Fuerzas sirias combaten contra insurgentes al norte de la ciudad estratégica de Hama
La contraofensiva siria ha repelido a los insurgentes que intentaban avanzar hacia la ciudad central estratégica de Hama, según dijeron las autoridades el miércoles, mientras que la insurgencia afirmó que había capturado mas tropas sirias y milicianos respaldados por Irán en duras batallas.
El último estallido en la larga guerra civil de Siria se produce después de que las fuerzas opuestas al presidente sirio, Bashar Assad, capturaran en los últimos días gran parte de la ciudad norteña de Alepo, la más grande del país, así como pueblos y aldeas en partes del sur de la provincia noroccidental de Idlib.
Se estima que la guerra que enfrenta a Assad y sus patrocinadores extranjeros contra varias fuerzas de oposición armadas que quieren derrocarle ha matado a medio millón de personas en los últimos 13 años.
El medio estatal sirio SANA dijo que los insurgentes se retiraron unos 20 kilómetros de Hama, controlada por el gobierno y que es la cuarta ciudad más grande de Siria, mientras que las tropas gubernamentales respaldadas por aviación rusa se atrincheraron en las afueras. Los feroces combates han arreciado durante días y Damasco teme que los insurgentes entren en la ciudad como hicieron durante el fin de semana en Alepo.
La insurgencia, a través de su canal del Departamento de Operaciones Militares en la aplicación Telegram, dijo que había capturado a cinco milicianos respaldados por Irán, de los cuales dos eran de Afganistán, así como a tres soldados sirios de su División de Fuerzas de Misión Especial 25 en el este de Hama. Las afirmaciones no pudieron ser confirmadas de manera independiente.
Si los insurgentes toman la ciudad de Hama y controlan la provincia, podrían dejar las ciudades costeras de Tartous y Latakia aisladas del resto del país. Latakia es un bastión político clave para Assad y la comunidad alauí de Siria, así como una base naval estratégica rusa.
Decenas de miles de personas han sido desplazadas por los combates que comenzaron la semana pasada, dijo el martes Geir Pedersen, el enviado especial de la ONU para Siria.
“Si no vemos una desescalada y un movimiento rápido hacia un proceso político serio, que involucre a las partes sirias y a los principales actores internacionales, entonces temo que veremos un agravamiento de la crisis”, dijo Pedersen en un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU. “Siria estará en grave peligro de mayor división, deterioro y destrucción”.
La insurgencia está liderada por Hayat Tahrir al-Sham, un grupo yihadista, así como por un grupo paraguas de milicias sirias respaldadas por Turquía llamado Ejército Nacional Sirio. Durante años, ambos se han atrincherado en la provincia noroccidental de Idlib y partes del norte de Alepo, mientras el país devastado se tambaleaba por años de estancamiento político y militar.
Los grupos, junto con Turquía, creen que la insurgencia muestra que Assad debe reconciliarse con las fuerzas de oposición e incluirlas en cualquier solución política para poner fin al conflicto.
Ankara ha intentado normalizar los lazos con Siria para abordar las amenazas de seguridad de grupos afiliados con milicianos kurdos a lo largo de su frontera sur y para ayudar a garantizar el retorno seguro de más de 3 millones de refugiados sirios. Assad ha insistido en que la retirada de las fuerzas militares turcas del norte de Siria sea una condición para cualquier normalización entre los dos países.
Damasco ve a los insurgentes como terroristas, y Assad ha jurado responder a la insurgencia con mano de hierro.
Funcionarios turcos e iraníes se reunieron a principios de esta semana en un intento por alcanzar una solución para desescalar el estallido. Los países árabes que limitan con Siria y que en el pasado apoyaron a grupos que intentaron derrocar a Assad han expresado su preocupación por el impacto regional del conflicto y han respaldado al presidente. (AP)