La francesa Beaugrand desata la fiesta en París con el oro olímpico
París - La francesa Cassandre Beaugrand cumplió el sueño de todo deportista al colgarse la medalla de oro de triatlòn en su país, ante el fervor de su público y entre banderas tricolores que la acompañaron hasta abrazar en solitario la cinta de meta.
Beaugrand, de 27 años, residente en Loughborough, Gran Bretaña, se impuso tras atacar a dos kilómetros de meta en el definitivo sector a pie, donde desmanteló las ilusiones de la suiza Julie Derron y de la británica campeona del mundo Beth Potter, plata y bronce respectivamemte.
Un triunfo apoteósico de Beaugrand, trabajado en los tres segmentos y decidido en la carrera a pie, donde supo poner su carta sobre la mesa en el momento adecuado. Cuando apretó se fue sola a vivir una apoteosis que solamente se relaciona con la realidad en los sueños.
Beaugrand, que empezó a correr con 6 años, aficionada a la fotografía e hija de deportistas -su padre fue triatleta-, entró en meta tras atravesar un bosque de banderas francesas, con un tiempo total de 1h54:55. Unos segundos después, amarrando las medallas, Derron y la campeona mundial Beth Potter.
Finalmente se puso en marcha el triatlón olímpico en las oscuras aguas del Sena. La cita femenina cumplió con su día y su hora y las 46 participantes se zambulleron para cubrir los 1.500 de natación, bajo la lluvia, pero con buena temperatura.
Una salida extraña, ya que algunas participantes no oyeron la bocina de salida y se lanzaron al agua con segundos de retraso. No hubo repetición de la partida, todas en marcha, pero con algunas penalizaciones por zambullirse antes de tiempo.
Enseguida marcó territorio la campeona olímpica de Bermudas, Flora Duffy, quien abrió hueco sobre sus rivales directas. Salió del agua en 22.05 minutos, después de un ejercicio extra por la corriente en contra a partir del último giro hacia meta. Le siguieron en tierra la italiana Seregni y la brasileña Lopes a 10 segundos.
El segmento de ciclismo, de 40 km, tuvo aroma Tour de Francia. Los Campos Elíseos, con su mojado sector de pavé, fue el escenario principal donde el pelotón de triatletas afrontaron las siete vueltas en bicicleta. Duffy entró en el asfalto con un puñado de segundos sobre un grupo con varias favoritas que juntaron voluntades para alcanzar a la campeona olímpica en Tokio en la segunda vuelta.
Objetivo cumplido. Un grupo de nueve al frente, con mucho potencial. Las caídas se sucedían, el suelo era una pista de patinaje y aconsejaba precaución. La noruega Lotte Miller hubo de abandonar. Mientras, el pelotón delantero llegó al espacio de transición en comandita, en un tiempo de 1h21:43.
El grupo de cabeza que siguió unido en los primeros compases del trayecto de 10 km hasta la meta final. Había salido incluso el sol, temperatura más alta y ambientazo en las calles parisinas.
Un bullicio que se disparó cuando se formó un grupo en cabeza de cuatro triatletas, y dos eran francesas, Casandre Beaugrand y Emma Lombardi. Ambas abrieron hueco junto a la suiza Julie Derron y la británica Breth Potter.
Un cuarteto por la gloria olímpica, un duelo estelar en el que no estuvo Duffy, quien perdió contacto a la hora de correr. Las diferencias con el grupo perseguidor iba menguando, y allí estaba Anna Godoy ganando enteros en la posibilidad de diploma.
A una vuelta del final, 2,5 km, Derron tomó el mando con un ritmo elevado. La suiza jugó su carta de lejos porque sus rivales en un final apretado iban a imponer su poderío. Un movimiento que tuvo su respuesta inmediata con un cambio de ritmo fulgurante de la francesa Beaugrand.
Un movimiento definitivo para la triatleta gala, quien pudo y supo rentabilizar una brecha de apenas 10 segundos. Suficientes para vivir y disfrutar de un día inolvidable. La felicidad completa por un título olímpico en un escenario inigualable para un atleta local. Al final las aguas del Sena desembocaron en la gloria de Beaugrand, nueva campeona olímpica.