El análisis del día

La hora de las palabras cansadas

El primer sábado de febrero distintos puntos de la Argentina -principalmente la ciudad de Buenos Aires- albergarán una movilización que se prevé numerosa: la “Marcha Federal LGBTIQ+ Antifacista y Antirracista”.

El disparador de la protesta fue el discurso pronunciado por Javier Milei en Davos, que contenía expresiones agresivas contra fenómenos que él denomina “pensamiento woke” e “ideología de género” y definiciones poco compasivas sobre minorías sexuales y reivindicaciones feministas, entre otras cosas.

La marcha sumará, más allá de los sectores que se perciben directamente hostigados, a un arco amplio de corrientes opositores que procuran poner un dique al crecimiento político que la mayoría de los estudios de opinión pública atribuyen al Presidente y parecen haber encontrado en este asunto un punto de convergencia que ensancha un poco sus respectivos capitales políticos.

DESAFORTUNADO, PERO A PROPOSITO

En rigor, la cuestión que se discute no ha sido en modo alguno un motor del crecimiento de Milei, que ha tenido y mantiene como eje prioritario de su gestión el recorte del gasto público y el descenso de la inflación. Es sobre todo este logro y un ejercicio de la autoridad presidencial, que la inopia de su antecesor hizo añorar notablemente, lo que explica el respaldo sostenido de la opinión pública. Los sesgos antifeministas y sus intervenciones sobre políticas sexuales no son los que le aportan apoyos, pero pueden ser la causa de que el electorado femenino sea más remiso que el masculino ante su figura.

Las agresiones contra la homosexualidad y las políticas de género que Milei leyó en Davos incluyen el riesgo de erosionar no sólo fragmentos de su apoyo, sino rasgos de su imagen que el jefe libertario preferiría mantener indemnes.

Es probable que inmediatamente después de recitar el texto urdido por alguno de sus ideólogos de cabecera Milei haya quedado satisfecho, pero después se sintió obligado a mandar a algunos voceros a limar sus aristas.

El jefe de gabinete, siempre sutil en estos menesteres, en este caso lo hizo con cierta torpeza: “Cada uno tiene derecho a hacer su vida como le parezca dentro de su casa”, argumentó.

El vocero Manuel Adorni empezó por criticar “muchas interpretaciones maliciosas” de las palabras de su jefe y además aclaró que “como liberales respetamos las decisiones en todos los ámbitos de las personas, incluso en cuestiones de género”.

Desde el PRO, que tiene muchos segmentos predispuestos a cuestionar aquellos dichos presidenciales, se privilegió mantener la fiesta en paz y no tensar más las ya resentidas relaciones con el oficialismo. La encargada de hacerlo fue la diputada Silvia Lospenato: el discurso fue “desafortunado” pero Milei “no lo hizo a propósito”, juzgó con benevolencia.

NO FUE ESPONTANEO

Sin embargo, la arenga de Davos no fue una ocurrencia espontánea: fue un discurso extenso que el Presidente llevó escrito y supuestamente había revisado con atención antes de leerlo en público. Puede haber sido desafortunado, pero fue a propósito.

Milei llegó a Suiza espoleado por la atmósfera de Washington con la asunción de Trump, entusiasmado con la idea de que ya tenía su ticket preferencial para participar de un fuerte cambio de época. Trató de inflar la burbuja de Davos para cumplir un objetivo: perfilarse en el paisaje de la derecha mundial, tan fuertemente ocupado por su ídolo.

El trabaja como una estrella indie de ese sector, con el que trata de hilvanarse para compaginar un Foro ideológico y político global, animado por presidentes que comparten esas ideas para apalancarlas y extender su auge actual. El quiere mostrarse como un presidente doctrinario.

Además, la prosa polémica que desgranó en Davos contribuiría a desviar la atención doméstica de los temas que le preocupan más: el acuerdo con el Fondo parece cercano, pero viene atado a condicionalidades (levantamiento del cepo, devaluación) que pueden desbaratar su principal objetivo político de este año: un triunfo de La Libertad Avanza que deje en claro que no hay otras fuerzas de centro capaces de liderar las reformas liberales que él ha puesto en marcha. Debe dejar atrás al Pro como alternativa de la derecha. Y, simultáneamente, debe presentarse como el Presidente que cerró las puertas al kirchnerismo.

Hay que ganar tiempo antes de cumplir las condicionalidades del Fondo, para que no interfieran en el cronograma electoral que culmina en octubre. Pero el préstamo del Fondo no debería demorar tanto: ¿podrá la amistad de Trump cerrar esa brecha temporal?

RECURSOS CERCANO

Entretanto, hay que echar mano a los recursos cercanos. De ahí que el ministro de Economía fuera el viernes último forzado a anunciar medidas sobre las retenciones. Luis Caputo quería postergar esa medida por lo menos hasta esta semana, para cuando había bicicleteado una reunión con la Mesa de Enlace, que presionaba montada sobre el malestar del sector agropecuario, que venía insistiendo en la necesidad de eliminar los derechps de exportación ante una situación agravada por la sequía y la caída del precio de los commodities.

