“La película no es una biopic”

Diego Lerman rescata la figura del periodista José de Zer en ‘El hombre que amaba los platos voladores’. Luego de competir en San Sebastián, el filme que protagoniza Leonardo Sbaraglia estará disponible desde hoy en Netflix.

Pasaron casi 5 años entre que Diego Lerman se sentó a escribir de un tirón las ocho páginas en las que planteaba lo que sería la historia de ‘El hombre que amaba los platos voladores’ hasta hoy. Pandemia mediante y el estreno de otra película como ‘El suplente’, finalmente la ficción que retrata a José de Zer y protagoniza Leonardo Sbaraglia llega hoy a Netflix, después de haberse estrenado hace algunas semanas en las salas de cine local y haberse proyectado en el Festival Internacional de San Sebastián donde fue muy bien recibida.
“Voy mucho de vacaciones a Córdoba donde hay todo tipo de fábulas alienígenas y ahí recordé la figura de José de Zer. Empecé a mirar los videos que había de él en Youtube y lo que encontré es que reunía varias aristas que me interesaban mucho para escribir y hacer una película”, dice Diego Lerman sentado en un sillón mientras toma un café.
“Por un lado el origen de lo que llamamos la fakenews o la noticia falsa, desde un lugar arqueológico como casi la primera vez que en un noticiero se pasaba algo así y lo creía todo el mundo, después que él era una creador de ficción. Desde mi óptica tenía mucho de cineasta, de lo que hacemos los cineastas, con puesta en escena, generación de verosímil, incluso sus muletillas, su jadeo o enterraba cosas cosas que después desenterraba en cámara, había una noción muy clara de puesta en escena y me parecía muy atractivo un personaje así. Y, después, lados más profundos que tienen que ver con el recorte que yo hago en la película como de un personaje que va perdiendo la cordura, va mezclando ficción con realidad", explica el director sobre la elección de contar esta historia centrada en la figura de José de Zer.

PERMISO PARA JUGAR
-¿Cómo fue el trabajo de investigación previa?
-Arranqué intentando contactar a la gente que había trabajado con él y al principio eran muy herméticos, había como una especie de código de silencio para no contar mucho. Es una figura muy querida y muy respetada en el medio, después hice un primer viaje a Capilla y ahí se me abrió bastante porque mucha gente que lo conoció me empezó a contar historias, versiones, cosas que pasaron y después ya cuando se supo que el proyecto estaba en marcha se empezaron a abrir sus colegas y mismo en Canal 9 me contaron muchas anécdotas. Paula, su hija, también nos contó muchas cosas, pero siempre eran como versiones y datos, porque él se encargó de que su vida privada no trascienda demasiado, así que está más bien tomado lo público y otras partes ficcionalizadas, porque no es una biopic.
-¿Le generó una presión distinta hacer una película sobre una persona que existió en la vida real?
-Justo en este caso fue muy lúdico porque como era un generador de ficción y yo decía “bueno, creo que me va a entender perfecto”. No estaba la necesidad biográfica de tener que contar esto fue así. Por ejemplo, lo de la Huella del Pajarillo existió y lo mostramos al final de la película, era una huella muy chiquita como para los ojos del espectador de hoy, muy inverosímil, entonces cuando hubo que hacer la huella hicimos una un poco más generosa para que tenga unas dimensiones posibles para un plato volador.
-Según usted a José le divertiría, ¿Paula la vio? ¿Cuál fue su devolución?
-Sí, la vio. Vino al estreno, ella no conocía ni el guion. Nos habíamos juntado antes de empezar a filmar, pero sobre todo nos contó detalles de José, cosas que hacía, pero más de la índole de los detalles, de anécdotas, nos mostró fotos y cuando vio la película en el estreno se conmovió mucho. Sintió como que su padre revivía, la verdad que fue fuerte lo que pasó del lado de ella, estaba muy feliz con la película.
-¿Por qué la elección de Sbaraglia?
-Con Leo quería trabajar hace un montón, de hecho, había existido la posibilidad pasada de trabajar juntos en algún proyecto, pero por fechas y demás no habíamos podido. Cuando empecé ya en la etapa de escritura a pensar quién podía hacer algo así inmediatamente pensé en él como primera opción y cuando tuve una primera versión del guion nos juntamos, se la pasé y se entusiasmó. Había algo de riesgo, de salto al vacío, de composición, de un personaje que necesita mucho también de lo físico, porque está en todas las tomas, era un rodaje largo en medio de la montaña, teníamos que viajar y Leo creo que está en un momento fantástico. El es un gran actor, pero además es un gran actor en un gran momento como queriendo también probar cosas nuevas, diferentes, arriesgándose y un poco le planteé ese camino y Leo estaba entusiasmadísimo.

LOS DESAFIOS
-A priori uno piensa que es una película muy nacional, con un personaje muy nuestro, ¿cómo hizo para plantearla y que tenga una llegada más internacional teniendo en cuenta que se va a estrenar también en una plataforma?
-No es algo consciente, pero en general las películas que hice tuvieron mucho recorrido internacional. Creo que no es algo que se busca, pero sí siento, te diría a lo largo de los años de experiencia, que cuando vos contás algo con mucho detalle y mucha humanidad trasciende lo local. Igualmente, con esta película era una incógnita. Nosotros estuvimos en el Festival de San Sebastián y en Biarritz y no sabíamos cómo lo iba a tomar una audiencia que no conoce la historia de José de Zer, o mismo la gente acá que no lo conoce, y la verdad es que la respuesta fue fabulosa, de acompañar desde la risa hasta conmoverse. En el final en la proyección en San Sebastián en la gala oficial, 1.500 personas, y todos aplaudiendo. No quiero spoilear el final, pero como que la sala festejó como un gol cómo terminaba, como que genera mucha reacción y eso se agradece. Creo que es también algo del misterio. Es un personaje muy luminoso, un trabajador del espectáculo, con el que uno también se identifica un poco con él o con el viaje dramático que propone. Veremos ahora cuando se estrene más globalmente, en cientos de países al mismo tiempo, qué sucede, pero mi sensación ahora antes del estreno en plataforma es que es una historia local, pero que también puede tener una lectura universal.
-¿Cómo fue la experiencia de volver a trabajar con su hija Renata luego de haber hecho ‘El suplente’? -¡Ay, divino! Eramos los mismos, no tanto tiempo después porque pasaron dos años, pero totalmente diferente porque ella está más grande y ya entiende todo. Como que la primera experiencia era más del orden de lo intuitivo todo, porque si bien estuvo en sets conmigo o con María (Merlino), la madre, en obras de teatro, pero acá ya era como estar trabajando con una actriz que sabía de todo: de continuidad, con mucha conciencia de escena, de cine, de set, de qué hace cada uno y bueno eso es una experiencia hermosa para compartir con una hija, que tenía un personaje secundario, pero también importante para la historia. La disfruté un montón. Y verla juntos en San Sebastián también fue muy lindo.
-¿Cuál fue el mayor desafío que le presentó el rodaje?
-Tenía como diferentes desafíos, uno era físico porque se filmó en cuatro lugares diferentes: Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza y era con casting en cada lugar donde yo tenía que trasladarme. Pero la verdad es que era una película muy grata de hacer, la pasábamos muy bien filmando, por otro lado teníamos los recursos, no era una película de bajo presupuesto, como las he hecho también, y después sí el desafío más grande para mí como director tenía que ver con trabajar con efectos especiales y que cumplían un rol bastante importante en la historia.