LA MIRADA GLOBAL

Las ambiciones de China para la IA son muy distintas a las occidentales

Por Shaoyu Yuan *

En el competitivo ámbito de la tecnología global, las ambiciones de China en materia de inteligencia artificial se destacan, no sólo por su escala sino por su distintivo enfoque estratégico.

En 2017, el Partido Comunista Chino declaró su intención de superar a Estados Unidos y convertirse en el líder mundial en inteligencia artificial para 2030. Sin embargo, este plan no se centra tanto en desarrollar tecnologías innovadoras como en adaptar estratégicamente las existentes para que sirvan a los objetivos económicos, políticos y sociales del Estado.

Si bien tanto China como Estados Unidos están desarrollando activamente tecnologías de inteligencia artificial, sus enfoques difieren significativamente. Estados Unidos ha estado tradicionalmente a la vanguardia en materia de investigación e innovación en inteligencia artificial, con instituciones como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y Stanford y gigantes tecnológicos como Google y Microsoft que han impulsado avances en el aprendizaje automático. Este enfoque que prioriza la innovación contrasta con el enfoque de China en la adaptación y aplicación de tecnologías existentes para objetivos estatales específicos.

El desarrollo de la IA en Estados Unidos está impulsado principalmente por una red descentralizada de instituciones académicas, empresas privadas y agencias gubernamentales, a menudo con intereses contrapuestos y un enfoque en aplicaciones comerciales. En cambio, la estrategia de IA de China es más centralizada y dirigida por el Estado, con un enfoque claro en el apoyo a iniciativas gubernamentales como el control social y la planificación económica.

CONTROL IDEOLOGICO

En el centro de la estrategia de inteligencia artificial de China se encuentra su esfuerzo por integrar la tecnología en la maquinaria de control ideológico del gobierno.

Un excelente ejemplo es el chatbot Xue Xi desarrollado por investigadores de la universidad de mayor prestigio de China, la Universidad de Tsinghua. A diferencia de los modelos de inteligencia artificial occidentales diseñados para fomentar el diálogo abierto, Xue Xi fue entrenado en parte en el “pensamiento de Xi Jinping” para adoctrinar a los usuarios (que probablemente en un principio serían miembros del partido en el gobierno) con la ideología del Partido Comunista.

No se trata de una iniciativa aislada, sino de una tendencia más amplia. Los sistemas de vigilancia basados en inteligencia artificial, como la tecnología de reconocimiento facial implementada en toda la región de Xinjiang (China), permiten al gobierno mantener un control estricto sobre la población uigur, una minoría musulmana, de la zona.

Estas tecnologías no son revolucionarias. Se basan en innovaciones existentes, pero están perfectamente ajustadas para servir a los esfuerzos del Partido Comunista por mantener el orden social y evitar la disidencia. La destreza de China en materia de inteligencia artificial no se logra creando la tecnología más nueva, sino dominando y aplicando la inteligencia artificial de maneras que se alineen con sus imperativos ideológicos.

CONTROL ECONOMICO

La estrategia de inteligencia artificial de China también está profundamente entrelazada con sus ambiciones económicas. Frente a la desaceleración del crecimiento, el Partido Comunista considera que la tecnología es la herramienta esencial para sacar al país de su desaceleración económica. Esto es particularmente evidente en sectores como la manufactura y la logística, donde la IA se utiliza para impulsar la eficiencia y mantener la ventaja competitiva de China en las cadenas de suministro globales. Por ejemplo, empresas como el gigante minorista en línea Alibaba han desarrollado plataformas logísticas impulsadas por IA que optimizan las rutas de entrega y administran las operaciones de almacenamiento, lo que garantiza que China siga siendo la fábrica del mundo.

Además, el sistema de crédito social de China, que evalúa a los ciudadanos según su comportamiento cívico y financiero, representa una importante iniciativa estratégica en la que la IA desempeña un papel cada vez más crucial. El sistema de China está diseñado para monitorear e influir en el comportamiento de los ciudadanos a gran escala. Aunque la IA aún no está completamente implementada en todo el sistema de crédito social, se está integrando para rastrear y analizar grandes cantidades de datos, como transacciones financieras, interacciones en línea y relaciones sociales en tiempo real.

Estos datos se utilizan luego para asignar puntuaciones que pueden afectar a diversos aspectos de la vida, desde la aprobación de préstamos hasta los permisos de viaje. A medida que la IA se integre cada vez más en el sistema, es probable, creo, que se refuerce aún más el control estatal y se garantice el cumplimiento de la sociedad, priorizando la supervisión gubernamental sobre la autonomía personal.

EXPORTACIONES ESTRATEGICAS

En el escenario internacional, China está exportando sus tecnologías de inteligencia artificial para expandir su influencia, en particular en los países en desarrollo.

A través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, gigantes tecnológicos chinos como Huawei y ZTE están proporcionando sistemas de vigilancia basados en inteligencia artificial a gobiernos de África, el Sudeste asiático y América Latina. Estos sistemas, a menudo presentados como herramientas para mejorar la seguridad pública son parte de una estrategia más amplia para exportar el modelo político de China.

Por ejemplo, en Zimbabwe, las empresas chinas han ayudado a implementar un sistema de reconocimiento facial a nivel nacional bajo el pretexto de combatir el crimen. Los activistas políticos del país africano temen que la tecnología se esté utilizando para monitorear a los opositores y activistas políticos, como se hace en China.

Al exportar tecnologías de inteligencia artificial que están estrechamente integradas con el control estatal, China no solo está ampliando su participación en el mercado, sino que también está promoviendo su modelo autoritario como una alternativa viable a la democracia occidental.

VENTAJA MILITAR

Las ambiciones militares de China también están estrechamente vinculadas a su estrategia de inteligencia artificial. El Ejército Popular de Liberación, el ejército chino, está invirtiendo fuertemente en sistemas autónomos impulsados por inteligencia artificial , incluidos drones y plataformas robóticas. Estas tecnologías no son necesariamente las más avanzadas del mundo, pero China las está adaptando para satisfacer sus necesidades estratégicas.

China está desarrollando sistemas de inteligencia artificial para apoyar sus operaciones navales en el Mar de China Meridional, una región de gran tensión geopolítica. China está desplegando submarinos autónomos y drones de vigilancia para monitorear y potencialmente interrumpir las actividades militares extranjeras en la región. Este uso estratégico de la inteligencia artificial en aplicaciones militares pone de relieve el interés de China por utilizar las tecnologías existentes para alcanzar objetivos geopolíticos específicos, en lugar de buscar la innovación por sí misma.

PODER GLOBAL

La estrategia china en materia de inteligencia artificial es una estrategia calculada de adaptación y aplicación, más que una innovación pura. Al dominar el uso de las tecnologías existentes y alinearlas con los objetivos estatales, China no solo está fortaleciendo su control interno, sino también reconfigurando la dinámica de poder global.

Ya sea a través del adoctrinamiento ideológico, el control económico, las exportaciones estratégicas o los avances militares, la estrategia de inteligencia artificial de China es un poderoso recordatorio de que, en el ámbito de la tecnología, el uso que se da de las herramientas puede ser tan transformador como las herramientas mismas.

 

* Universidad Rutgers (Newark).

Epígrafe

Crédito: Xinhua