La mitad de las mujeres con dificultades para concebir padece endometriosis

Consultar expertos en ginecología, nutrición y rehabilitación del suelo pélvico, son claves para abordar la enfermedad de manera integral y personalizada. Advierten del vínculo de esta enfermedad con un mayor riesgo cardiovascular.

La endometriosis es una enfermedad inflamatoria sistémica en la que células similares a las del endometrio, la capa interna del útero, crecen fuera de su lugar habitual, generando adherencias y alteraciones en la anatomía pélvica. “Este trastorno no solo afecta la calidad de vida de quienes lo padecen, sino que también puede tener consecuencias graves en la fertilidad”, afirma Tomás Ramilo, médico del Servicio de Ginecología del Hospital Alemán.
Se estima que aproximadamente 1 de cada 10 mujeres en edad fértil en todo el mundo sufre de endometriosis, aunque muchas de ellas desconocen que la padecen. “En ocasiones, los síntomas pueden ser sutiles o confundirse con otras condiciones, lo que retrasa el diagnóstico. De hecho, en promedio, pueden pasar entre 7 y 10 años desde el inicio de los primeros síntomas hasta que se obtiene un diagnóstico preciso”, comenta el especialista.
SINTOMAS
En esa línea, Ramilo señala que el dolor es el síntoma más característico de la endometriosis, y suele estar presente en varios aspectos de la vida diaria de quienes la sufren. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
*Dolor menstrual incapacitante: El dolor asociado con la menstruación es uno de los principales síntomas de la endometriosis. Sin embargo, en las mujeres con esta patología, el dolor es mucho más intenso y puede interferir gravemente con sus actividades diarias.
*Dolor durante las relaciones sexuales: La dispareunia (dolor durante el coito) es frecuente en mujeres con endometriosis, lo que puede afectar su bienestar físico y emocional.
*Inflamación y dolor intestinal: La endometriosis puede afectar los intestinos, provocando síntomas como dolor abdominal, diarrea, estreñimiento y sangrados anormales. 
*Infertilidad: Se estima que hasta el 50% de las mujeres con dificultades para concebir tienen endometriosis como causa subyacente. La patología puede generar cicatrices y adherencias que dificultan la función ovárica y la implantación del embrión.
FACTORES DE RIESGO
Aunque no se puede prevenir la endometriosis, el médico del Hospital Alemán aclara que existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla, como la genética (si un familiar cercano ha tenido la enfermedad), el inicio temprano de la menstruación, los ciclos menstruales largos, entre otros. Además, mantener un peso saludable y una dieta equilibrada podrían contribuir a la reducción de los síntomas.

Respecto del tratamiento de la endometriosis, Ramilo explica que es multidisciplinario y personalizado. Y si bien no existe una cura definitiva, los tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Entre las opciones más comunes, menciona:
*Cirugía: En casos más graves o cuando los tratamientos médicos no son efectivos, la cirugía puede ser necesaria para eliminar el tejido endometrial anómalo y las adherencias. En algunas situaciones, la cirugía puede mejorar las probabilidades de embarazo en mujeres con problemas de fertilidad relacionados con la endometriosis.
*Enfoque nutricional y rehabilitación: Una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, ácidos grasos omega-3 y fibra puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar los síntomas. La rehabilitación del suelo pélvico también es importante para quienes padecen dolor crónico en esta zona.
*Apoyo emocional y psicológico: Dado que la endometriosis puede generar altos niveles de estrés, ansiedad y depresión, es fundamental un acompañamiento psicológico que ayude a las pacientes a sobrellevar los aspectos emocionales y psicológicos de la enfermedad.
La intervención temprana y un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida y, en muchos casos, ayudar a mejorar las posibilidades de embarazo.
EN DETALLE
Para hablar de endometriosis, es necesario describir el proceso del ciclo menstrual, en donde generalmente el endometrio se engrosa y el útero se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, el tejido se desprende y se expulsa a través de la menstruación. Pero, en aquellas mujeres que sufren esta enfermedad, las células del endometrio salen del útero y desarrollan tejido fuera de él, como en los ovarios o las trompas de Falopio, provocando quistes y una inflamación crónica.
 “La endometriosis es una enfermedad inflamatoria benigna, dependiente de estrógeno, que se caracteriza por la presencia de glándulas y estroma endometrial en un sitio distinto a la cavidad uterina”, especifica la Dra. María Laura Martínez, especialista en Ginecología de Dim Centros de Salud. “Puede afectar a las mujeres de cualquier edad y tiene un impacto significativo en la vida de quien lo padece, ya que podría causar infertilidad o dificultad para quedar embarazada”.
