EL PULSO DE LOS MERCADOS

Hay señales de que se va hacia otro choque

Después de cuatro meses, el mercado comienza un ciclo correctivo. Habíamos visto este año que el presidente Joe Biden establecía estímulos económicos y dejaba de adoptar, para alivio de millones de inversores, aquellas medidas propias de su talante izquierdista. Ecónomicamente hablando no había diferencias con el gran Donald Trump; por lo menos no grandes. Wall Street festejaba la moderación de la Casa Blanca y la masificación de las vacunas contra el virus chino. Todo venía bien, incluso con balances empresariales muy alentadores. El Dow Jones ganaba alrededor del 13 por ciento desde diciembre, en niveles cercanos a los 34 mil puntos. Pero nada es para siempre.

Como dijimos en la columna anterior, Biden jugó de pronto un carta negra: el aumento de la presión impositiva. Arrancó con un proyecto para elevar los tributos a los ricos, algo que en Estados Unidos no es bien visto, pues sabotea la filantropía y la creación de empleo. Al mercado no le gustó: hoy vienen por los contribuyentes con altos ingresos; mañana vendrán por mí. El fantasma del aumento de impuestos asusta mucho.

La semana pasada, Wall Street mostró que los 34 mil puntos del Dow es un techo importante. La corrección se dará por precios o por tiempo, es decir el mercado operando en una zona de rango acotado por meses esperando noticias (la más probable). Qué hay en la mente del Presidente, se preguntan todos. Y en ese clima empiezan a ignorarse las buenas nuevas, todo lo contrario de lo que ocurre cuando el ciclo es alcista. Los inversores no se apuran a vender pero se tornan cautos. Mi pensamiento es que conviene bajarse de posiciones riesgosas. Y a mediano plazo mantengo el optimismo; probablemente a dos años el Dow esté por encima de los 36, 37 mil puntos. En el corto, veo un proceso correctivo, como dije al comienzo.­

Con respecto a las criptomonedas, el bitcoin habría alcanzado un piso en torno a los 48/50 mil dólares. Hay pelea en el ambiente. Un par de empresas se escaparon con las cripto de los clientes avivando los temores. Hay multimillonarios comprando; y otros que insisten que no se meten ni locos. Empresas que permiten usarlos para comprar autos y analistas que pronostican su completa desaparición en dos años. Personalmente, creo que habrá procesos correctivos pero con paciencia se encaminará a los u$s 90 mil y más adelante hacia los u$s 250 mil.

Por último el capítulo argentino. El Presidente prorrogó la cuarentena y es una película que ya vimos. Va para largo. Los que hacemos análisis financiero observamos con atención las señales; nuestro trabajo es incrementar el patrimonio de nuestros clientes o de las empresas donde trabajamos. No hacemos política ni periodismo. En ese sentido, no encontramos señales positivas en la debilidad del ministro de Economía, en los números de la actividad económica y de la inflación, y en la demora en acordar con el FMI. Hacen pensar que vamos hacia otro choque.

En consecuencia, el actual tipo de cambio es ridículo por lo bajo. Seguramente, el Gobierno tiene algunas herramientas (amigotes y bonos) para mantener el status quo por un tiempo; ya lo han hecho. Pero el sendero del dólar libre es hacia los 300 pesos y de ahí en más dependerá de lo que hagan las autoridades. Si usted le cree a esta columna, amigo lector, dolarícese, porque en su defecto va a perder parte de sus ahorros. Si, por el contrario, considera que estoy completamente equivocado apueste al peso. Ya veremos que nos trae el futuro.­