La primera vez, de la mano de Daniel
El baúl de los recuerdos. Vélez consiguió su primer título en el Nacional de 1968. Su consagración se vio salpicada por la polémica de la famosa mano de Gallo contra River, pero fue un gran campeón. Un equipazo en el que los aplausos se los llevaba el Cordobés Willington.
“¡Y ya lo ve / y ya lo ve / es el famoso Cordobés!”. El cantito siempre acompañaba a ese morocho alto, de andar pachorriento, fina estampa y señorial manejo de la pelota. Curioso, pero ese cordobés era santafesino de nacimiento. Esas cosas extrañas que tiene el fútbol. Daniel Willington -de él se trata- seducía a todos con su calidad y su exacta pegada. Dominaba el balón como si lo tuviera hechizado. Jugaba y hacía jugar a su equipo. Y de la mano de Daniel -en Liniers no hace falta pronunciar su apellido-, Vélez se llevó el primer título de su historia en el Nacional ´68. El Fortín se quedó con un histórico triangular contra River y Racing que instaló para siempre la polémica por una mano del defensor Luis Gregorio Gallo contra los millonarios. La consagración se dio con un triunfo por 4-2 sobre la Academia que le otorgó el merecido premio a un equipazo en el que la magia la aportaba el famoso Cordobés.
River y Racing se medían en la última fecha del certamen. Era una final con todas las letras, pues compartían el primer puesto. Una unidad menos tenía Vélez, que enfrentaba a Huracán. El clásico terminó 1-1 y como los de Liniers vencieron 2-0 al Globo hubo un triple empate en la punta. El título debía definirse en un triangular en el que el Fortín corría con la ventaja de que sumaba más goles a favor, parámetro que iba a considerarse en caso de igualdad en las posiciones del decisivo minitorneo.
La cancha de San Lorenzo, el mítico Gasómetro de avenida La Plata, albergó los tres partidos. Los millonarios vencieron 2-0 a los académicos el 19 de diciembre en la primera jornada. Tres días más tarde igualaron 1-1 River y Vélez en un duelo que quedó en la memoria colectiva por la mano de Gallo en el área que no fue advertida por el árbitro Guillermo Nimo. El 29 se jugó el tercer choque. Los de Avellaneda, que transitaban el final del inolvidable ciclo de El equipo de José, ya habían quedado al margen y el título esperaba a los de Núñez (3 puntos) o a los de Liniers (1).
Ese día Willington sacó a relucir lo mejor de su excelso repertorio. Claro que el Cordobés no jugaba solo. Vélez tenía a un arquero con apariencia de invencible como el Gato José Miguel Marín; una defensa dura que respetaba la tradición de la garra fortinera con Gallo, Iselín Santos Ovejero, Rodolfo Zóttola y Luis Atela, en el medio el sacrificio de José Solórzano y la movilidad del Pulga Alberto Ríos (faltó en el triangular y en su lugar estuvo Antonio Roberto Moreyra), los desbordes del veloz José Luis Luna por la derecha y del mendocino Mario Nogara por la izquierda y los goles del Turco Omar Wehbe, máximo artillero del certamen. Además, comenzaba a ganar protagonismo un pibe con futuro de goleador histórico: Carlos Bianchi.
El Fortín se puso en ventaja muy rápido. Luna ejecutó un córner, el Panadero Rubén Díaz rechazó y la pelota le quedó a Moreyra, quien con un zurdazo abrió el marcador. Vélez se ilusionaba en grande, pero el Bocha Humberto Maschio, en su último partido como profesional, tejió una excelente maniobra que terminó con un golazo. Manuel Giúdice, el técnico de los de Liniers, mandó a la cancha a Bianchi en reemplazo de Nogara para jugar el complemento.
Y de pronto apareció el Cordobés en escena, cuando más se lo necesitaba. “Se establecieron las ventajas porque Willington era implacable”, explicó la crónica de La Prensa. Ese santafesino arribado a Liniers en 1962 procedente de Talleres -de ahí su relación con La Docta, donde además pasó parte de su infancia- se encontró con Bianchi y al recibir la pelota se frenó y vio a Wehbe. Entonces, le puso un pase milimétrico y el Turco quebró la paridad.
Con el 2-1, Vélez terminó de adueñarse del control del partido. Willington manejaba los tiempos. Decidía cómo y cuándo debía atacar su equipo. Avanzó por la punta derecha y cuando se le acercaron el Mariscal Roberto Perfumo y Juan Carlos Rulli habilitó otra vez a Wehbe para estirar la diferencia en el marcador. Descontó Jaime Donald Martinoli, pero el conjunto del Colorado Giúdice no sintió el impacto. Cuando faltaba un minuto, el Cordobés se internó en el área y Perfumo lo derribó. Desde los doce pasos, Wehbe selló el 4-2 final.
“¡Papá Noel / Papá Noel / dejó este campeonato / en el barrio de Liniers!”. De las tribunas del Gasómetro brotaba ese canto. Vélez festejaba el primer título de su historia con un gran equipo y un jugador maravilloso, Daniel Willington, el famoso Cordobés.
LA SINTESIS
Vélez 4 - Racing 2
Vélez: José Miguel Marín; Luis Gregorio Gallo, Iselín Santos Ovejero, Rodolfo Zóttola, Luis Atela; Antonio Roberto Moreyra, José Solórzano, Daniel Willington; José Luis Luna, Omar Wehbe, Mario Nogara. DT: Manuel Giúdice.
Racing: Agustín Cejas; Nelson Chabay, Roberto Perfumo, Alfio Basile, Rubén Díaz; Juan Carlos Rulli, Miguel Angel Mori, Roberto Salomone, Humberto Maschio; Jaime Donald Martinoli, Juan Carlos Cárdenas. DT: Juan José Pizzuti.
Incidencias:
Primer tiempo: 3m gol de Moreyra (V); 23m gol de Maschio (R). Segundo tiempo: Carlos Bianchi por Nogara (V); 10m gol de Wehbe (V); 36m gol de Wehbe (V); 43m gol de Martinoli (R); 44m gol de Wehbe (V), de penal.
Cancha: San Lorenzo (neutral). Arbitro: Jorge Alvarez. Fecha: 29 de diciembre de 1968.