La mano de Gallo

El baúl de los recuerdos. River y Vélez igualaban 1-1 en el segundo partido del triangular final del Nacional 1968. Faltando pocos minutos, el defensor fortinero Luis Gregorio Gallo evitó un gol antirreglamentariamente. El árbitro Guillermo Nimo no cobró penal y nació la polémica.

El 22 de junio de 1986, cuando Diego Armando Maradona saltó y le ganó en el aire al arquero inglés Peter Shilton para marcar el primer gol de la Selección en el duelo por los cuartos de final del Mundial México, la mano más famosa del fútbol argentino pasó a un segundo plano. Pícaro, el Diez había patentado La mano de Dios. Mucho antes de esa acción, en 1968, el defensor Luis Gregorio Gallo evitó la caída del arco de Vélez despejando la pelota con su miembro superior izquierdo en un partido clave contra River en el Nacional de ese año. Su despeje impidió la victoria que los millonarios necesitaban en el triangular decisivo del torneo para volver a festejar después de una década sin títulos. El árbitro Guillermo Nimo no sancionó el penal. Nació una polémica sin punto final y la intervención del santiagueño quedó en el recuerdo con nombre propio: La mano de Gallo.

El Nacional de 1968 se acercaba a su cierre. Racing tenía todo para continuar el reinado del inolvidable Equipo de José, el conjunto de Juan José Pizzuti que revolucionó el fútbol argentino con un estilo plenamente ofensivo en tiempos de amarretismo a ultranza. La Academia perdió con Colón en la penúltima fecha y puso en riesgo su consagración. Todavía dependía de sí misma, pese a que empataba en puntos con River y le llevaba uno a Vélez. Se medía en su estadio con los de la banda roja en la última jornada. Si ganaba, era campeona. Pero empató con las huestes de Angel Labruna y como el Fortín se impuso a Huracán, el primer puesto fue compartido por los tres equipos. El título se debía definir en un triangular decisivo.

El Gasómetro de avenida La Plata albergó esos encuentros. River derrotó 2-0 a Racing en el primer partido. El 22 de diciembre de 1968 tenía que vérselas con Vélez con la certeza de que otra victoria le daría la alegría que venía persiguiendo desde su ya entonces lejana última vuelta olímpica de 1957. La oportunidad para interrumpir esa racha negativa era inmejorable, por más que enfrente tuviera a un rival que jugaba muy bien, con un arquero formidable como José Miguel Marín, una defensa dura, un mediocampo trabajador y una ofensiva en la que sobresalía la distinguida calidad de Daniel Willington y los goles de Omar Wehbe.

El Fortín se puso en ventaja con un tiro del puntero derecho José Luis Luna desde un ángulo muy cerrado que se metió en el arco de Alfredo Gironacci. Antes del final del primer tiempo, Daniel Onega estableció la igualdad. El suspenso decía presente y, de no modificarse el resultado, el título se definiría una semana más tarde con el duelo entre Vélez y Racing.

Labruna hizo ingresar a una leyenda como Amadeo Carrizo para darle la oportunidad de que se despidiera del público. Un dato apenas anecdótico en un epílogo caliente. Faltando ocho minutos para el cierre del partido llegó la jugada de la eterna controversia. El uruguayo Luis Cubilla -habilidoso puntero millonario- envió un centro, Onega peinó la pelota y Jorge Recio la cabeceó en dirección al arco. En su salto, el mediocampista forcejeó con Marín. El balón viajaba hacia el fondo de la valla. De pronto surgió Gallo, se arrojó en forma paralela a la línea de meta y con su mano izquierda impidió el gol. La pelota quedó flotando en el área. El arquero se arrojó sobre ella para contenerla. Carlos Chamaco Rodríguez, mediocampista de River, le entró fuerte al Gato para tratar de ganarle el rebote.

Guillermo Nimo, el árbitro que tiempo después se haría famoso con sus particulares pronósticos futboleros en programas de televisión, no cobró penal. Cuando los jugadores de River se abalanzaron sobre él, les dijo que había sancionado falta de Recio sobre Marín. Provocó confusión pues, se cuenta, sus palabras fueron “foul a Recio” en lugar de “foul de Recio”… Muchos pensaban que había cobrado la dura arremetida del Chamaco sobre el arquero… Las protestas continuaron, también el partido. El pintoresco y discutido juez terminó el encuentro antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario, lo que desató más quejas de los jugadores millonarios.

River había perdido su gran oportunidad. Vélez, que tenía un equipazo, obtuvo el primer título de su historia luego de superar 4-2 a Racing. Nimo se retiró poco tiempo después, envuelto en la polémica. Dicen que cambió su modesto Fiat 600 por un lujoso Valiant de la época y que saldó varias deudas económicas que venía arrastrando. Hasta su muerte, en 2013, juró que no observó la acción antirreglamentaria del defensor fortinero. Su error dejó instalada para siempre La mano de Gallo, la más famosa hasta que Diego inmortalizó La mano de Dios.

LA SINTESIS

River 1 - Vélez 1

River: Alfredo Gironacci; Roberto Ferreiro, Rubén Paira, Juan Carlos Guzmán, Jorge Dominichi; Carlos Manuel Rodríguez, Jorge Recio, Roberto Gutiérrez; Luis Cubilla, Daniel Onega, Oscar Mas. DT: Angel Labruna.

Vélez: José Miguel Marín; Luis Gallo, Iselín Santos Ovejero, José Luis Zóttola, Luis Atela; Antonio Moreyra, José Solórzano, Daniel Willington; José Luis Luna, Omar Wehbe, Mario Nogara. DT: Manuel Giúdice.

Incidencias

Primer tiempo: 11m gol de Luna (V); 35m gol de D. Onega (R). Segundo tiempo: 23m Amadeo Carrizo por Gironacci (R).

Cancha: San Lorenzo. Arbitro: Guillermo Nimo. Fecha: 22 de diciembre de 1968.