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La planta de Volkswagen Camiones y Buses de Córdoba cumple sus objetivos y se prepara para ampliar la producción

Para este año se completará la primera etapa de la inversión y se producirán unas 1.300 unidades, entre Constellation, Delivery y el chasis para el Colk Bus. Para 2026 esa cifra crecerá hasta 2.700.

La planta que Volkswagen Camiones y Buses tiene en Córdoba se sometió a una transformación total tras una fuerte inversión que la marca realizó en el país.

Fueron 300 millones de dólares en total, de los cuales 50 se destinaron a modernizar el Centro Industria Córdoba, con el objetivo de modificar su línea de producción el ensamblado de los camiones Constellation, Delivery y el chasis del VOlk Bus.

En la actualidad, unos 800 operarios –que tomaron decenas de horas de capacitación para pasar de fabricas cajas de cambios a ensamblar vehículos de hasta tres toneladas- trabajan en un turno (de 7 a 13) para terminar seis unidades por día.

El predio de 15.000 metros cuadrados recibe por aduana doméstica el total de las piezas de las unidades, procedentes desde la fábrica de Resente, en el estado de Río de Janeiro, Brasil.

Con las piezas ya catalogadas se comienza a armar camiones Delivery (en sus versiones 9.170 y 11.180), Constellation 17.280 (en variantes Tractor y Chasis) y la estructura del Volksbus 15.190 OD.

Con este ritmo, la primera etapa del proyecto cumple el objetivo de terminar 2024 con 1.300 unidades de producción nacional y se encamina a ampliar esa cifra a 2.700 en 2026.

 

La primera estación de la producción es la del grabado láser del número de chasis y VIN. Allí se colocan algunos distintos elementos y soportes de montaje.

En la segunda estación de la planta de Volkswagen Camiones y Buses se lleva a cabo el cableado y la colocación de cañerías para los frenos de aire.

Ya con el ensamble más avanzado, y con las ruedas colocadas, el camión deja de ser trasladado por grúas para movilizarse de manera más simple. Así comienzan a colocarse diferentes piezas hasta que en el último puesto se realiza el llenado de fluidos.

Esta se lleva a cabo con una maquinaria que garantiza el proceso de vacío en los depósitos de urea, diésel, líquido refrigerante y aceite hidráulico. De esta forma, se evita tener que purgar cualquiera de estos.

Una vez que se arranca el vehículo comienzan las pruebas de funcionamiento como las luces, testeo de velocidad, suspensión y frenos; algo similar a lo que ocurre en la VTV.

Luego se pasa a un espacio cerrado, en el que se simula una lluvia tropical. El fin es detectar posibles filtraciones de agua.

Una vez finalizada, la unidad pasa al control de calidad para el chequeo final.

En la planta de Volkswagen Camiones y Buses se está trabajando para poder incorporar proveedores locales para los camiones. Se analizan diferentes opciones, pero por el momento se mantiene la idea inicial de llegar a 2.700 unidades por año entre Constellation, Delivery y Volk Bus. Según los directivos de la marca alemana, la demanda está cubierta y se espera que el mercado crezca en un futuro inmediato.