Guía para elegir un buen calzado: cómo prevenir problemas frecuentes en los pies
Desde el Hospital de Clínicas de la UBA advierten que la correcta elección del calzado no solo es clave para la comodidad diaria, sino que juega un papel fundamental en la prevención de diversas patologías del pie que además pueden afectar a todo el cuerpo.
“El pie es la base de nuestra estructura corporal y su correcta alineación es fundamental para evitar la transmisión incorrecta de las cargas hacia la columna, caderas, rodillas y tobillos. Una pisada incorrecta puede generar patologías que van desde dolores en el pie hasta problemas más complejos en la postura, como alteraciones en la columna vertebral. Por ello, un fortalecimiento adecuado de la musculatura del pie es clave para mantener una buena dinámica de la carga y evitar la dependencia de plantillas o soportes ortopédicos”, explica el doctor Hernán Barrachina, médico del servicio de Traumatología del Clínicas.
Barrachina detalla las patologías más comunes que pueden surgir de una mala elección del calzado o de una pisada incorrecta: metatarsalgias (dolor en la parte anterior del pie debido a una distribución inadecuada de la carga), juanetes (deformidad en el dedo gordo del pie, que puede generar dolor e inflamación), dedos en garra (flexión anormal de los dedos, que puede ser dolorosa y generar fricción con el calzado) y fascitis plantar (inflamación del tejido que conecta el talón con los dedos, causando dolor en el talón y en el arco del pie).
COMO ELEGIR
El calzado ideal varía según la estructura del pie de cada individuo. No existe un modelo único que sea perfecto para todos, pero sí hay pautas generales que pueden ayudar a seleccionar el mejor:
Tamaño adecuado: Es crucial probarse los zapatos y asegurarse de que no sean ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. Un calzado inadecuado puede causar fricción, ampollas o molestias.
Altura: Evitar los tacos con altura excesiva (más de 12 cm) o las chatitas. Un tacón de entre 2 y 4 cm es lo más recomendable. Respecto de las plataformas, también se recomienda que no se excedan de altura para evitar perder el equilibrio.
Comodidad y flexibilidad: El calzado debe ser lo suficientemente flexible en el antepié para respetar la anatomía natural del pie, permitiendo un movimiento adecuado.
Materiales adecuados: El uso de materiales que amortigüen la pisada y no sean ni muy blandos ni excesivamente duros es esencial para un buen soporte.
“En pacientes diabéticos o aquellos con enfermedades neurológicas que afectan la sensibilidad en los pies, el calzado adecuado es aún más crucial. De ser inadecuado, puede causar fricción y generar úlceras, que en casos extremos pueden llevar a amputaciones. Por tanto, el uso de medias de algodón y una higiene rigurosa también son parte fundamental del cuidado preventivo en estos pacientes”, aclara Barrachina.
Respecto de la actividad física, el traumatólogo indica que es fundamental para el fortalecimiento muscular del pie y que cada disciplina tiene su calzado adecuado. “Si uno hace un deporte de impacto como básquet o vóley tiene que ir acompañado de un fortalecimiento y de toda una estructura del pie que acompañe ese tipo de deporte. Hay ciertas patologías que son más frecuentes en este tipo de deportes y un calzado acorde ayuda a prevenirlas. En pacientes añosos se recomienda hacer mucho ejercicio aeróbico, sin impacto y usar un buen calzado que amortigüe”, añade.
El especialista advierte sobre la importancia de acudir a un especialista ante cualquier cambio en la estructura del pie, dolor o deformidad. “La consulta preventiva puede evitar complicaciones graves a largo plazo. Además, en pacientes jóvenes que practiquen deportes de impacto, como el básquet o el voley, es fundamental usar calzado especializado y realizar ejercicios de fortalecimiento que acompañen la dinámica de la actividad física”, afirma el especialista. ¿Y las plantillas cuándo se usan? Barrachina sostiene que “nada más cuando se presenta alguna patología”.
En síntesis, elegir el calzado adecuado, hacer actividad física para fortalecer la musculatura del pie, consultar a un traumatólogo especialista y mantener una correcta higiene son fundamentales para mantener la salud del pie y prevenir futuras complicaciones que afecten la calidad de vida.