La destrucción del sueño americano
‘Anora’, la última ganadora de la Palma de Oro en Cannes.
Anora’. Libro y dirección: Sean Baker. Dirección de fotografía: Drew Daniels. Diseño de vestuario: Jocelyn Pierce. Actores: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yura Borisov. Duración: 139 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.
El realizador de ‘The Florida Project’ (2017) y ‘Tangerine’ (2015) se alzó con la Palma de Oro en Cannes, el año pasado, al presentar ‘Anora’, su último filme. Título que refiere al nombre de pila de la protagonista, una joven trabajadora sexual que vive en Brooklyn y baila en un club nocturno.
‘Ani’, como prefiere ser llamado el personaje que compone la excepcional Mikey Madison, conoce a Vanya, un muchacho ruso con el que, además de bailar de forma privada, comienza a relacionarse fuera del ámbito laboral. Su posición económica (el joven en cuestión es hijo de un oligarca ruso) y el confort que le significa pasar tiempo con él, la seducen y la llevan a vivir una realidad soñada e impensada.
Para Vanya, estar con Ani significa descubrir el sexo de una manera única y divertida. Si bien paga para estar con ella, el placer y la compañía lo llevan a proponerle matrimonio, una decisión fruto de su propia inmadurez y torpeza, pues sus padres se enteran y toman cartas en el asunto.
Anora, por su lado, está segura de que casarse con un chico como Vanya representa para ella la salvación del mundo triste en el que vive, en el cual tiene que desnudarse y estar con varios hombres para subsistir en un presente del cual intenta huir.
Sean Baker (en su triple rol de editor, director y guionista) acierta en retratar, sobre todo en la primera parte de la película, la más entretenida en términos estéticos y narrativas, dos posturas: la del niño rico que tiene lo que quiere a través del dinero: sexo, una relación y hasta una esposa, y, por otro lado, la de la chica que tiene la esperanza de salir del pozo en el que vive e incluso ser aceptada por la familia multimillonaria a la que pertenece su novio precoz y adicto al alcohol y los videojuegos. Un ácido y a la vez acertado estereotipo de la juventud actual es representado a través del personaje de Vanya.
DIFERENCIA
En la segunda mitad de la película, que sucede cuando los padres de Vanya se enteran del matrimonio y viajan a Nueva York para anularlo, Baker aborda de forma repetitiva algunos planteos y resoluciones, aludiendo a ciertos pasajes que no aportan demasiado y que sobreexplican el nudo de la trama. Es allí cuando ‘Anora’ pierde el ritmo frenético y zafado, y aún así muy bien construido, de la primera parte, en la cual resulta difícil distraerse pues la edición, el guion y las sólidas actuaciones del elenco (Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan) mantienen atento al espectador, entre risas nerviosas y remates ingeniosos.
Baker trabaja muy bien la multiplicidad de tonos durante el filme, que se traducen en una protagonista fuerte, divertida, sensual, sexual, inteligente, perspicaz, audaz, dolida, desesperada, desilusionada y rota. Mikey Madison encuentra en Anora ‘el’ personaje de su carrera, no hay duda de eso.
Sobre el final, y sin espoilear, la película adopta un tinte más dramático que abre interrogantes: ¿Qué tipo de vínculos puede sostener Ani en su rol de mujer, lejos de los clubes nocturnos y bailes privados? ¿Puede ser querida más allá de lo carnal/sexual?
‘Anora’ es una opción cinéfila para disfrutar en pantalla grande, tal como el director se encargó de manifestar ante la prensa.
Calificación: Buena