Opinión
La Argentina, Ucrania, la OTAN y la nueva política exterior
En relación a la Argentina, Ucrania, la OTAN y la nueva política exterior, ensayaremos algunas ideas para una actualización del mismo, dada la reciente postura de ir a la Alianza. Más allá de que pueda ser una categoría casi protocolar, pero implica consecuencias, al par que beneficios. Es interesante realizar un balance de pros y contras de tal decisión.
Según dice el periodista Edgardo Aguilera: “Nos encontramos en un momento de grandes expectativas y justificada esperanza de la comunidad mundial ante la emergencia de un nuevo sistema de seguridad internacional”. Este diagnóstico, muy parecido a la situación actual de pugna entre dos colosos, fue el preámbulo de la carta que en 1999 envió el presidente Carlos Menem a su par norteamericano, Bill Clinton, para solicitarle la incorporación de la Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) “en calidad de miembro asociado o una categoría similar a establecerse”. (ver https://www.mdzol.com/politica/2024/4/13/contactos-reservados-por-la-membresia-de-argentina-en-la-otan-420024.html)
Veinticinco años más tarde la Argentina reinicia el camino de incorporarse a la Alianza Atlántica de la mano de Javier Milei y su giro en el área de defensa hacia un categórico alineamiento militar con los Estados Unidos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha sido llamada por sus partidarios la alianza más “duradera” y “más exitosa” de la historia. Este año, la OTAN celebra 75 años de existencia. Para celebrar el logro, la habitual cumbre anual de la Alianza se celebró en Washington, en donde los ministros de Asuntos Exteriores de los 12 países miembros originales firmaron el tratado el 4 de abril de 1949. La fecha fue recordada por una apresurada celebración en Bruselas, sede de la organización, ahora ampliada a 32 países.
Por su parte, los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia y Polonia –Annalena Baerbock, Stéphane Séjourné y Radosław Sikorski – han escrito con orgullo en diversos medios que los países de la Alianza han proporcionado a Ucrania, en poco más de dos años de conflicto, más de 200 millones de euros en ayuda militar y financiera.
Sostuvieron que hace 75 años se firmó el tratado fundacional de la OTAN para "preservar nuestros valores comunes: la libertad individual, los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho".
Lamentablemente, con demasiada frecuencia la historia de la Alianza Atlántica ha desmentido tales declaraciones, demostrando que la OTAN no es solamente un instrumento de defensa, sino de ataque.
Desde los primeros años de la Alianza, los Estados Unidos, Francia y otros países miembros se involucraron en sangrientas guerras en Indochina, Corea, Argelia y otros países. La OTAN apoyó los golpes de estado en Grecia, Turquía y el control de gobiernos y sindicatos nacionalistas en África e Ibero América.
En colaboración con la OTAN y los servicios secretos de numerosos países miembros, la CIA y la inteligencia británica crearon una red clandestina de agentes en diversas regiones.
Con el fin de la Guerra Fría, que vio la disolución del Pacto de Varsovia y de la Unión Soviética, y el regreso de Rusia y otros países exsoviéticos al modelo capitalista, la OTAN, sin embargo, no se disolvió. Por el contrario, la Alianza inauguró sus operaciones "fuera de zona", desde Yugoslavia. En 1999 bombardeó Serbia sin mandato de la ONU, violando el derecho internacional y fomentando la secesión de Kosovo.
El 11 de septiembre, la OTAN invocó por primera vez el artículo 5 de defensa mutua y ocupó Afganistán, librando una guerra que duraría veinte años y conduciría a la destrucción del país y, finalmente, al regreso de los talibanes.
Los países de la OTAN han participado, directa o indirectamente, en todas las guerras en Irak, Libia, Siria y Yemen, que han alterado el ya frágil tejido del Oriente Medio Imperio neoliberal.
