Ante el estreno de ‘Hombre muerto’, el actor agradece la chance de componer personajes atípicos

Laport: “Me encantan los riesgos”

Junto a Diego Velázquez protagoniza esta historia rodada en pintorescos pueblos de La Rioja, mientras se prepara para la llegada a las salas de cine de otra película, ‘El señor de las ballenas’.

No son muchos los actores que tienen la posibilidad de estrenar dos películas como protagonista en sólo un par de semanas, y menos en estos meses en los que la industria cinematográfica se encuentra atravesando una de sus crisis más importantes. Sin embargo, Osvaldo Laport sí tiene ese privilegio. “En una realidad donde todos estamos tan fragilizados y sensibilizados no deja de ser también atípico pero bonito estrenar dos películas”, dice el actor que este jueves llega a las salas con ‘Hombre muerto’ y el 12 de septiembre hará lo propio con ‘El señor de las ballenas’.

PRIVILEGIO

Vestido íntegramente de negro, Laport se encuentra en una pequeña sala de reuniones en la sede de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC). Habla con vehemencia mientras mueve sus manos ante cada una de las respuestas y se muestra sensibilizado por el inminente estreno del filme que protagoniza junto a Diego Velázquez, bajo la dirección de Andrés Tambornino y Alejandro Gruz: “Lograr que ‘Hombre muerto’, que ya la habíamos estrenado en el Bafici, llegue a estar en la salas, que se pueda comercializar, no deja de ser un privilegio”, admite.

-¿Cómo recuerda la experiencia de instalarse en un pueblo de La Rioja durante un mes y medio para rodar este filme?

-Con un gran cariño. Se filmó en varios pueblitos y se hizo también un estreno en La Rioja capital donde yo pedí encarecidamente que se hiciesen estrenos en estos pueblos pero, claro, son lugares imposibles de poder montar tanto aparataje para una proyección. Pero me dieron la alegría que los invitaron a todos y les mandaron micros para que fueran a la ciudad para disfrutar del estreno. Fue una fiesta porque, más allá de lo que significa la película ‘Hombre muerto’, no me puedo olvidar de la energía y de las emociones de los hombres y mujeres de estos pueblos que llegaban incluso con regalos, con pan casero, con cosas realizadas por ellos para que yo me trajera a casa. Fue una fiesta.

-¿Cómo define a Almeida, su personaje?

-Es un tipo de valores, que no tranza con nada. No quiero espoilear, pero creo que es un tipo de personaje que todavía tenemos en nuestro mundillo social y en lo que sucede en la sociedad, en la realidad en la que vivimos con tantas obscenidades que nos suceden a diario. Es un tipo que no quiere tranzar, que quiere rescatar -justamente- por qué estamos así. El final de la película es: “Señores, ¿qué nos pasa?” Almeida es un tipo que tenía un circo y recorría el país en tren, y un buen día en uno de los pueblitos se enamora de la posadera, con la que tiene muchos años de diferencia, pero abandona todo y cree que puede echar raíces en ese lugar. Lugar donde es discriminado porque, de pronto, socialmente hablando, es un tipo que tiene una relación con una mujer mucho más joven, con un hijo que viene en camino, sumado a cierta corrupción de los habitantes del pueblo.

COLOR LOCAL

-¿Cuál fue el mayor desafío que le presentó el proyecto?

-Que al personaje no se le viesen los hilos de la marioneta, que encajara en ese ámbito, sobre todo en una geografía tan bella como la de La Rioja. La fotografía de la película es hermosa y creo que el personaje es parte de esa fotografía, no se ve un títere o un personaje que no sea compatible. Eso que hoy es un acierto era riesgoso a la hora de crear el personaje. Por eso, cuando empezamos a intentar ensayar acá yo les dije que podía repetir el texto pero necesitaba saber cómo pensaba, cómo caminaba y cómo corría ese hombre, porque es un personaje que corre demasiado.

La fisonomía que adquirió Laport durante la pandemia (el cabello largo, la barba espesa) convenció a los directores del filme de llamarlo.

-¿Qué le sedujo de esta historia para querer contarla?

-Siempre dije que soy un privilegiado como trabajador en el arte porque me convocan para roles atípicos, y me sigue pasando. Almeida es un personaje con cierta transgresión, que transita el filo de la navaja. Al hacerlo podés ser genuino como no, ser honesto como no, y eso fue lo que me sedujo. Que era dueño de un circo, acróbata, payaso, todo me llamó la atención. Lo maravilloso es que cuando el director me convocó estábamos en plena pandemia y me dijo: “Vi en Instagram que estás con el pelo largo y barba”. Eso era para otro personaje que después lo terminé haciendo con el pelo corto (‘El señor de las ballenas’). Pero como soy un desesperado y me encantan los riesgos, me terminé metiendo en ese submundo de lo que yo creo que es el personaje.

SU MIRADA

-Su nombre está muy ligado a la historia de las telenovelas. ¿Cómo ve la situación de la ficción en la televisión abierta?

-Es muy triste, y no solamente en la televisión. El teatro es el único género que no va a morir porque es el pilar fundamental de los pueblos, más allá de otros como la educación, la salud, el alimento. El arte ha vuelto a levantar pueblos después de la guerra. La televisión quiero creer que va a tener una nueva etapa de vida. Ha sido cíclica históricamente. Lo que sucede es que la pandemia nos empujó a consumir a través de las plataformas sesenta capítulos diarios de series, y nosotros veníamos de un capítulo diario a través de los canales comerciales. No sé si hoy la sociedad volvería al formato de un capítulo por día, pero tiene que ver también con la inteligencia de los productores y con salir de la pachorra. Tenemos que ser más creativos con las historias, basta de novelas rosas, pero sin irse a los últimos productos que han salido, con tanta violencia. Tampoco es ese el camino.

-¿Cómo sigue su año después del estreno de las dos películas?

-Como actor me convocaron para un proyecto del que estamos limpiando el guion, que se llama ‘El bailarín’, otro personaje atípico. Es para teatro. Y como director estoy creando un nuevo espectáculo que está relacionado con una disciplina del arte que me enamoró que es el burlesque. Es un proyecto bien interesante para Buenos Aires. Por otra parte, el martes 24 de septiembre a las 20.30 estaremos en el Gran Rex con el Concierto con los Refugiados, de Fundación Acnur Argentina (de la que el actor es Embajador de Buena Voluntad).