El análisis del día

Inseguridad y elecciones: Extrañas decisiones políticas

La elección en la provincia de Buenos Aires ya está desdoblada. El sistema con el que se votará por primera vez a nivel nacional este año con boleta única marcan un desdoblamiento de hecho aunque se vaya a las urnas el mismo día.

La puja que propone Axel Kicillof sobre cambiar la fecha entre el comicio nacional y provincial no sólo esconde la controversia con Cristina Kirchner y los suyos, sino también el pedido de intendentes para que en sus distritos no se vean arrastrados ante lo que presumen será una elección importante de la Libertad Avanza.

La definición se estiró, al menos, hasta finales de febrero o principio de marzo bajo el argumento de saber si las elecciones primarias se suspenden en la Nación o no. Mientras tanto, cada sector muestra músculo en lo que se cree será una inevitable mesa de negociación para que la atomización sea lo menos dañina posible.

La agenda electoral no opaca la apremiante disparada de la inseguridad con medidas extrañas que parecen más alentar que disuadir.

LA INSEGURIDAD

A comienzos de enero, como fue publicado en este medio, una información ya circulaba entre funcionarios de seguridad de municipios del conurbano. En una nota del día 9, se publicó que “La inseguridad atraviesa esos rincones y, peor aún, la situación podría complicarse aún más si avanza lo que corre como reguero de pólvora entre los intendentes del conurbano.

¿El Ministerio de Seguridad prepara una ampliación del radio de patrullaje en los distritos?”. La contestación a esa pregunta ya sucedió. Desde la cartera que dirige el cada vez más cuestionado Javier Alonso han decidido ampliar el radio de patrullaje que se conoce como cuadrículas.

El funcionamiento de las cuadrículas para que la policía lleve adelante su patrullaje se establece luego de dividir la geografía de una comuna de determinadas zonas a las que se le asignan móviles policiales. En una decisión poco entendible ante el aumento de la inseguridad, ahora esas cuadrículas se redefinieron y son más grandes. Es decir, un patrullero que antes podía pasar dos veces por una calle puntual ahora lo hará una vez. Y así con todos los casos. Ante la consulta de cuál es la explicación lógica para tamaña decisión, lo que reina es el silencio.

¿LIBERAR ZONAS?

Desde la secretaría de seguridad de un distrito cuyo intendente se muestra cercano a Kicillof dijeron que “la gente pide mayor patrullaje y la provincia hace que haya menos. La idea es comprar menos móviles, menos personal, en definitiva menos gasto. De esta forma, se acaba la prevención y sólo concurren al lugar cuando el hecho ya fue consumado”. Esto y liberar las zonas se parece demasiado.

Aún aquellos intendentes del Gran Buenos Aires que se muestran decididos a estar políticamente en el armado que establece el gobernador Axel Kicillof han planteado este problema a las autoridades. Así como en su momento comenzó a crecer la ola de disconformidad entre los alcaldes con la gestión del ahora ex Ministro de Transporte Jorge D ´Onofrio por la caída de recaudación producto de las multas de tránsito, lo mismo está pasando con el titular de la cartera de seguridad Javier Alonso. “Un proyecto presidencial no se construye con la inseguridad explotada en el Gran Buenos Aires”, arroja otro jefe comunal desde su oficina en la zona norte que prefiere mantener distancia prudencial tanto de Kicillof como de Cristina Kirchner.

TEORIAS CONSPIRATIVAS

Cuando suceden estas cosas, las teorías conspirativas están a la orden del día. Desde aquella que sostiene que el gobierno bonaerense negocia con el gobierno nacional una mayor presencia de fuerzas federales en el conurbano a cambio de un gesto político claro. El famoso desdoblamiento electoral. Para la Libertad Avanza, enfrentar mano a mano con Cristina Kirchner es el negocio ideal. Lo es para ambos. Pero con una diferencia logística.

En la provincia de Buenos Aires si hay desdoblamiento las chances son más parejas porque Cristina o quien sea el candidato no tendrá el mismo empuje de abajo hacia arriba. Mientras que Javier Milei no lo tuvo, no lo tiene aún y va camino a construirlo. Para los Intendentes que piden fechas separadas, la lógica es la misma.