Pero, tras el colapso del bloque comunista, a medida que la OTAN incorporaba progresivamente a los países del antiguo Pacto de Varsovia, se produce una transformación interesante en Europa occidental: la competencia entre las socialdemocracias y los neoliberalismos.
La OTAN es también un instrumento para importar el modelo neoliberal. Por ejemplo: el 25 de marzo de 1997, el entonces senador Joe Biden, anunció las condiciones para la adhesión de Polonia a la Alianza: “El plan de privatización masiva representa un paso importante para dar al pueblo polaco una participación directa en el futuro económico de su país. Pero ahora no es el momento de detenerse. Creo que incluso las grandes empresas estatales deberían ponerse en manos de propietarios privados, para que puedan gestionarse teniendo en cuenta intereses económicos más que políticos... Empresas como los bancos, el sector energético, la aerolínea estatal, el productor público de cobre y el monopolio de las telecomunicaciones, tendrán que ser privatizados”. Algún parecido con la actualidad…
Estos últimos, agitando al "cuco ruso", o promoviendo una mayor alteración del contrato social, fantaseando con una militarización progresiva de la economía y la sociedad europeas.
Ya a mediados del año pasado, el New York Times tituló que “El 'dividendo de la paz' se acabó en Europa. Ahora vienen los compromisos difíciles".
Hace unos días, el Financial Times reiteró que "para militarizarse todo lo necesario, Europa necesita que sus ciudadanos toleren impuestos más altos o un Estado de bienestar más bajo".
No hay duda de que ésta sea la receta para un renovado éxito europeo es obviamente ilusorio. En todo caso, esta receta nos presenta la perspectiva de una crisis económica progresiva, de nuevas fracturas sociales, de una nueva crisis, de mayores riesgos de desestabilización continental.
LA OTAN Y NUESTRAS ISLAS MALVINAS
Desde el 12 de mayo de 1985 opera en suelo malvinero la base militar Monte Agradable, que fue inaugurada por el príncipe Andrés de York. Hoy es una base de operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una de las responsables de la Guerra Rusia – Ucrania.
Daysi Rendo Gadea y Gustavo Abu Arab de Apera (Asociación de Periodistas de la República Argentina), la describen en un artículo publicado en ‘Agenda Malvinas’ como “un corredor aéreo diario entre el Reino Unido y Malvinas” que “aceleró el movimiento de militares y civiles” (https://www.planbnoticias.com.ar/index.php/2023/04/02/monte-agradable-la-base-militar-de-la-otan-y-el-reino-unido-en-suelo-argentino/). “Esta escalada militar del Reino Unido y la OTAN en Malvinas con un alto despliegue militar “genera preocupación en momentos que las grandes potencias mantienen una prolongada guerra en Ucrania. Este contexto bélico sin dudas produce claros signos de reacomodamiento de la contención global de los conflictos; mientras se registra una importante tensión financiera por la caída de varias bancas históricas”, continúa.
Además, exhibe el interés del Reino Unido y la OTAN por el “control del paso oceánico obligado a los hielos continentales y los recursos naturales en la zona de las islas y la Antártida. Estas razones marcan como eje central los reclamos soberanos para la abolición definitiva del colonialismo por parte de la República Argentina en Malvinas”, añaden.
“Todo el Atlántico Sur representa un inmenso territorio con enormes recursos naturales y potencial que pertenecen al futuro del mundo. La República Argentina debe ser respetada en sus derechos, también por los países que integran el Tratado Antártico”, finalizan Daysi Rendo Gadea y Gustavo Abu Arab.
Consideramos que este tema debe ser puesto en la balanza a la hora de evaluar nuestra participación en una Alianza que es usurpadora del espacio marítimo, terrestre y aéreo que es parte de nuestro país y por el cual han derramado su sangre 649 compatriotas que nos miran desde el cielo. ¿Que pensaran?
