“La guerra aumentó el costo de la logística”
El conflicto en el Mar Rojo pone en jaque al comercio exterior. Los buques de carga deben realizar rutas más largas. Eduardo Rodrígues, Country Manager de DHL Global Forwarding Argentina, cuenta cuál es la estrategia para que los empresarios locales paguen precios más bajos.
El sector de la logística hace rato ya que experimenta movimientos propios de una montaña rusa. La pandemia azuzó una estampida en el precio del transporte de carga que se prolongó durante un par de años. Ahora que la normalidad parecía haberse restablecido, los conflictos bélicos en torno al Mar Rojo volvieron a complicar el tablero del comercio exterior.
Lo cierto es que surcar esas aguas y llegar hasta el Mar Mediterráneo a través del Canal de Suez se ha vuelto una odisea a partir de los diversos focos de conflicto que se han desarrollado en ambas orillas. Navegar por allí implica asumir riesgos de magnitud que, por otra parte, las compañías de seguros internacionales se encargan de facturar.
El escenario obligó a que las empresas líderes en logística diseñen nuevas rutas para que la carga se mueva con seguridad y velocidad, tarea a la que se ha visto abocado también Eduardo Rodrigues, Country Manager de DHL Global Forwarding Argentina.
-¿Cómo impactan los conflictos internacionales en el comercio exterior en materia de costos?
-Durante la pandemia hubo una interrupción de la cadena de suministros y de la mano de obra, y un incremento de la demanda por el crecimiento del comercio electrónico. Los puertos estaban inoperantes y había mucha demanda. Entonces hubo un rompimiento de la cadena de suministros y los fletes internacionales subieron muchísimo. Ahora se normalizó eso después de la pandemia pero tenemos otro tema. Es un conjunto de varios factores. Primero los conflictos políticos que generan mucha incertidumbre, y también están los enfrentamientos en el Mar Rojo. Los navíos tienen que desviar las rutas e ir por el Cabo de Buena Esperanza, lo cual incrementa el tiempo de tránsito de las navieras y también causa una congestión de los puertos. Sumado a esto hay un incremento de la demanda por cierta reactivación económica de los Estados Unidos y Europa. Hay mucha más demanda con rutas más largas. Eso impacta también en los fletes actualmente.
-¿Los costos para mover mercancías subieron por estos inconvenientes?
-Los costos se incrementaron mucho durante la pandemia, luego bajaron y se ubicaron en niveles normales. Sin embargo, desde hace seis meses volvieron a incrementarse mucho por el tema de los conflictos. Se estima que la tendencia será en alza, con niveles muy altos hasta fin de año o principios del 2025.
-Son amenazas impredecibles para el comercio exterior. ¿Cómo las resuelven en términos de empresa?
-Lo que hacemos nosotros es buscar soluciones para nuestros clientes, buscar opciones. Entonces hoy para minimizar el problema del espacio y del incremento de los fletes, tenemos dos servicios que de alguna forma ayudan en el comercio exterior. El primero es de carga, que llamamos LSL. Es un contenedor de cargas consolidadas, es decir que dentro de un contenedor hay mercadería de varios importadores o exportadores. Se usa un mismo espacio, comparten el contenedor y bajan costos. Nosotros tenemos espacio garantizado con las navieras para que esto se implemente. La otra alternativa es lo que llamamos Multimodal Express. Eso va en contenedores consolidados, compartidos, hasta la costa Oeste de los Estados Unidos, en Los Angeles. Luego va por tierra hasta Miami y vuela desde allí hasta Buenos Aires. No es un costo tan alto como un aéreo y el tiempo de tránsito es la mitad. Es un híbrido entre la mitad del costo y la mitad del tiempo de tránsito.
BUROCRACIA
-¿Cuál es la situación del sector con respecto a la presión impositiva y la burocracia operativa?
-La verdad es que es un tema político y económico que afecta a todos. Hay que entender cómo funciona el mercado y navegar de acuerdo a cómo se presenta el mercado. Nosotros estamos en la Argentina desde 1960, entonces pasamos por un montón de gobiernos y situaciones, con lo cual tenemos experiencia. Obvio que se encarecen los productos pero hay que encontrar las soluciones logísticas. Ahí nosotros aportamos con nuestro servicio y ayudamos a los clientes a bajar costos. Otra cosa que tenemos muy en consideración es cómo podemos impactar de manera positiva en la emisión de gas carbono. La carga impositiva no es sólo una característica de la Argentina, ocurre en todos los países de América Latina.
