La ingratitud, una moneda corriente
Matias Almeyda, Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez tuvieron que irse de River por la ventana. Un maltrato impensado para tres símbolos millonarios que llegaron para dar un mano en un pésimo momento.
Los tres decidieron dar todo por River en el peor momento de su rica historia. Tal es el caso de Matías Almeyda, Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez. Y vaya casualidad, para todos ellos y en distintas circunstancias, quienes conducen a River eligieron el mismo final.
Con el descenso consumado, el primero que decidió dar parte de su vida por los colores millonarios fue el Pelado Matías Almeyda. El oriundo de Azul fue el elegido para hacerse cargo del plantel en una aventura desconocida para todos: la B Nacional. Claro que la decisión no fue sencilla. De un día para el otro, Almeyda debió sacarse la pilcha de jugador y tomar el mando de un grupo que estaba devastado por no haber podido sacar a River del pantano.
El gesto del Pelado se vio correspondido, puesto que Fernando Cavenaghi y como Alejandro Domínguez decidieron pegar la vuelta para intentar que el retorno a Primera fuera lo más rápido posible.
Con el objetivo cumplido, entre el entrenador y la dirigencia decidieron prescindir de los servicios de ambos ídolos, quienes no pudieron cumplir con el sueño de volver a jugar en el fútbol grande con la camiseta de la banda roja, claro, la de sus amores.
Luego de muchos entredichos y del malestar que evidenciaron los hinchas, Almeyda intentó dar marcha atrás y trató de convencer al Chori para que siguiera pero sin asegurarle la titularidad. El volante lo tomó como un manotazo de ahogado por parte del DT y decidió quedarse con la primera decisión del entrenador por lo que tomó sus cosas y se marchó junto al Torito.
Antes de partir, Cavenaghi se encargó de anunciarle a Almeyda que con Passarella al frente del club a él podrían pagarle con la misma moneda. El Torito fue un verdadero visionario... Es que a falta de dos fechas para culminar el Torneo Inicial, el Káiser y el Pelado ""consensuaron"" la salida del DT que de esa manera no pudo culminar la primera ronda al frente del equipo.
En su despedida, Almeyda eligió un discurso mesurado y puso a River por encima de todo y de todos. Al igual que lo sucedido con Cavenaghi y Domínguez, quedaba demostrado una vez más, que esta dirigencia de River, no respetaba la investidura de sus ídolos.