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE PERTENECER A LA OTAN
Según nos dice el doctor Juan Borrell, profesor y especialista en geopolítica: “La Argentina tiene una línea diplomática histórica de mantener la neutralidad; la Argentina debería conversar con otros países de América una postura regional como bloque y también habría que entender el alineamiento del actual gobierno a la luz de intercambios con potencias de la OTAN (por ejemplo: compra de los F-16, ingreso a foros económicos occidentales, etc.)”. Interpretando, ya que no conocemos los detalles.
Por su parte, el teniente Coronel retirado Santiago R. Alonso durante la presentación de nuestro libro sobre la Guerra en Ucrania: “Se mostró perplejo por intervenir en un problema que no es nuestro y donde no hay un milímetro del interés nacional argentino en juego. No me extrañaría que la Argentina, rompiendo su tradición diplomática de neutralidad en los conflictos externos e internacionales y fuera de nuestro continente, termine poniendo algún grano de arena para aumentar el calor de ese fogón que se está incendiando hace dos años”.
Algunos se ilusionan con la llegada de equipamiento militar moderno por ello “que la Argentina se incluya en las filas de ‘socios globales’” (partners across the globe) y status como el de extra OTAN que permiten el acceso a una extensa gama de programas de asistencia, equipos y adiestramiento militar estandarizado que resulta estratégico en medio de cambios en el sistema multilateral y el retorno a la geopolítica de dos competidores, los Estados Unidos y la República Popular de China” (artículo citado de Edgardo Aguilera).
No obstante esto sea posible, es muy difícil que el armamento llegue completo y de primera generación dado el “veto” de Gran Bretaña para que la Argentina modernice sus Fuerzas Armadas. Para los ingleses es un objetivo vital y permanente que nuestro país no posea capacidades militares que amenacen sus intereses en Malvinas, Antártida y el Atlántico Sur, o sea no van a permitir que nos rearmemos como lo vienen haciendo hace 40 años. Otro tema a tener en cuenta, y que analizó acertadamente el coronel Fernando Duran, es la “exportación de doctrina militar para sus socios. Cuando uno es socio de la OTAN recibe entrenamiento y doctrina militar OTAN. Normalmente exportan doctrina COIN, de Contra insurgencia. Esta doctrina que intentan imponer a ‘sus aliados’ con las tácticas disponibles en las operaciones de contrainsurgencia son para un entorno de guerra irregular. Por eso este aspecto está mostrando sus falencias en la guerra europea, donde en entorno y los dominios son de uso regular, casi clásico podemos decir. La doctrina de empleo militar cuestión que la OTAN no entiende porque viene de 20 años de hacer contrainsurgencia (un conjunto de técnicas y prácticas aplicadas por los Estados con el objetivo de detectar y destruir a los miembros y bases de apoyo de los grupos insurgentes)”. Este tipo de doctrina que se adopta muchas veces a libro cerrado por países como el nuestro, han demostrado su deficiencia en el desarrollo de las operaciones por parte de las fuerzas armadas ucranianas instruidas desde 2014 en este tipo de doctrina, adecuada para combatir en Siria o Afganistán.
Profundizando este tema vemos un artículo que dice ‘¿Se equivocó la OTAN al entrenar las unidades de contraofensiva de Ucrania? ¿Los entrenó para el campo de batalla equivocado?’ Estas preguntas están en el centro de un acalorado debate sobre por qué, después de tres meses de agotadores combates, la contraofensiva en el sureste de Ucrania aún no ha logrado penetrar hasta el Mar de Azov, cortando el llamado puente terrestre que conecta los territorios anexados. Crimea con territorios del sur de Ucrania ocupados por Rusia. Ver https://www.politico.eu/article/ukraine-war-army-nato-trained-them-wrong-fight/
Estos son algunos aspectos que podemos poner en la mesa de debate para abordar este tema. Consideramos necesario un debate serio y responsable, interagencial, que aporte asesoramiento adecuado para que el ápice estratégico nacional no adopte decisiones que puedan perjudicar los de nuestro país, ni el bienestar y la vida de sus habitantes. No podemos olvidar las trágicas y dolorosas muertes de nuestros compatriotas en los aún irresueltos casos de AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires.
