"Estos jovencitos ingresan a nuestras organizaciones a los diez años de edad, y a menudo respiran un poco de aire fresco por primera vez; después de cuatro años de estar en la categoría de Jóvenes, pasan a las Juventudes Hitlerianas, donde permanecen cuatro años más... Y aunque aún no son nacionalsocialistas completos, pasan al Servicio Laboral y ahí los preparan durante otros seis o siete meses... Y si les llega a quedar algún rastro de conciencia de clase o estatus social... la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) se encargará de que desaparezca''.
Adolf Hitler (1938)
Evaluar la educación es una tarea compleja y mucho más lo es calificar los métodos de enseñanza. Con los saberes duros el análisis cuantitativo permite cierta precisión, pero existen conocimientos cuya transmisión es a menudo discutible y es necesario realizar análisis cualitativos de muchos elementos como los contextos sociales, la calidad de los docentes, el bagaje intelectual y social de los alumnos, el nivel de las instituciones y una cantidad de variables que hay que tomar con seriedad y profesionalismo.
Y todo muy lindo el análisis del mundo áulico hasta que aparece frente a la cámara una fanática al borde de la posesión diabólica, moviendo los bracitos como esos muñecos inflables que se ponen de propaganda en los estacionamientos. Con ademanes, a veces violentos y otras grotescos, le grita a un chico de 16 años toda clase de barbaridades sin poder coordinar una oración completa. Camina frente al pizarrón fuera de sí, va, viene. Se toma la cabeza, erige un dedo índice que autopercibe letal hacia sus víctimas. Frenéticamente toma objetos varios, clama al cielo peronista y vuelve a arrancar. El ataque dura unos minutos pero, como toda catástrofe, parece eterno. Es ahí cuando toda precaución en el análisis de la cuestión educacional se va al mismísimo caño. Es que no hay forma seria de analizar esto.
El Profesor Chiflado (The Nutty Professor) es una película escrita y protagonizada por Jerry Lewis de 1963. Relata la historia de un maestro de química con serias frustraciones personales que inventa una mezcla prodigiosa con la que se convierte en un tipo atractivo, seguro de sí y gran amante cuyo nombre será Buddy Love, en claro homenaje a la novela El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde de Stevenson. Es evidente que Buddy Love no trata con sus métodos de inspirar el amor por la química y finalmente el Profesor Chiflado no consigue con sus andanzas despertar ninguna simpatía por su materia sino emparchar su rota psiquis con su rápida adicción a la fórmula creada.
Idénticamente, la Profesora Chiflada de La Matanza (así la llamaremos) no consigue generar ninguna simpatía hacia el kirchnerismo, al peronismo o a la vicepresidente. El hecho de que su alumnado supiera qué botones tocar para que se convierta ¡tan fácilmente! en el señor Hyde demuestra que es incapaz de adoctrinar a nadie, y posiblemente sea incapaz de muchas otras funciones cívicas mucho más sencillas. Pero a su retorcido modo la Profesora Chiflada hizo un enorme aporte a la política y a la sociedad toda: dio un espectáculo impúdico al que mayoritariamente se llamó adoctrinamiento que llegó a más hogares que cualquier campaña política. Pero adoctrinar es otra cuestión. Al igual que Buddy Love, la Profesora Chiflada no consigue seducir, convencer o insuflar pasión por su dogma. Sólo muestra la desnudez de sus creencias, incapaz de argumentar, ebria de odio, presa fácil de la enajenación.
SIMBIOSIS ESTRAMBOTICA
Como todo kirchnerista que se precie, la Profesora Chiflada muestra una simbiosis estrambótica con la estrategia oficialista hacia la crisis covídica. En sus redes sociales flamea el "Yo me vacuno'' y su turno para inocularse junto al hash #Kicillof2023 y el infaltable #QuedateEnCasa. El covid es y será al infinito la coartada que el cuarto gobierno kirchnerista tendrá para explicar su debacle. Eso, y no los bracitos desarticulados de la Profesora Chiflada, sí es adoctrinamiento.
