablar de lo que el niño está leyendo. Cuando termine el libro, háblele de lo que ha pasado y pregúntele cuál ha sido su parte favorita. Esto mejorará la capacidad de comprensión de su hijo y convertirá la lectura en una actividad familiar.
*Exponer a su hijo a distintos géneros literarios. Buscar un libro que le interese. Explorar distintos géneros como el misterio, la ciencia ficción, los cómics y otros. Cuanto más le interese un tema al niño, más ganas tendrá de leer.
*Brindar apoyo. Si el niño tiene dificultades para leer y se frustra, dé un paso atrás y vea en qué se está esforzando. Hable con su profesor y aborde el problema lo antes posible.
*Leer cada noche. Hacer que la lectura forme parte de la rutina nocturna del niño. Este hábito ayuda a asociar la lectura con la relajación.