-También hay quejas por la burocracia, por ese papel que siempre falta para mover la carga. A nivel regional, ¿cómo se encuentra la Argentina?
-Hay mucho. Es pesado pero no es de los más pesados. Brasil también es complicado. Creo que hay muchas trabas, mucho proteccionismo todavía. Lo mejor sería abrir más el mercado para que el flujo de mercancías sea más sencillo.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
-¿Cómo trabajan con la Inteligencia Artificial? ¿Le dio un salto de calidad al sector?
-Tenemos muchas herramientas de Inteligencia Artificial por detrás de nuestros procesos. Nosotros creemos que la Inteligencia Artificial vino para ayudar, no para reemplazar al ser humano. Porque nosotros, al final del día, trabajamos con servicios y el servicio, la atención, el toque humano no va a desaparecer. Sí nos ayuda un montón para ganar en competitividad, reducir errores. Estamos en un proceso de digitalización hace mucho. Tenemos cuatro centros de innovación en el mundo, uno en cada continente, que trabajan full time en buscar nuevas tecnologías para mejorar la productividad.
-¿La competencia es grande en la Argentina?
-Es grande, en todo el mundo. Pero nosotros como líderes globales de la Industria avanzamos. La competencia está y es sana. Nosotros buscamos diferenciarnos por la calidad del servicio y la innovación. Ahora hay una caída de demanda en todo el mercado pero nosotros seguimos teniendo market share y creciendo.
INFRAESTRUCTURA
-La infraestructura siempre es una deuda pendiente en el país en materia de transporte. ¿Qué análisis hace al respecto?
-La infraestructura no es un problema sólo de la Argentina. Creo que la región necesita más infraestructura de conexión. Buscamos las soluciones para superar estos obstáculos.
-Mueven más carga por ruta que por ferrocarril. ¿Le cambiaría la ecuación del negocio contar con un mejor tendido ferroviario?
-Para el tipo de mercancía que trasladamos no hay tantas opciones en el ferrocarril. Nos daría un salto de calidad y bajaríamos costos. Si comparamos toda la región sudamericana con los Estados Unidos, allá se mueve todo por ferrocarril. Acá las opciones son muy acotadas.
-¿Es un tema que se debata en el sector? ¿Se sientan a tomar un café y dicen: “Lástima que no tenemos más trenes”?
-Lo conversamos y decimos ‘ojalá alguna vez tengamos un ferrocarril como el de los Estados Unidos’, pero muchas tantas cosas para solucionar antes de llegar a esa realidad. Primero tenemos que enfocarnos en lo básico y buscar las soluciones para nuestros clientes. El objetivo es que la carga siempre llegue a destino y toda la estrategia hace foco sobre eso.
“El litio y Vaca Muerta ya son una realidad en Argentina”
-La Argentina necesita dólares y la forma de conseguirlos es a través de las exportaciones. ¿Qué sectores muestran mayor proyección?
-Los sectores con más posibilidades son el agro, que siempre tuvo un peso muy fuerte en las exportaciones de la Argentina, y un poco del sector automotriz. Estamos presentes también acompañando la exportación del litio, que se transporta por buques y por aviones.
-Hay mucha expectativa con el desarrollo de Vaca Muerta. ¿Cómo juega la logística allí?
-Hace siete años que estoy en la Argentina y siempre se habla del desarrollo de Vaca Muerta. Nosotros tenemos un Departamento de Proyectos Industriales y ahí estamos muy presentes en minería y en la exportación de petróleo. Tenemos un fuerte posicionamiento en todo lo que es litio en Salta, Catamarca y Jujuy. Allí contamos con oficinas propias para operar la expansión de las plantas de litio. Son proyectos gigantescos que vienen de Asia, entra por Chile, baja a tierra hasta el NOA y ahí enfrentamos toda la complejidad de las rutas, de la altitud. La otra parte en la que estamos presentes es en Neuquén con Vaca Muerta. Trabajamos con la parte de expansión y con la importación de repuestos.
-Estos rubros hace un puñado de años era un potencial para la Argentina. ¿Hoy se está haciendo realidad?
-El litio ya es una realidad. El gas y petróleo también es una realidad pero hay mucho más por explorar y explotar. Ahora creo que con el RIGI, con más de certidumbre, las inversiones van a avanzar. Eso va a ayudar porque las empresas esperaban eso para poder invertir en el país.