Para que el adoctrinamiento exista, no sirve sólo con mentir o manipular la educación de los chicos. Tiene que haber un componente socialmente aceptado que sea el vehículo del adoctrinamiento. Si a los niños se les pudo mentir durante tantas décadas con nuestra historia, si se pudo enchastrar a nuestros próceres, si se les pudo colonizar la cabeza con tanta facilidad es porque en los medios, en las casas y en todo el aparato simbólico argentino el delirio ya estaba instalado.
Adoctrinamiento es el sinnúmero de películas, novelas y discursos mediáticos con el que se construyó un relato maniqueo de los 70. Adoctrinamiento son los homenajes a terroristas, adoctrinamiento es la doctrina del Estado Presente. Adoctrinamiento son los ridículos sintagmas "formadores de precios'', o ``fuga de capitales'', o ``vivir con lo nuestro''. Adoctrinamiento es ese largo camino de intervención en la vida privada que la política profesional viene haciendo para justificar su propia existencia. Un relato único e inamovible donde la ganancia es mala y la pobreza es digna. El kirchnerismo hizo del adoctrinamiento su escudo cuando catalizó todos estos sintagmas en una propaganda con cohesión y sentido dentro de su propia lógica. Canalizó el resentimiento atomizado logrando una argamasa de rencor común donde todos los males tienen un culpable ajeno a nuestras acciones, además le puso liderazgo mesiánico y épica. Fue una obra maestra del adoctrinamiento, pero no inventó nada, estaba todo servido.
EL AVANCE SOCIALISTA
Para entender cómo del fino adoctrinamiento protokirchnerista se llega a la Profesora Chiflada, es necesario agregar algunas variables: el avance del socialismo en la estructura sindical docente a nivel mundial de la que no somos ajenos y la colonización de la carrera docente que se pudrió con el sistema de suma de puntos.
Sobre los sindicatos docentes, la forma de acceso a los cargos y el hampa de los mecanismos por los cuales una persona llega a estar frente a un aula mucho se ha dicho y no es el propósito de estas líneas. Pero basta con entender que no hubo una sola alarma que haya sonado institucionalmente que alertara sobre la imposibilidad de que la Profesora Chiflada tenga un cargo docente. Si los chicos no la grababan, ella seguía su derrotero hasta dislocarse un hombro tratando de armar una oración o revoleando una silla a un alumno.
Pero la letrina de los sindicatos y de la carrera docente son sólo una variable. La Profesora Chiflada transitó las aulas de la Ciudad de Buenos Aires, de la UBA, fue empleada en el Congreso, investigadora y en todo ese derrotero tampoco sonaron las alarmas. Hemos de entender que, con menos aspavientos, la Profesora Chiflada no es un caso aislado en un patrón de docentes ignorantes y alienados que se repite desde la primaria y a veces antes. Los zooms que se hicieron virales durante la cuarentena dan cuenta de ello.
A comienzos del año 2007 el entonces presidente venezolano Hugo Chávez, aceleraba los planes educativos para inculcar a los jóvenes los principios de su revolución en una batalla decisiva para formar "auténticos socialistas''. Su hermano Adán Chávez fue su Ministro de Educación que expuso diáfanamente la necesidad de formar "la primera oleada de la educación transformadora que combatirá la enseñanza colonial capitalista y los antivalores que nos ha inculcado por años el sistema capitalista''.
Chávez intervino en todos los niveles de la educación, desde la primaria hasta la universidad a través del sistema docente. Su meta era formar venezolanos a la medida del Socialismo del siglo XXI. El resultado fue que incluso la oposición que surgió años después compartía la misma ideología chavista y sólo criticaba las formas.
ESCALOFRIANTE
Heinz Dieterich Steffan es quien intelectualiza e impulsa el concepto: Socialismo del Siglo XXI. Con este constructo buscó renovar la izquierda a fines del siglo pasado con notable éxito en gran parte de América Latina. Para Dieterich Steffan el adoctrinamiento es un arma fundamental que debe partir de los textos escolares. El mismo patrón se repite a lo largo de la región y un repaso escueto por los programas y textos con los que Argentina forma a sus niños y jóvenes arroja resultados escalofriantes. El adoctrinamiento es difundido a través de la reputación de los expertos" nuevos actores políticos clave en la producción de contenidos sesgados como hemos podido observar en la construcción de consensos inmediatos como el de la cuarentena eterna que permitió dejar a los niños sin clases durante meses, con el apoyo brutal de la omertá docente.
