Crítica: "Cirque du Soleil: Mundos lejanos", un viaje surrealista con imágenes en 3D

La belleza de la imaginación

Todo es posible en esta fábula, hasta ese "ET" representado por un triciclo mágico accionado por botas amarillas sin dueño. A ésto se suman inolvidables duetos aéreos y esotéricos personajes, que conforman un gran espectáculo, con brillantes actuaciones de Erica Linz (Mia) e Igor Zaripov, como el trapecista.


"Cirque du Soleil: Mundos lejanos" (Cirque du Soleil: Worlds away). Estados Unidos, 2013. Dirección y guión: Andrew Adamson. Fotografía: Brett Tumbull. Música: Beno”t Jutras. Actores: Erica Linz, Igor Zaripov, Lutz Halbhubner, John Clarke y Dallas Barnett. Presenta: UIP. Duración: 91 minutos. Calificación: Para todo público.

El Cirque de Soleil es un emprendimiento creado, en 1984, en Quebec, Canadá, por Guy Laliberté, quien llevó al resurgimiento un nuevo tipo de circo, con predominio de la imaginación y sin animales.

El resultado, a lo largo del tiempo ha sido óptimo, partiendo de la apertura de límites de una actividad milenaria, e incorporando miles de personas del campo circense a espectáculos que se representan en cuatro de los cinco Continentes.

"Cirque de Soleil: Mundos lejanos" está integrada por siete producciones que se estrenaron en el escenario de Las Vegas.

Es difícil hablar de este filme por su heterogeneidad, pero lo mejor es pensar que cuando se entra al cine a disfrutarlo, hay que sentir que lo maravilloso es posible.

UNA HISTORIA

En "Cirque de Soleil: Mundos lejanos" se eligió una mínima historia para agrupar de alguna manera las producciones. Aquí, una joven, Mia (Erica Linz) visita una antigua feria en Las Vegas, en la que funciona un circo en el que ve un trapecista (Igor Zaripov) del que se enamora y al que sigue cuando éste tiene un accidente y cae en la arena, y en vez de mantenerse inerte por la caída, el mismo impulso, va horadando con su cuerpo una serie de capas que lo conducen a mundos diferentes, en los que se enfrenta a personajes extraños.

Con un relato que se entronca con el personaje de Alicia, de Lewis Carroll, la joven corre tras el amor como aquélla tras el Conejo.

DE AIRE Y AGUA

Lo que sigue es un viaje surrealista en los que el aire, el agua, el fuego y la tierra tienen sus mundos y sus códigos y en el que resuena la música de los Beatles, de Elvis Presley, o las marchas de las guerras orientales.
El filme deslumbra por sus imágenes y sus distintos escenarios, más el increíble uso del 3D alcanza en la película un relieve notable, que contribuye a su gran atractivo visual.

Todo es posible en esta fábula, hasta ese "ET" representado por un triciclo mágico accionado por botas amarillas sin dueño. A ésto se suman inolvidables duetos aéreos y esotéricos personajes, que conforman un gran espectáculo, con brillantes actuaciones de Erica Linz (Mia) e Igor Zaripov, como el trapecista.

Calificación: Muy buena