EUROPA EN GUERRA

La Fortaleza y la fuerza

Cnl My (R) Gabriel Camilli y Dr. Pablo Antonio Anzaldi

Constataba el gran Raymond Aron que existen tres tipos de paz: la paz por imperio, la paz por equilibrio del poder y la paz mediante valores compartidos. Lógicamente, los valores compartidos requieren de una fuerza suficiente que los garantice. Sobre la base de estos conceptos, adoptando una cierta perspectiva, podemos afirmar que el mix entre la unipolaridad norteamericana tras la caída de la Unión Soviética, es decir, paz por imperio, y los valores compartidos (sistema de Naciones Unidas) llegó a su fin.

No es una novedad: el ataque de la OTAN a Serbia en 1998 marcó el inicio de una política occidental por fuera de los valores pregonados. El punto máximo se alcanzó con la invasión a Afganistán e Irak, y con los bombardeos masivos que los países europeos y Estados Unidos arrojaron sobre Libia. En aquél entonces, sin embargo, la pantalla de los valores compartidos podía seguir agitándose  aún por fuera del sistema de Naciones Unidas, porque no había ninguna potencia con poder suficiente para desafiar al hegemón norteamericano e imponer sus propios criterios sobre el orden internacional. Hoy todo eso cambió: la Rusia de Putin puso la fuerza ahí donde la OTAN puso retórica.

NUEVA ESTRUCTURA

Con relación a los años 90, ha cambiado sustancialmente la estructura del mundo. No es un problema de preferencias ni de lamentaciones. Es la realidad la que es así.

Si se analizan  uno a uno los elementos del poder nacional (territorio, población, PBI, poder militar, moral nacional, inteligencia estratégica,  calidad de la dirigencia, etc.) puede fácilmente constatarse que Estados Unidos está declinando relativamente en función del ascenso chino en todos los órdenes. Rusia, en cambio, no tiene la fuerza económica ni de USA ni de China, pero tiene un poder militar enorme y probado exitosamente en combate, y tiene además un control determinante sobre la energía que consumen las industrias y los hogares europeos.

Por otra parte, no hay liderazgos en los países de la OTAN que tengan un compromiso real con los valores y los intereses occidentales como los que tiene Putin con los valores y los intereses rusos, y como los que tiene Xi con los valores y los intereses chinos. ¿O acaso alguien puede creer que el auge de las teorías posmodernas y deconstructivistas -los ataques a los valores occidentales, a la idea de Patria, a la familia, a la historia, al cristianismo, etc.- no iban a tener consecuencias? Que nadie se llame a engaño.
 El primer escudo defensivo de un Estado es la confianza en su propia identidad nacional, espiritual e histórica. La Fortaleza es una virtud, la fuerza es una consecuencia. ¿De qué sirven los arsenales de la OTAN si los dirigentes no creen en los valores tradicionales de Occidente? ¿Qué van a defender?

¿La despenalización de la marihuana?
 La perspectiva rusa es distinta y opuesta. En los años noventa la caída de la URSS significó la independencia de casi veinte repúblicas de las cuales Polonia, Hungría, la República Checa,  los tres países bálticos, etc. se sumaron a la OTAN, una alianza inducida por el complejo militar industrial norteamericano con Rusia como enemigo estratégico. Porque, en efecto, la caída del Pacto de Varsovia pro-soviético no tuvo su contraparte simétrica en Occidente. La expansión de la OTAN hacia el Este es cuestionada diplomáticamente por Rusia desde hace más de una década. Pero el Occidente posmoderno no tuvo ni la capacidad intelectual para entender, ni la sagacidad diplomática para negociar. Ahora, con la invasión masiva de Rusia hacia Ucrania, tampoco tiene la decisión política para combatir.

CLAUSEWITZ

 En los últimos años, hemos visto pulular por las Academias y las Universidades a los que declararon ``perro muerto'' a Clausewitz. Los profetas de la moda deberían también poner las barbas en remojo. Esta es una guerra que, en lo fundamental, sin la ayuda del gran pensador prusiano jamás podría comprenderse. No sólo porque se trata de la prolongación de la política por medios bélicos sino también porque incluye los tres polos de la estatalidad: gobierno, fuerzas armadas y pueblo. Putin tiene una estrategia que entiende, como Clausewitz, que cuando se lanzan las operaciones militares de una fuerza contra la otra "las fuerzas armadas deben ser destruidas (es decir, deben ser colocadas en estado tal que no puedan continuar la lucha)... el territorio debe ser conquistado.y la voluntad del enemigo debe ser sometida...''. ¿O no es la teoría de Clausewitz la que Putin está aprovechando?

Desde el punto de vista político- militar, estamos en un mundo tripolar en los hechos. Eso llevará inevitablemente, en el mediano plazo, a una multipolaridad. La incomprensión del marco estratégico tiene su correlato en la impotencia oculta tras la retórica. Por el contrario, la comprensión de la realidad internacional es la base para la toma de decisiones adecuadas, que ajusten a nuestra Nación ante un mundo que es como es, no como algunos creen que debe ser. No se trata de ser indiferentes ante el curso de la realidad.
Como Aristóteles enseñó, la prudencia nos permite conocer la realidad para detectar sus mejores posibilidades y trabajar por su perfectibilidad: sobre la base de la concordia, anhelamos ese camino para nuestra Patria.