Según dice el periodista Edgardo Aguilera: “Nos encontramos en un momento de grandes expectativas y justificada esperanza de la comunidad mundial ante la emergencia de un nuevo sistema de seguridad internacional”. Este diagnóstico, muy parecido a la situación actual de pugna entre dos colosos, fue el preámbulo de la carta que en 1999 envió el presidente Carlos Menem a su par norteamericano, Bill Clinton, para solicitarle la incorporación de la Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) “en calidad de miembro asociado o una categoría similar a establecerse”. (ver https://www.mdzol.com/politica/2024/4/13/contactos-reservados-por-la-membresia-de-argentina-en-la-otan-420024.html)
Veinticinco años más tarde la Argentina reinicia el camino de incorporarse a la Alianza Atlántica de la mano de Javier Milei y su giro en el área de defensa hacia un categórico alineamiento militar con los Estados Unidos.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha sido llamada por sus partidarios la alianza más “duradera” y “más exitosa” de la historia. Este año, la OTAN celebra 75 años de existencia. Para celebrar el logro, la habitual cumbre anual de la Alianza se celebró en Washington, en donde los ministros de Asuntos Exteriores de los 12 países miembros originales firmaron el tratado el 4 de abril de 1949. La fecha fue recordada por una apresurada celebración en Bruselas, sede de la organización, ahora ampliada a 32 países.
Por su parte, los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia y Polonia –Annalena Baerbock, Stéphane Séjourné y Radosław Sikorski – han escrito con orgullo en diversos medios que los países de la Alianza han proporcionado a Ucrania, en poco más de dos años de conflicto, más de 200 millones de euros en ayuda militar y financiera.
Sostuvieron que hace 75 años se firmó el tratado fundacional de la OTAN para "preservar nuestros valores comunes: la libertad individual, los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho".
Lamentablemente, con demasiada frecuencia la historia de la Alianza Atlántica ha desmentido tales declaraciones, demostrando que la OTAN no es solamente un instrumento de defensa, sino de ataque.
Desde los primeros años de la Alianza, los Estados Unidos, Francia y otros países miembros se involucraron en sangrientas guerras en Indochina, Corea, Argelia y otros países. La OTAN apoyó los golpes de estado en Grecia, Turquía y el control de gobiernos y sindicatos nacionalistas en África e Ibero América.
En colaboración con la OTAN y los servicios secretos de numerosos países miembros, la CIA y la inteligencia británica crearon una red clandestina de agentes en diversas regiones.
Con el fin de la Guerra Fría, que vio la disolución del Pacto de Varsovia y de la Unión Soviética, y el regreso de Rusia y otros países exsoviéticos al modelo capitalista, la OTAN, sin embargo, no se disolvió. Por el contrario, la Alianza inauguró sus operaciones "fuera de zona", desde Yugoslavia. En 1999 bombardeó Serbia sin mandato de la ONU, violando el derecho internacional y fomentando la secesión de Kosovo.
El 11 de septiembre, la OTAN invocó por primera vez el artículo 5 de defensa mutua y ocupó Afganistán, librando una guerra que duraría veinte años y conduciría a la destrucción del país y, finalmente, al regreso de los talibanes.
Los países de la OTAN han participado, directa o indirectamente, en todas las guerras en Irak, Libia, Siria y Yemen, que han alterado el ya frágil tejido del Oriente Medio Imperio neoliberal.
Pero, tras el colapso del bloque comunista, a medida que la OTAN incorporaba progresivamente a los países del antiguo Pacto de Varsovia, se produce una transformación interesante en Europa occidental: la competencia entre las socialdemocracias y los neoliberalismos.