Cuestión que la Profesora Chiflada no adoctrina, se pasa de rosca, es un error en la Matrix que produce ira y risa a la vez. El adoctrinamiento es un hecho infinitamente más eficaz y se plasma en la forma que se inocula la "perspectiva de género'', el "revisionismo histórico'', la "emergencia climática'', el "lenguaje inclusivo'', la "insostenibilidad del desarrollo capitalista'', la "moralidad de los impuestos'' y tantas otras verdades absolutas que no son debatibles en las aulas so pena de no poder avanzar en el camino educativo. La finalidad es la formación de una personalidad de base que o bien sea convencida o bien baje la cabeza para no tener problemas. La ignorancia es sólo un daño colateral.
Lo que la Profesora Chiflada consiguió fue ridiculizar un sistema supereficiente, cosa que obligó a los medios a hacerse eco cuando las redes los dejaron en off side. Surgieron muchas voces alentando a los alumnos del país a imitar a los pequeños héroes que tomaron riesgos para exponer a la Profesora Chiflada. Se propusieron cámaras en las aulas y leyes contra el adoctrinamiento, en fin, una positiva nube de indignación. Esto sacó de las casillas a los verdaderos adoctrinadores, los sutiles, los de pico y pala que salieron a decir cualquier cosa. Pidieron la cabeza de los alumnos denunciantes, les adjudicaron ideologías varias como si algo de todo esto lavara el triste papel de la Profesora Chiflada. Ella misma, siendo ella misma, dijo en una entrevista radial: "Me filmó un alumno macrista que me pinchó, que me hizo hablar de Macri, me puedo quedar sin laburo y voy a tener que buscar un abogado''.
ABOGADO DE LUJO
Lo que declaró sin inhibiciones la Profesora Chiflada es una reversión de "qué culpa tengo yo si ella usa minifaldas muy cortas'', pero ojo que consiguió rápidamente abogado. Un abogado de lujo si consideramos que es además el más famoso docente de la Facultad de Derecho, el señor Presidente de la Nación que dijo: "Ayer escuchaba un enorme cuestionamiento a una maestra que se tensó en un debate con un alumno; yo soy profesor de la UBA hace muchos años y siempre he dicho que lo más importante que debe hacer un docente es sembrar dudas ... el debate es formidable, porque invita a pensar y es una manera de abrir la cabeza''.
Para el Presidente y la cosmogonía que lo circunda, lo que hizo la Profesora Chiflada es contar con malas formas una verdad indiscutida. El relato kirchnerista hizo algo muy útil para la progresía, ordenó prejuicios, los cohesionó, les dió historicidad y sentido de pertenencia. Por eso la inmensa mayoría de la progresía apoyó al primer kirchnerismo. Muchos de los hoy acérrimos denunciantes fueron votantes del proyecto progresista de Néstor y Cristina así como simpatizaron con Lula y hasta con el Chávez de los '90. Son los que piensan que el kirchnerismo, como la Profesora Chiflada, yerran en las formas, no en el fondo.
Tras cuatro gobiernos kirchneristas, sólo quedan las malas formas y el núcleo duro al que probablemente le hable el Presidente. Curiosamente es ese núcleo duro, que ahora condena a los denunciantes, el que abrazó la mitología de las intenciones prístinas de la juventud maravillosa (otro sintagma y van). Quienes aplaudieron la misiva de hagan lío cuando están en el poder no quieren lío ni les parece violento usar el aparato del Estado para preservar la autoridad. Parece que no había que tomárselo tan a pecho eso de la revolución y la rebeldía contra el sistema. Años de sacralizar la demencia de Michel Foucault para terminar aplicando las enseñanzas de Giovanni Gentile o de Joseph Goebbels.
Son falsos defensores de la educación quienes la han destrozado y no es casualidad que entreguen el futuro de sus hijos en el altar de la ideología que los envenenó. Hemos de recordar que a estos fines llevaron a sus hijos a escupir retratos a la plaza y encubrieron abusos a sus propios hijos con tal de no ensuciar la toma violenta de una escuela. Los prefieren analfabetos funcionales antes que seducidos por la "educación neoliberal meritocrática''. Por eso vaya esta oda a la Profesora Chiflada que en su infinita estulticia nos mostró donde está la mano que mece la cuna.