 Los síntomas de esta enfermedad pueden incluir desde cólicos menstruales excesivos, flujo menstrual abundante o anormal hasta dolor durante las relaciones sexuales. “Ocasiona un cuadro clínico variado que involucra dismenorrea, dispareunia, dolor pélvico e infertilidad”, agrega la especialista.
 En concordancia con Ramilo, Martínez indica que esta patología se confunde, en ocasiones, con otras afecciones que pueden causar dolor pélvico, como la enfermedad inflamatoria pélvica o los quistes ováricos. Incluso también con el síndrome de colon irritable, una afección que causa episodios de diarrea, estreñimiento y cólicos abdominales.
 El diagnóstico comienza con una consulta ginecológica, en la que se evalúa el historial médico de la paciente y se realiza un examen físico integral, que incluye la exploración pélvica. “Una ecografía con doppler y una resonancia magnética pueden poner en evidencia tanto endometriomas como focos endometriales más profundos. También se solicita el CA 125 en laboratorio, que, si bien no es específico, se presenta con baja sensibilidad para detectar estadios, severidad de la enfermedad o fenotipos clínicos”, señala Martínez.
 Los sitios más comunes de endometriosis incluyen: los ovarios, las trompas de Falopio, ligamentos que sostienen el útero; el fondo de saco posterior, es decir, el espacio entre el útero y el recto; el fondo de saco anterior (el espacio entre el útero y la vejiga), la superficie exterior del útero y el revestimiento de la cavidad pélvica. Ocasionalmente, el tejido endometrial se encuentra en otros lugares, como los intestinos, el recto, la vejiga, la vagina, el cuello uterino y la vulva.
Con respecto a su tratamiento, Martinez explica que, en general, el tratamiento para la endometriosis puede incluir observación de los síntomas para ver el curso de la enfermedad; medicamentos para el dolor como antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno); terapia hormonal con anticonceptivos orales, con hormonas combinadas de estrógeno y progestina y técnicas quirúrgicas como Laparoscopia, Laparotomía o Histerectomía.
 “El tratamiento médico es sólo sintomático y no curativo, pero ofrece alivio, mientras que el quirúrgico pese a ser curativo, presenta variables tasas de recurrencia; por lo que se recomienda priorizar el tratamiento médico y dejar el quirúrgico para casos especiales. Las técnicas de reproducción asistida mejoran significativamente las tasas de nacimientos en caso de infertilidad asociada a la enfermedad”, concluye.
 AVANCES
Los tratamientos con progestágenos reducen la acción de los estrógenos en el cuerpo y controlan el crecimiento anormal del tejido endometrial, responsable de la inflamación y el dolor en la endometriosis. Al frenar el crecimiento y la inflamación, contribuyen a aliviar el dolor pélvico crónico y a mejorar la calidad de vida de las pacientes.
 “Si bien actualmente hay opciones de tratamientos orales muy efectivos para la endometriosis, es fundamental un manejo personalizado e integral, eligiendo la terapia hormonal más adecuada según la respuesta individual de cada paciente. En el ámbito de los avances científicos, el desarrollo de estrategias innovadoras, como la edición genética, el uso de células madre y la aplicación de inteligencia artificial , están transformando el diagnóstico médico. Estas herramientas permiten identificar biomarcadores y analizar grandes volúmenes de datos, lo que impulsa métodos menos invasivos. Sin embargo, su aplicación práctica aún requiere más estudios clínicos”, expresa, por su parte la  doctora Florencia Gauthier, médica especialista Consultor en Ginecología.
“Apoyamos toda iniciativa que ayude a dar a conocer esta enfermedad en toda sociedad ya que nos afecta de manera directa e indirecta poniendo en manifiesto cuáles son sus síntomas más comunes. Es fundamental que las mujeres no normalicen el dolor en las menstruaciones y consulten a su médico o ginecólogo especialista. Un diagnóstico temprano y oportuno es clave para un manejo personalizado y a medida según las necesidades de cada paciente”, destaca el doctor Matías Jofré, presidente de la Sociedad Argentina de Endometriosis, quien recuerda que esta enfermedad, compleja y muchas veces silenciosa, no solo detiene o paraliza a millones de mujeres en su día a día, sino que también puede afectar su fertilidad y tener un impacto significativo en su bienestar emocional y salud en general.
IMPACTO EN LA SALUD
En tanto, según una investigación presentada en el Congreso Europeo de Cardiología 2024, las mujeres con endometriosis tienen un riesgo 20 % mayor de sufrir una enfermedad cardiovascular en comparación con las mujeres que no la padecen. 
El mayor riesgo cardiovascular que pueden sufrir las mujeres con endometriosis incluye el infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular isquémico.