La OTAN es también un instrumento para importar el modelo neoliberal. Por ejemplo: el 25 de marzo de 1997, el entonces senador Joe Biden, anunció las condiciones para la adhesión de Polonia a la Alianza: “El plan de privatización masiva representa un paso importante para dar al pueblo polaco una participación directa en el futuro económico de su país. Pero ahora no es el momento de detenerse. Creo que incluso las grandes empresas estatales deberían ponerse en manos de propietarios privados, para que puedan gestionarse teniendo en cuenta intereses económicos más que políticos... Empresas como los bancos, el sector energético, la aerolínea estatal, el productor público de cobre y el monopolio de las telecomunicaciones, tendrán que ser privatizados”. Algún parecido con la actualidad…
Estos últimos, agitando al "cuco ruso", o promoviendo una mayor alteración del contrato social, fantaseando con una militarización progresiva de la economía y la sociedad europeas.
Ya a mediados del año pasado, el New York Times tituló que “El 'dividendo de la paz' se acabó en Europa. Ahora vienen los compromisos difíciles".
Hace unos días, el Financial Times reiteró que "para militarizarse todo lo necesario, Europa necesita que sus ciudadanos toleren impuestos más altos o un Estado de bienestar más bajo".
No hay duda de que ésta sea la receta para un renovado éxito europeo es obviamente ilusorio. En todo caso, esta receta nos presenta la perspectiva de una crisis económica progresiva, de nuevas fracturas sociales, de una nueva crisis, de mayores riesgos de desestabilización continental.
LA OTAN Y NUESTRAS ISLAS MALVINAS
Desde el 12 de mayo de 1985 opera en suelo malvinero la base militar Monte Agradable, que fue inaugurada por el príncipe Andrés de York. Hoy es una base de operaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una de las responsables de la Guerra Rusia – Ucrania.
Daysi Rendo Gadea y Gustavo Abu Arab de Apera (Asociación de Periodistas de la República Argentina), la describen en un artículo publicado en ‘Agenda Malvinas’ como “un corredor aéreo diario entre el Reino Unido y Malvinas” que “aceleró el movimiento de militares y civiles” (https://www.planbnoticias.com.ar/index.php/2023/04/02/monte-agradable-la-base-militar-de-la-otan-y-el-reino-unido-en-suelo-argentino/). “Esta escalada militar del Reino Unido y la OTAN en Malvinas con un alto despliegue militar “genera preocupación en momentos que las grandes potencias mantienen una prolongada guerra en Ucrania. Este contexto bélico sin dudas produce claros signos de reacomodamiento de la contención global de los conflictos; mientras se registra una importante tensión financiera por la caída de varias bancas históricas”, continúa.
Además, exhibe el interés del Reino Unido y la OTAN por el “control del paso oceánico obligado a los hielos continentales y los recursos naturales en la zona de las islas y la Antártida. Estas razones marcan como eje central los reclamos soberanos para la abolición definitiva del colonialismo por parte de la República Argentina en Malvinas”, añaden.
“Todo el Atlántico Sur representa un inmenso territorio con enormes recursos naturales y potencial que pertenecen al futuro del mundo. La República Argentina debe ser respetada en sus derechos, también por los países que integran el Tratado Antártico”, finalizan Daysi Rendo Gadea y Gustavo Abu Arab.
Consideramos que este tema debe ser puesto en la balanza a la hora de evaluar nuestra participación en una Alianza que es usurpadora del espacio marítimo, terrestre y aéreo que es parte de nuestro país y por el cual han derramado su sangre 649 compatriotas que nos miran desde el cielo. ¿Que pensaran?
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE PERTENECER A LA OTAN
Según nos dice el doctor Juan Borrell, profesor y especialista en geopolítica: “La Argentina tiene una línea diplomática histórica de mantener la neutralidad; la Argentina debería conversar con otros países de América una postura regional como bloque y también habría que entender el alineamiento del actual gobierno a la luz de intercambios con potencias de la OTAN (por ejemplo: compra de los F-16, ingreso a foros económicos occidentales, etc.)”. Interpretando, ya que no conocemos los detalles.
