La hora del socialcristianismo

Señor Director:

Ya se han cumplido más de diez meses de gobierno de Javier Milei, y es claro el rumbo socio-económico que sigue el actual gobierno.

Se prioriza la estabilidad de la macro-economía, el equilibrio fiscal, el control de la inflación, el cumplimiento de nuestras obligaciones de deuda con los organismos internacionales de crédito, la satisfacción del mercado privado, tanto nacional como internacional, y el alineamiento político con Estados Unidos, Europa occidental e Israel.

Todos estos aspectos son dignos de destacar, pero, lamentablemente, como contrapartida a esta gestión de gobierno, se deja de lado el bienestar social, la educación pública, la salud pública, la dignidad de las jubilaciones, la ciencia y la tecnología nacional, la seguridad pública y se profundiza la recesión económica, el desempleo, la caída de la clase media y la pobreza y la indigencia, sobre todo entre los niños, niñas, adolescentes y ancianos.

Por otra parte, tampoco es factible un regreso a los aspectos políticos y económicos que reinaron en la Argentina en los últimos setenta años. Nadie piensa en volver a un modelo de gobierno estatal preventista, corrupto, clientelista y populista, que causaron el derrumbe social y económico de nuestro país.

Es necesario mirar hacia adelante, y pensar, en las próximas elecciones legislativas y presidenciales, en conformar un gobierno que aprenda de todo lo vivido hasta ahora, y que tenga en la mira, realmente, el bienestar de la totalidad del pueblo argentino, tanto de las 48 millones de personas que actualmente habitamos en este bendito país, como en los dos millones de argentinos que vagan por el mundo y que deberían retornar, si así lo deciden, a su patria para poder vivir dignamente sin tener que recurrir a otros rumbos para desarrollarse en sociedad.

Y estamos hablando de aplicar, en un futuro gobierno, el pensamiento social-cristiano, la Doctrina Social de la Iglesia Católica, la cual, basándose en un principio fundamental de comportamiento ético, honesto y de una gran capacidad por parte de la futura dirigencia política, haga eje en el bienestar del ser humano, de todas las personas, especialmente las más débiles y desprotegidas.

Con un accionar conjunto entre el Estado y el capital privado, podremos ponderar la salud, la educación, la seguridad, la movilidad social y el pleno desarrollo de la totalidad de nuestro pueblo, erradicando definitivamente la pobreza y la indigencia que son estructurales en nuestro país.

Tenemos un enorme país bendecido por Dios con infinidad de recursos naturales que el mundo entero necesita. Trabajando de manera complementaria el campo, la minería y el mar argentino, de manera absolutamente ética y profesional, y comercializando nuestros productos con todas las naciones, es seguro que el pleno desarrollo económico argentino se va a dar por añadidura, y en los próximos años podremos contar con una nación rica, próspera y soberana, que contenga a la totalidad de sus habitantes, ya que tenemos también nuestra principal riqueza, que es la capacidad de nuestros técnicos y científicos que son requeridos en todo el mundo.

 

DANIEL SACO

DNI: 16.559.976