Falleció el pianista, compositor y director orquestal que sobresalió en todos los géneros musicales
Gandini deja un recuerdo luminoso
Ayer dejó de existir en Buenos Aires el hombre que fue capaz de trabajar con Astor Piazzolla y de dar forma a óperas sobre textos de Rafael Alberti, Griselda Gambaro o Tantanian, y a piezas sinfónicas de enorme belleza formal.
Gerardo Gandini, una de las figuras más relevantes de la música contemporánea argentina, falleció ayer a los setenta y siete años en nuestra ciudad. Había sido pianista de Astor Piazzolla en el sexteto que formó en 1989, tras estudiar composición con Goffredo Petrassi y Alberto Ginastera y formarse como pianista con Roberto Caamaño, Pía Sebastiani e Ivonne Loriod.
Fue docente del porteño Instituto Di Tella, de la Juilliard Schoo de Nueva York, de la Facultad de Música de la UCA, del Conservatorio Gilardo Gilardi de La Plata y de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad, también de la capital bonaerense.
Asimismo tuvo a su cargo los cursos de Música Contemporánea de la Fundación San Telmo/Instituto Goethe de Buenos Aires y estuvo a cargo de uno de los talleres de composición de la Fundación Antorchas, desgraciamente desaparecida.
Gandini fue también director musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, director musical del Teatro Colón y director-fundador del Centro de Experimentación en Opera y Ballet de esa sala, y durante el año 2003 se desempeñó como compositor residente del Teatro Colón.
UN APASIONADO
Gerardo Gandini nació en Buenos Aires en 1936 y desde niño demostró una marcada pasión por la música, que le interesó en todos sus géneros. Esta elasticidad de su estética creativa comprendió óperas y piezas orquestales de inspirada subjetividad.
De 1978 es ‘La pasión de Buster Keaton’, la ópera de cámara con libreto de Rafael Alberti; de 1987 es ‘Espejismos II (La muerte y la doncella)’ creada para dos sopranos, dos mezzosopranos, dos bailarines y conjunto de cámara, y ‘La casa sin sosiego’ (1992), contó con libreto de Griselda Gambaro.
Quizás su ópera más popular sea ‘La ciudad ausente’ (1995)’, sobre el texto de Ricardo Piglia, a la que siguió ‘Liederkreis’ (inspirada por Schumann), de 2000, con libreto de Alejandro Tantanian.
SOLOS DE ORQUESTA
Son casi inumerables sus piezas orquestales, desde las ‘Variaciones’ de 1962, que le encargó ESSO Argentina, y fue Premio Municipal y estrenada por la Orquesta Sinfónica de Buffalo, en el Interamerican Music Festival de Washington (1965).
A este listado brillante puede sumarse ‘Cadencias (1967)’, ‘Laberynthus Johannes’ (1973), ‘Soria moria’ (1974), hasta llegar a ‘Estudios para descripción de la luna (1993)’, todas piezas de exquisita sonoridad y lirismo.
Gandini supo transitar los grandes teatros del mundo con la misma armonía con que se sentaba
al piano en el porteño Café Mozart, o que gozaba de una obra con Nacha Guevara en el Instituto Di Tella. Será recordado por su valiosa producción y por su gentil forma de ser.