Por su parte, el teniente Coronel retirado Santiago R. Alonso durante la presentación de nuestro libro sobre la Guerra en Ucrania: “Se mostró perplejo por intervenir en un problema que no es nuestro y donde no hay un milímetro del interés nacional argentino en juego. No me extrañaría que la Argentina, rompiendo su tradición diplomática de neutralidad en los conflictos externos e internacionales y fuera de nuestro continente, termine poniendo algún grano de arena para aumentar el calor de ese fogón que se está incendiando hace dos años”.
Algunos se ilusionan con la llegada de equipamiento militar moderno por ello “que la Argentina se incluya en las filas de ‘socios globales’” (partners across the globe) y status como el de extra OTAN que permiten el acceso a una extensa gama de programas de asistencia, equipos y adiestramiento militar estandarizado que resulta estratégico en medio de cambios en el sistema multilateral y el retorno a la geopolítica de dos competidores, los Estados Unidos y la República Popular de China” (artículo citado de Edgardo Aguilera).
No obstante esto sea posible, es muy difícil que el armamento llegue completo y de primera generación dado el “veto” de Gran Bretaña para que la Argentina modernice sus Fuerzas Armadas. Para los ingleses es un objetivo vital y permanente que nuestro país no posea capacidades militares que amenacen sus intereses en Malvinas, Antártida y el Atlántico Sur, o sea no van a permitir que nos rearmemos como lo vienen haciendo hace 40 años. Otro tema a tener en cuenta, y que analizó acertadamente el coronel Fernando Duran, es la “exportación de doctrina militar para sus socios. Cuando uno es socio de la OTAN recibe entrenamiento y doctrina militar OTAN. Normalmente exportan doctrina COIN, de Contra insurgencia. Esta doctrina que intentan imponer a ‘sus aliados’ con las tácticas disponibles en las operaciones de contrainsurgencia son para un entorno de guerra irregular. Por eso este aspecto está mostrando sus falencias en la guerra europea, donde en entorno y los dominios son de uso regular, casi clásico podemos decir. La doctrina de empleo militar cuestión que la OTAN no entiende porque viene de 20 años de hacer contrainsurgencia (un conjunto de técnicas y prácticas aplicadas por los Estados con el objetivo de detectar y destruir a los miembros y bases de apoyo de los grupos insurgentes)”. Este tipo de doctrina que se adopta muchas veces a libro cerrado por países como el nuestro, han demostrado su deficiencia en el desarrollo de las operaciones por parte de las fuerzas armadas ucranianas instruidas desde 2014 en este tipo de doctrina, adecuada para combatir en Siria o Afganistán.
Profundizando este tema vemos un artículo que dice ‘¿Se equivocó la OTAN al entrenar las unidades de contraofensiva de Ucrania? ¿Los entrenó para el campo de batalla equivocado?’ Estas preguntas están en el centro de un acalorado debate sobre por qué, después de tres meses de agotadores combates, la contraofensiva en el sureste de Ucrania aún no ha logrado penetrar hasta el Mar de Azov, cortando el llamado puente terrestre que conecta los territorios anexados. Crimea con territorios del sur de Ucrania ocupados por Rusia. Ver https://www.politico.eu/article/ukraine-war-army-nato-trained-them-wrong-fight/
Estos son algunos aspectos que podemos poner en la mesa de debate para abordar este tema. Consideramos necesario un debate serio y responsable, interagencial, que aporte asesoramiento adecuado para que el ápice estratégico nacional no adopte decisiones que puedan perjudicar los de nuestro país, ni el bienestar y la vida de sus habitantes. No podemos olvidar las trágicas y dolorosas muertes de nuestros compatriotas en los aún irresueltos casos de AMIA y la Embajada de Israel en Buenos Aires.