La mesa de enlace agropecuaria apuraba al gobierno y los gobernadores de la región Centro (el peronista cordobés Martín Llaryora, el radical Maximiliano Pullaro de Santa Fé y el entrerriano del PRO, Rogelio Frigerio) le hacían el aguante al campo en el plano político. Quitar impuestos fue una bandera libertaria de campaña: es hora de quitárselos al campo, exhortaban.

Caputo demoraba porque, después de tener que dejar de lado el Impuesto País, los recursos fiscales escasean. Pero las necesidades convergieron: Caputo fue convencido de que un a medida sobre las retenciones podía tener efectos inmediatos en la captura de dólares, pues podía estimular las liquidaciones de los exportadores.

MALESTAR AGRARIO

Ante la perspectiva de que el malestar agrario creciera y, además, fuera políticamente capitalizado por gobernadores ajenos, Milei reclamó acción urgente y el ministro de Economía y el ministro de Economía anunció la suspensión (parcial, temporaria: hasta junio) de gravámenes a los principales cultivos, soja incluida, y su eliminación para las economías regionales. La contabilidad del Palacio de Hacienda dice que el costo fiscal de la medida será de unos 800 millones de dólares. La pesca no fue alcanzada por la medida y las voces de esa industria advierten sobre una situación de "derrumbe".

En Mar del Plata ya se han registrado 200 despidos y hay empresas amenazadas por el quebranto. El gobierno, entretanto, ha condicionado las medidas sobre retenciones a que los exportadores liquiden el 95 por ciento de lo declarado en los últimos 15 días hábiles de la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE).

NUEVO PROCURADOR

El Gobierno ha conchabado a un joven abogado, el doctor Santiago Castro Videla como nuevo procurador del Tesoro. Vinculado a la Universidad Austral (ligada al Opus Dei) Castro Videla forma parte de un prestigioso estudio (Bianchi, Galarce & Castro Videla) que asesora a muchas empresas de servicios públicos. Según el analista Carlos Pagni, Bianchi fue “uno de los principales testigos que presentó (el fondo Burford) para justificar su reclamo contra la Argentina”.

Castro Videla llega para reemplazar al apartado Rodolfo Barra, un jurista prestigioso que fue miembro de la Corte Suprema, constituyente y ministro de Justicia en la década del 90. Barra renunció indeclinablemente el último sábado con una nota dirigida no al Presidente, sino al jefe de gabinete, Guillermo Francos, “en su carácter de responsable del ejercicio de la administración general del país”.

Sutilmente, Barra refirmó por esa vía su coherencia doctrinaria. En el dictamen técnico profesional que produjo en 2023 sobre el caso Vialidad por el que se juzgó a Cristina Kirchner, había sostenido que, “el Presidente no tiene responsabilidad administrativa ni penal en el caso, ya que es ajeno a la administración general, función a cargo del Jefe de Gabinete (..) El Jefe de Gabinete tiene la competencia constitucional para ejercer la administración general del país y ejecutar el presupuesto nacional”.

La primera intención de Milei fue reimportar de Guatemala a un ex juez penal para reemplazar a Barra, pero ese juez no quiso el puesto y ahora se ha convertido en suplente (de Lijo o de García Mansilla) para integrar la Corte Suprema.

“FASCISTAS Y COMUNISTAS”

Mientras soporta el marbete de “fascista” (tan incierto como el sello de “comunista” que los libertarios aplican a diestra y siniestra (hay palabras que “pueden llegar a cansarse y a enfermarse, como se cansan y se enferman los hombres o los caballos”, escribió Julio Cortázar), gana tiempo hasta que llegue la ayuda del Fondo y custodia los números de la inflación, Milei mantiene la mirada vigilante sobre el escenario político y avanza en sus planes hegemónicos.

Ha condicionado al PRO a tragar amargo y escupir dulce: mientras los libertarios le van comiendo piezas, el macrismo simula paciencia estratégica y asegura estar preparado para una alianza… que nunca llega. En estos días se concretan varios fichajes de afiliados del Pro en La Libertad Avanza. Se dice que hasta Patricia Bullrich rompería el carnet amarillo y sinceraría su sibordinación a Milei. También se dice que Diego Santilli está subiendo a ese trampolín: zambullida inminente.

Pero Milei (o su hermana, de la misma firma) no sólo suma, también expulsa (“sin tribunal de disciplina”), comentó desde afuera Carlos Maslatón, que conoce el paño.  El último castigado es nada menos que Ramiro Marra, uno de los socios fundadores del movimiento libertario, junto con el propio Milei. Como Saturno, la revolución libertaria devora a sus hijos.