Una nueva conmemoración del 25 de Mayo, nos encuentra hoy en medio del emocionado y renovado recuerdo popular por 40 años de la Gesta del Atlántico Sur. Por tal razón, me voy a permitir realizar algunas reflexiones para compartir con los lectores de La Prensa.
Conocer y enseñar la historia verdadera es enseñar la historia de aquellos hombres que nos hicieron esta Patria. Desde los orígenes hasta Malvinas. Siempre hubo hombres y mujeres que forjaron esta bendita nación.
La Argentina no nació al acaso, no nació por casualidad, no nació como hija de nadie. Tiene un pasado. Tiene una historia, una cultura, una raza, una religión, una lengua, y todo eso se hunde en las raíces de la Historia. Mayo en 1810 y Mayo en 1982.
Algunos dirán que la Revolución Francesa y el Iluminismo fueron causas externas de nuestra revolución. Otros dirán que ambas revoluciones fueron similares, o más aún, que la Revolución de Mayo es hija de la francesa.
Se hablará de Rousseau, del "Contrato Social", del absolutismo monárquico, de la España oscurantista en oposición a las "luces" de Francia.
Pero, como el único interés que nos mueve es "la verdad", nos anticipamos y oponemos a esta versión de la historia falsificada cuyo fin es el de reemplazar nuestra verdadera conciencia nacional por una extraña a nuestra idiosincrasia y tradición.
Para ello hoy queremos afirmar la siguiente premisa: "que nuestra Revolución de Mayo nada tiene que ver con la Revolución Francesa. Ni como causa, ni influencia, ni como modelo".
La Revolución Francesa se hizo contra el absolutismo de los reyes y los privilegios de los nobles y también en contra de la Iglesia. En el Río de la Plata, no había ni nobles ni reyes. Gobernaba el país un Virrey que no tenía nada de absoluto y un Cabildo que era una genuina y antiquísima autoridad de origen popular (que por supuesto también era herencia de España) que la parte principal elegía libremente.
La Semana de Mayo, o Revolución de Mayo fue esencialmente realizada por una parte del pueblo (la parte sana e ilustrada), los militares (allí estaban los Arribeños y los Patricios con Don Cornelio Saavedra al mando, respaldando la revolución).
Es decir que fue una revolución hecha por verdaderos señores, angustiosos de gobernarse a sí mismos por los sucesos ocurridos en la Península, pero dispuestos a mantener su tradición y cultura, a punto tal, que nuestra revolución fue en sus inicios abiertamente monárquica.
"¿A esta revolución sin crímenes que fuera nuestra se pretende encontrar un retoño de la francesa que se prostituyó sólo en la diosa razón y fusiló, guillotinó, a millares de ciudadanos, hombres y mujeres y hasta niños?".
TRADICION NACIONAL
Como argentinos entendemos que el significado de celebrar las fiestas patrias supone reafirmar la tradición nacional, lo que representa ratificar y actualizar nuestra identidad, rescatar y renovar nuestro sentido de nación, situando la cultura como su fundamento y resguardando la primacía de la persona humana.
Es un momento importante para exponer una serie de precisiones relacionadas con Mayo, uno de los hechos más controvertidos de nuestra historia patria, distinguiendo lo que sucedió en la Semana de Mayo, de sus consecuencias.
En un sentido esencial, tradición es la transmisión de un conjunto de verdades fundamentales que constituyen un tesoro doctrinal para el hombre. Esta colección, invariable en sí misma, se encarna bajo formas históricas mutables, vivifica a los pueblos que lo reciben y les imprime fisonomía propia y un particular estilo de vida.
En el caso concreto de nuestro país, el núcleo esencial de la tradición tiene sus raíces en la concepción cristiana e hispánica que informa las bases de nuestro ser nacional, integrado con aportes diversos, autóctonos y europeos.
En consecuencia sólo es auténtica tradición argentina aquella que reconoce este linaje y permanece fiel a sus inspiraciones. Con ese espíritu se enlazan la defensa de la Patria en 1806 y 1807, los combates de Obligado en 1845 y la Gesta del Atlántico Sur en 1982.
Cualquier otra corriente o pensamiento que se haya introducido o pretenda incorporarse a la vida nacional para sustituir dichos atributos esenciales o renegar de ellos no puede ser considerada tradición argentina.
LA IDENTIDAD
La identidad es, a la vez algo dado y un proyecto de futuro. Necesitamos un ideal histórico común, que integre el reconstruir nuestra Nación y construir la comunidad regional de naciones de Iberoamérica, para tener un destino más digno en el actual mundo globalizado.
Concretamente:
1.- La revolución no representó una ruptura con el orden preexistente, sino por el contrario una reafirmación de la tradición jurídica hispánica, con la teoría de la Retroversión expuesta por Castelli en el Cabildo del 22 de mayo.
2.- Durante todos los debates previos a la Revolución nadie defendió argumentos basados en la Revolución Francesa o algunos de sus autores materiales o ideológicos.
3.- Buenos Aires asume la responsabilidad de reafirmar la tradición hasta poder conocer la opinión del resto del virreinato.
La historia es lo que fue, no de lo que pudo haber sido, o de lo que nos hubiese gustado que fuera.
El Coronel Cornelio Saavedra representa Mayo. Si algún Mayo recordamos con agradecimiento y orgullo es el que encarna Don Cornelio Saavedra, aquel Comandante de Patricios, que afirmando con gran claridad que se alzaba contra franceses e ingleses -y contra todos aquellos que quisieran comprometer el destino de estas tierras- puso su condición militar al servicio de Dios y de ambas Españas, representando el sentir de la mayor parte de la comunidad rioplatense que él representaba.
La Argentina tiene Héroes. En 1810 y en 1982.
Los héroes no están solamente para que nosotros los recordemos y les rindamos homenaje, o dediquemos a su memoria discursos que tantas veces son palabras huecas, palabras vacías. Los héroes están puestos también como ejemplo y como modelo de la vida. En las gestas patrias hubo ejemplos de heroísmo.El héroe como resumen de todas las virtudes humanas, del coraje, del heroísmo, de la generosidad, del desinterés, del servicio del Bien Común.
PARA RECORDAR
Mensaje de Rosas a la Legislatura sobre la "revolución de mayo"-25 de mayo de 1836: "No se hizo [la Revolución de Mayo] para rebelarnos contra nuestro soberano, sino para conservarle la posesión de su autoridad. No se hizo para romper los vínculos que nos ligaban a los españoles, sino para fortalecerlos más por el amor y la gratitud. ¡Pero quien lo hubiera creído! Un acto tan heroico de generosidad y patriotismo, no menos que de lealtad y fidelidad a la nación española, fue interpretado en algunos malignamente [...] Perseveramos siete años en aquella noble resolución de mantenernos fieles a España, hasta que, cansados de sufrir males sobre males, nos pusimos en manos de la Divina Providencia y confiando en su infinita bondad y justicia tomamos el único partido que nos quedaba para salvarnos: nos declaramos libres e independientes de los Reyes de España y de toda otra dominación extranjera".
Estimados Compatriotas, volviendo la mirada a los clásicos, podemos decir que para Cicerón la historia era "maestra de la vida" y para Cervantes "madre de la verdad".
En realidad, ambas sentencias eran y son expresiones de deseo, esperanzas de que así sea, apuestas al futuro respecto de que la historia sirva para algo bueno, precisamente porque consustancial a ella es la verdad.
Sobre esa historia verdadera y no sobre el relato se debe construir el futuro de nuestra grande y gloriosa nación. !Feliz día de la Patria!.