Lo que se pone en juego es su agenda local donde la mayoría cosecha buenos números propios y los candidatos de la Libertad Avanza aún están haciendo pie. Por ahora, teorías.

TAREAS DE INTELIGENCIA

Sí es verdad lo que trascendió el fin de semana sobre un desembarco del Ministerio de Seguridad nacional al mando de Patricia Bullrich para llevar un control más estricto en las zonas más calientes del país.

Así como Rosario es una de ellas, lo es también el Conurbano. La polémica se instaló cuando trascendió que también lo haría con tareas de inteligencia al mando de las fuerzas federales, es decir, Prefectura, Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria. De allí a extenderlo al ejército hay un pequeño paso. El -mal- recuerdo del General César Milani a la orden del día, sobre todo por las “bases” instaladas en Campo de Mayo y la destrucción, a propósito, de la ex AFI.

El gobierno de Javier Milei ha emprendido un proceso contrario al momento mismo que decidió volver a llamar a la secretaría de inteligencia por su histórico nombre de SIDE para devolverle la jerarquía.

Pero además determinó que su conducción esté en manos de políticos con experiencia, sobre todo, en política bonaerense, tal es el caso de Sergio Neiffert como “Señor 5” y recientemente Diego Kravetz en la oficina del “Señor 8”.

BARONES DEL CONURBANO

Patricia Bullrich también busca tener sus propios lazos con los barones del conurbano. Trasciende que ha cerrado acuerdos, en principio, en materia de seguridad con la familia Granados desde el mismo momento que en Ezeiza se estableció una sede de la Policía Federal donde trabajan 134 efectivos de la fuerza. En el acto de inauguración, realizado a comienzos de diciembre, asistieron el intendente local Gastón Granados, el ex jefe comunal Alejandro Granados, Patricia Bullrich y Javier Alonso.

La muñeca política de Granados, a esta altura, está fuera de discusión. Como también lo está la de otros barones que llevan tiempo administrando sus comunas y han gobernado con todos los signos políticos en la Casa Rosada.

A ellos, la experiencia libertaria no los asusta. Al contrario. Aseguran ver una película repetida donde el protagonista -en este caso Milei- ha tenido la habilidad de repartir bien el juego del poder sin que se note demasiado y preservando su enfrentamiento contra “la casta”.

En el tránsito hacia la definiciones electorales, el arrastre sacude a cada fuerza política de cómo va posicionándose en el tablero.

La UCR bonaerense hizo su plenario encabezado por el senador Maximiliano Abad quién desde su ciudad natal, Mar del Plata, y dijo que “el radicalismo jamás puede ser cómplice del silencio y las especulaciones. No vamos a llegar a ningún lado sentados en la tribuna, mientras otros ponen las reglas, salen a la cancha y hacen su partido”.

Un mensaje directo a la posible atomización que alumbrará el 2025. Menos frentes electorales y más partidos compitiendo. El sueño de los estrategas del Balcarce 50.

ESTRATEGIA CRISTINISTA

Ya de regreso de su descanso en Monte Hermoso, Cristina Kirchner prepara su estrategia para los meses venideros que la tendrán confrontando con Javier Milei de manera directa mientras mira de reojo como se mueven las fichas entre los que le juran lealtad y lo que ya no tanto. Atenta y estudiosa al recorrido de Lula en Brasil, cree que puede repetir un camino parecido. En eso está.

Sus detractores puertas adentro sostienen que su tiempo pasó y ahora sólo se concentra en “administrar la quiebra del kirchnerismo”. Son los mismos que aconsejan seguir de cerca los movimientos de las causas que involucran al ex Ministro “massista” Jorge D'Onofrio y a la concejal de Pilar Claudia Pombo. Con la ironía del caso, alguien que conoce los entretelones muy finitos de este conflicto asegura que lo mejor todavía no llegó. Y hasta se anima a definirlo con un título: "El caso chocolate, podría quedar reducido a un chocolatín”. Se refiere a la magnitud de lo que aún habría por revelar. Aclaraciones innecesarias.