Gaby y Delpo, a pura química
Gabriela Sabatini inclina la raqueta y acaricia el aire con un toque sutil de revés. La pelota pica del otro lado y es punto para el dobles que integra con Juan Martín del Potro, quien la mira asombrado. Hermosa, ella le devuelve una sonrisa gigante. Gaby tiene 54 ya. Delpo 35. Los dos parecen de 20 y les ganan la exhibición Stars of the Open a otras dos leyendas del tenis mundial como Andy Roddick y Caroline Wozniacki. Es la previa del último Grand Slam del año, el que se disputa en Estados Unidos. Ahí sí que saben armar shows.
Sabatini está espléndida. Lejos de un cumplido, verla en acción confunde. Pasaron 34 años desde que ganó el US Open cuando era casi una niña y tenía 20. Pero ahora luce igual. ¿Dormirá en formol? ¿Qué comerá? ¿Se entrenará todos los días? Verla en acción es una delicia. El partido resulta una excusa brillante y ella lo juega en serio aunque ande mostrando todo el tiempo sus dientes blancos a las risas. Incluso corre demasiado rápido una pelota larga que le tira Roddick por sobre su cabeza y se anima con la Gran Willy. No le sale del todo porque su toque entre las piernas no alcanza la fuerza suficiente y la devolución queda a mitad de camino. No obstante, el gesto técnico es perfecto y el público delira.
Del Potro la mira y se ríe por enésima vez. Ese hombre que supo ser el mejor del deporte blanco (y celeste) por años y le dio la primera y soñada Copa Davis a la Argentina, no puede creer lo que ven sus ojos. Sabatini salta, juega y se ríe, todo al mismo tiempo. Delpo tiene casi veinte años menos y debió dejar su carrera víctima de interminables lesiones. Llegó a ser número 3 del mundo en 2018. Gaby también fue 3, pero en 1989...
Gaby y Delpo publicaron esta foto el domingo en sus redes. Se estaban preparando para vivir una jornada mágica.
Enfrente Roddick, que tiene 41 y fue número uno del mundo (en 2003), se divierte con su compañera Wozniacki, también preciosa. La rubia, de 35, estuvo en el primer escalón del ranking, en la rama femenina, claro. Son dos talentos increíbles que la pasan bien y hacen que la pasen mejor los presentes en el estadio Arthur Ashe. La gente no para de aplaudir.
El duelo entre las cuatro estrellas que derrochan simpatía tuvo lugar el miércoles por la noche y llegó cargado de emociones y nostalgia. Antes que ellos habían salido a la cancha otras dos parejas majestuosas: se midieron John McEnroe y Novak Djokovic contra Andre Agassi y Carlos Alcaraz. ¡Uffff! La historia reciente y actual, toda reunida en una noche.
Genialmente ideado, el espectáculo fue armado con los protagonistas portando micrófonos. Fue así que las estrellas pudieron expresarse y los espectadores escuchar cada suspiro y ocurrencia.
La enorme sonrisa de Delpo refleja la alegría con la que vivieron ese reencuentro en el US Open.
Roddick fue uno de los más verborrágicos. Y hasta se dio el lujo de ir hablando en medio de cada game, haciendo chistes, provocando con dulzura a Delpo y a Gaby.
El norteamericano tuvo un gesto sencillo y emocionante: invitó a un alcanzapelotas y le cedió su raqueta. Lo alentó y, después de que el chico diera un par de golpes defectuosos, acertó en la tercera. El niño pudo cruzar algunas pelotas del otro lado de la red, ganó un punto de volea y se llevó los aplausos de Andy, su mentor del momento.
Fue un partidazo el que jugaron las duplas Sabatini-Del Potro y Roddick-Wozniacki. Estaba pautado a match tiebreak de 10 puntos pero se extendió por la paridad. La pareja argentina estuvo abajo en el marcador hasta que levantó de la mano de Sabatini. Y lo dio vuelta, para terminar ganando 11-9. Impresionante.
El abrazo después de la victoria sobre la dupla Andy Roddick-Caroline Worzniacki.
“Es un placer estar aquí con Juan, Andy y Caroline”, dijo ella al final del partido, cuando la entrevistaron. “Ha sido una noche fantástica con Gaby... y jugar un partido contra Andy y Caroline. Para mí este estadio es muy especial”, agregó Delpo. Los dos estaban en sintonía.
Sabatini y Del Potro alcanzaron los logros deportivos más grandes de sus carreras en esa misma cancha. Quizá entonces los hayan visto en vivo algunos de los espectadores que los disfrutaron ahora. Ambos celebraron su único título de Grand Slam en Estados Unidos. Sabatini en 1990, cuando le ganó la final a la increíble alemana Steffi Graf por 6-2 y 7-6. Y Del Potro en 1990, cuando derrotó nada menos que a Roger Federer en el partido decisivo. Fue 3-6, 7-6, 4-6, 7-6, 6-2. El miércoles jugaron juntos. Hubo química y magia. El tenis, agradecido.