Los ayatolas desarrollaron en el interior de una montaña una segunda central de enriquecimiento de uranio
Irán admite una planta secreta
Teherán es un engañador serial, denuncia Occidente. Hasta Rusia acompañaría las sanciones que se estudian. El Mossad sabía todo desde hace tiempo.
Pittsburgh - Dejada al descubierto por servicios de inteligencia occidentales, Irán tuvo que admitir que posee una segunda planta de enriquecimiento de uranio, hasta ahora secreta, en una novedad que redobló la presión de Estados Unidos, Europa e Israel contra la república islámica, a la que acusaron de "engaño serial" y amenazaron con más sanciones.
"La central, camuflada en el interior de una montaña, se erige en una base militar cerca de la ciudad santa de Qom, unos 150 kilómetros al sudoeste de Teherán", afirmó una fuente de la Casa Blanca, que añadió que el gobierno de Majmud Ahmadineyad se vio obligado a reconocer la existencia de las instalaciones tras enterarse que dicha información había sido entregada anteayer por las potencias a la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA).
El voluminoso legajo preparado por la Unión, Gran Bretaña y Francia es "el fruto de años de observación de los trabajos de la planta clandestina, que recién podría funcionar en algunos meses; queríamos acumular pruebas irrefutables", resaltó el "garganta profunda" antes de aportar otra confesión: los espías hebreos sabían "desde hace tiempo" de la construcción de la central.
Amén de cualquier interpretación, Irán remitió una carta al director general de la AIEA, Mohamed El Baradei, confirmando la existencia de las instalaciones de la discordia, de la cual prometieron brindar "datos complementarios en su debido momento".
No obstante, adelantaron que llevarán el uranio a "un nivel de enriquecimiento del 5 por ciento, útil solamente para fines civiles". Sin embargo, la visión de Occidente es muy diferente: dotada de 3.000 centrifugadoras, "luce las dimensiones justas para producir material para objetivos militares y puede fabricar una o dos bombas atómicas al año".
CORO DE CRITICAS
Los líderes que asisten a la cumbre de Pittsburgh emplearon un lenguaje inusualmente duro contra la nación islámica, cuya admisión pública exacerbó los temores mundiales sobre la posibilidad que cuente con arsenales de destrucción masiva y socavó seriamente su credibilidad, a tal punto que uno de sus socios, Rusia, sugirió por primera vez que propondría sanciones.
El nuevo round de esta pelea se librará el 1º de octubre, cuando se reúnan los iraníes con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania.
Con la mirada puesta en ese encuentro, el presidente estadounidense Barack Obama reclamó una investigación "inmediata e exhaustiva" sobre este caso "inquietante que demuestra que Teherán sigue sin respetar sus obligaciones internacionales".
En términos similares se manifestó su colega galo, Nicolás Sarkozy, quien avisó que los ayatolás "tienen plazo hasta diciembre para cumplir porque no podemos permitirles ganar tiempo. Hay que poner todas las opciones sobre la mesa".
"Esto representa un desafío directo", reprochó el premier inglés Gordon Brown, mientras desde Tel Aviv calificaron la revelación de "hecho grave que desnuda los verdaderos planes de Ahmadineyad". (ANSA, Télam, EFE y AP)