“Intento hacer arte a partir de mis cicatrices”
El director Matías de Leis Correa habla de ‘El nuevo novio de Lucía’, la película que estrena este jueves en el cine Gaumont. Con el bullying como trasfondo, el filme es protagonizado por Victorio D’Alessandro.
Como un papel arrugado. Tiempo atrás, una campaña publicitaria hizo esa analogía para retratar las consecuencias nefastas del bullying: una vez que el papel se arruga, por más que se lo intente planchar no puede volver a su estado original. El hostigamiento escolar funciona así, tal cual. Cuando las burlas maliciosas hacen su trabajo en la psiquis de alguien, el daño está hecho y no hay disculpas que lo arreglen. Algo de eso hay en ‘El nuevo novio de Lucía’, la tercer película de Matías de Leis Correa (‘Convaleciente’, ‘Desde la última vez que nos vimos’), que llega este jueves al cine Gaumont y podrá verse hasta el próximo miércoles en dos funciones diarias, a las 12 y a las 20.30.
“Intento hacer arte de mis cicatrices, cosa que también busqué hacer con mis otras pelis también, aunque desde distintas perspectivas. Quería materializar aquellas cosas que dolieron en algún momento y hoy uno las ve como parte del crecimiento, entonces me puse a crear estos hermosos personajes que quiero tanto”, aseguró el director a La Prensa.
Para protagonizar esta coproducción entre Matchbox Films (Reino Unido), De Atar Contenidos (Argentina) y Brooma Films (México), De Leis Correa eligió a Victorio D’Alessandro, quien se pone en la piel de Santiago, un músico que vuelve a la Argentina con su mujer para dar a luz a la hija de ambos. En el reencuentro con sus amigos, una revelación pone en jaque a todo el grupo, en especial a Santiago, quien por una situación en particular revivirá dolorosos fantasmas del pasado.
‘El nuevo novio de Lucía’ ganó el premio a Mejor ensamble actoral y Mejores diálogos en el Girona Film Fest y ese no es un dato menor si se tiene en cuenta que la película sucede en una sola locación y tiene al grupo de amigos -encarnado por Julia Dorto, Diego Alfonso, Guido Botto Fiora, Candela Iriarte, Santiago Magariños y Miguel Di Lemme- como sustento principal.
“Tanto con Vico (D’Alessandro) como con todo el elenco fue un placer trabajar a cada segundo. Ha sido algo muy hermoso generar este trabajo de tanto nivel”, confió el cineasta, quien pese al difícil momento que atraviesa la cultura en nuestro país se mantiene firme y aferrado a su amor por el cine: “Si se ponen en tela de juicio la cultura y el arte, yo haré cine con el celular, o con un muñeco y haré stop-motion, no sé; pero nada me va a detener”.
CINE PARA SANAR
-¿Cómo surgió la idea de la película?
-‘El nuevo novio de Lucía’ surge de un sábado de pandemia, encerrados todes y necesitando hacer arte. Yo siempre estoy escribiendo ideas y guiones porque amo hacerlo. Y tenía muy pendiente hablar de algo personal, porque este trabajo es bastante autobiográfico en muchos aspectos. Tenía ganas de hacer arte a partir de mis cicatrices. Quería materializar aquellas cosas que me dolieron en algún momento y hoy uno las ve como parte del crecimiento, entonces me puse a crear estos personajes que quiero tanto. Es loco porque en un momento estaba buscando los medios para hacer la peli y por millones de cosas no se podía, y en el medio apareció ‘Desde la última vez que nos vimos’, la grabamos, la estrenamos y todo, y luego, después de pelearla un montón pudimos hacer ésta, que es nuestra tercera película con De Atar Contenidos, siempre en formato independiente. No tenemos apoyo de ningún ente, es todo muy a pulmón, una manera de seguir militando el hecho de hacer cine y que no nos gane ningún monstruo.
-Todo el elenco hace un gran trabajo, y en especial Vico D’Alessandro. ¿Cómo lo eligió para el rol principal?
-Obviamente, como en toda peli hubo un proceso de selección, pero yo no necesito que ningún actor o actriz sea extremadamente famoso. Sólo necesito conectar con la persona y que esa persona conecte conmigo y poder hacer algo lindo. A Vico lo amo con todo mi corazón, nos hicimos muy amigos. Nos conocimos gracias a Diego Alfonso, tomamos un café, empezamos a hablar y tanto con él como con todo el elenco fue un placer trabajar a cada segundo. Que en un festival premien al elenco por el nivel que hay entre todos me puso muy feliz.
El director Matías de Leis Correa.
-Debe ser fuerte para usted ver situaciones que ha vivido en la vida real, plasmadas en sus películas.
-Es fuerte, sí. Probablemente, la familia y amigos se van a sorprender por muchas cosas. En realidad, no es que hago terapia haciendo cine. En un par de lugares salió que había hecho una trilogía de la tristeza con ‘Convaleciente’, ‘Desde la última vez que nos vimos’ y ‘El nuevo novio de Lucía’. Pero, en realidad, nunca voy a poder escribir algo que no me atraviese. No es que lo que cuento en las películas es algo que me pasó así tal cual. Lo que a mí me gusta como director es agarrar personajes que se relacionan a través de sus vínculos, por eso la primera película hace alusión a la familia; la segunda, a la pareja; y la tercera, a los amigos. De todos modos, toda disciplina artística es extremadamente terapéutica. Me pasó que la palabra que más salió luego de que la viera gente cercana es ‘bullying’. Trato de no mencionarla tanto para que la gente vaya y se sorprenda cuando la vea.
SEGUIR PELEANDO
-¿Se puso más difícil salir adelante como cineasta emergente este año?
-La película la rodamos el año pasado, en otro contexto político, económico y social. No estuve haciendo cine este año y no podría hablar con conocimiento sobre las diferencias. Sin embargo, sé por colegas que la están pasando muy mal. De todos modos, nosotros, con o sin apoyo o con mucha gente en contra, sabemos que tenemos que seguir peleando por nuestro cine. Si se ponen en tela de juicio la cultura y el arte, yo haré cine con el celular, y con un muñeco y haré stop-motion, no sé; nada me va a detener. Como director, sé que hay un equipo que me elige y que sigue apostando por mí, y ese es el regalo más hermoso. El país está muy difícil a nivel cultural. De hecho, me puse a investigar para poder hacer algo pronto y todo es muy complejo, pero creo que nunca hay que bajar los brazos. Del modo que sea hay que seguir yendo para adelante.