Hablar por teléfono: una vieja buena costumbre

Una publicación del Journal of Experimental Psychology titulada “Es sorprendentemente agradable escucharte: entender mal el impacto de los medios de comunicación puede llevar a decisiones subóptimas sobre cómo conectarse con los demás”, señala que “Las conexiones sociales positivas mejoran el bienestar. La tecnología ofrece cada vez más una amplia variedad de medios que las personas pueden utilizar para conectarse con otros, pero no todos los medios fortalecen la conexión social por igual.” https://psycnet.apa.org/doiLanding?doi=10.1037%2Fxge0000962.

Recibir una llamada telefónica, en estos tiempos, comienza a sorprender e incomodar, y resulta un modo de comunicación poco común, que se asemeja a una molestia. Y es que participar de una llamada puede exigir un mayor esfuerzo que responder por escrito un mensaje. En un llamado telefónico, la presencia de la otra persona al otro lado de la línea exige un tiempo de respuesta más inmediato que el que exige la mensajería de whatsapp, y esto obliga a las partes a escuchar activamente, mostrar empatía, poner en práctica la espontaneidad y seguir ciertas reglas.

En la comunicación telefónica o personal, por lo general se distingue un saludo inicial y un saludo final, cada comentario o pregunta tiene su respuesta (la interacción ocurre) y el tiempo de la misma es limitado. En la comunicación vía “mensajería instantánea” esto no siempre sucede: muchas veces recibimos un mensaje sin ningún saludo previo, o la conversación es interrumpida abruptamente debido a que una de las dos partes deja de responder o la interacción no tiene lugar debido a la falta de respuesta, o la misma ocurre en forma interrumpida durante varios días (el primer mensaje puede llegar un lunes, la respuesta, un martes, y así sucesivamente hasta completar una conversación de 2 minutos en el lapso de una semana).

Ignorar al otro o no acusar recibo de su mensaje son costumbres que en este modo de comunicación pueden aparecer sin ser consideradas aún como descorteses, sino que son justificadas (debe estar ocupado, habrá abierto el mensaje, pero no lo habrá leído, ya contestará, etc.). Ser ignorado por el receptor del mensaje es una opción más que se abre en este estilo de comunicación. Ahora están dadas todas las condiciones para que la comunicación ocurra de manera satisfactoria y, sin embargo, muchas veces falla, no por la tecnología, sino por las conductas humanas.

TODO POR ESCRITO

La comunicación oral en vivo se vuelve menos frecuente y empieza a ser sustituida por la comunicación escrita, el uso de “emoticones”, dibujitos y el intercambio de audios. Queda afuera la simultaneidad y/o el tono de voz que influyen en el contenido del mensaje.

Mientras que se considera una ofensa poner fin a una comunicación telefónica sin saludar, dejar de contestar o no contestar un mensaje recibido por Whatsapp se ve como algo aceptable. Las reglas tácitas de la comunicación por Whatsapp son diferentes de las reglas tradicionales de cualquier conversación oral (vía teléfono o presencial) en la cual hay ciertas normas que se venían conservando. La llamada telefónica pareciera que involucra demasiado compromiso, al obligar a los participantes a ajustarse a ciertas reglas de cortesía y a destinar un tiempo (por más breve que sea) en forma exclusiva a la conversación.

Una publicación de la universidad de Texas titulada “Las llamadas telefónicas crean vínculos más fuertes que las comunicaciones basadas en texto” sugiere que las personas optan con demasiada frecuencia por enviar correos electrónicos o mensajes de texto cuando es más probable que una llamada telefónica les produzca la sensación de conexión que anhelan. (https://www.sciencedaily.com/releases/2020/09/200911141713.htm).

En sintonía con esta publicación, The Conversation publicó en 2023 un interesante artículo en el cual destaca que telefonear a alguien cercano y entablar una conversación puede tener efectos beneficiosos. (https://theconversation.com/it-might-be-scary-but-making-phone-calls-can-be-good-for-young-peoples-wellbeing-198097).

Que las conversaciones por chat desplacen a las llamadas, parece algo trivial, pero marca un nuevo estilo de interacción social en el cual el grado de atención, respeto a las normas sociales y compromiso vienen en descenso. No es preocupante que en el mundo laboral predomine este tipo de comunicación por mensajería, pero puede ser una señal de alerta que se imponga en el mundo social y afectivo, especialmente entre los adolescentes y jóvenes que se privan de ejercitar habilidades sociales o de establecer comunicaciones más genuinas y en tiempo real.

La estructura social está formada por lazos: amorosos, familiares, amistosos, profesionales, laborales. Las interacciones humanas hacen posible que esos lazos se constituyan y se mantengan. Interacciones que hoy están siendo sutilmente amenazadas por las nuevas costumbres que impone la tecnología.