La autora principal del estudio, la doctora Eva Havers-Borgersen del Hospital Universitario Rigshospitalet de Copenhague, destaca que durante décadas se ha considerado que la enfermedad cardiovascular (ECV) es cosa de hombres.
“Se han investigado las enfermedades cardiovasculares considerando los factores de riesgo desde la perspectiva masculina, por ejemplo, incluyendo la disfunción eréctil. Sin embargo 1 de cada 3 mujeres muere de ECV y 1 de cada 10 sufre endometriosis”, expone la especialista.
La doctora Carolina Ortiz, coordinadora del proyecto “Mujer y Corazón” de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), explica que la endometriosis es una condición ginecológica crónica.
Lo que sucede en la endometriosis es que un tejido similar al que recubre el interior del útero, llamado endometrio, crece en otras partes del cuerpo próximas al útero.
Esta enfermedad se asocia con una inflamación crónica del organismo que junto con el estrés oxidativo conduce a lo que se llama disfunción endotelial.
“En términos médicos, esto significa que la pared de los vasos sanguíneos, que transporta la sangre de todo el cuerpo, no funciona correctamente”, añade la cardióloga.
Esta disfunción puede eventualmente contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como las mencionadas anteriormente.
La doctora explica que resulta complicado definir los síntomas porque estos no suelen ser indicativos de una enfermedad cardiovascular.
Los síntomas típicos de la endometriosis incluyen dolor pélvico crónico, dolor menstrual intenso (dismenorrea) y fatiga, entre otros. Estos síntomas son principalmente ginecológicos o muy inespecíficos. Por lo tanto, si no se ha diagnosticado previamente una enfermedad cardiovascular es difícil prever si una paciente con endometriosis desarrollará problemas cardiovasculares en el futuro.
“Lo importante es saber que las mujeres con endometriosis tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este riesgo se incrementa especialmente cuando la endometriosis se combina con otros factores de riesgo como la hipertensión o el colesterol alto. En este caso, es fundamental estar atentos a cualquier síntoma que pueda sugerir un problema cardiovascular, como dolor torácico o dificultad para respirar”, destaca la experta.
PRECAUCIONES
Los fármacos comúnmente utilizados para tratar la endometriosis, como los anticonceptivos orales combinados, contienen hormonas. “Estas hormonas pueden tener un impacto en el perfil lipídico, modificando los niveles de colesterol, y también pueden aumentar el riesgo de trombosis, tanto venosa como arterial”, subraya la especialista.
Es decir, antes de que el ginecólogo o el profesional de la salud prescriba uno de estos fármacos es fundamental realizar una evaluación exhaustiva del riesgo cardiovascular de la paciente.
Esto permitirá determinar si realmente vale la pena asumir ese riesgo o si, por el contrario, la paciente ya presenta otros factores de riesgo que podrían aumentar la probabilidad de complicaciones al utilizar estos medicamentos.
“Una de las grandes precauciones sería que el profesional observara si existe algún riesgo de tener una enfermedad cardiovascular a la hora de prescribir estos tratamientos. Si es una mujer que fuma, si tiene sobrepeso, etc. ya que son factores de riesgo que pueden causar complicaciones”, explica la cardióloga.
RECOMENDACIONES
La experta indica que lo primero que se debe recomendar a las pacientes es que lleven siempre un estilo de vida lo más saludable posible.
Esto incluye una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico de forma regular y eliminar el tabaquismo.
“Esto es imprescindible, ya que el tabaquismo es uno de los factores de riesgo que más se observa en jóvenes y que produce eventos cardiovasculares”, alerta la especialista.
La doctora señala que si la paciente tiene otros factores de riesgo como hipertensión, colesterol o diabetes también se deben tratar y controlar haciendo un seguimiento estrecho con su profesional.
La doctora Ortiz resalta que es esencial aumentar la concientización y el conocimiento sobre los factores de riesgo cardiovasculares específicos en las mujeres.
Además de los factores clásicos, las mujeres enfrentan riesgos específicos, como la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico, la menopausia, y esto es bastante desconocido.
“Por ejemplo, cuando se trata a una paciente se tienen en cuenta los factores de riesgo clásicos en enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, el colesterol, el tabaco… Pero no se tienen en cuenta los específicos de mujer como la endometriosis. Entonces, probablemente se está infravalorando el riesgo que tiene la paciente de sufrir un evento cardiovascular”, advierte la cardióloga.
Por último, subraya que es esencial realizar una colaboración multidisciplinar entre diferentes profesionales médicos de atención primaria, ginecólogos y cardiólogos para efectuar ese manejo integral.